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MALDITA CIENCIA

¿Se puede tener la regla cuando se está embarazada?

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En Maldita.es ya os hemos resuelto múltiples dudas sobre el embarazo: desde si hay posturas sexuales especialmente propicias para quedarse embarazada a por qué surgen las contracciones del parto o si la forma de la tripa de la embarazada indica el sexo del bebé. Ahora nos habéis preguntado si se puede tener la regla cuando se está embarazada. Pues no. Aunque sí se puede experimentar algún tipo de sangrado, no se trata de la menstruación.

La ginecóloga Elena Ruiz Domingo explica a Maldita.es que no se puede tener la regla cuando se está embarazada porque “la menstruación es la expulsión de la capa que recubre al útero denominada endometrio y se expulsa cuando el óvulo no ha sido fecundado”.

Marina Vilardell, ginecóloga y especialista en reproducción asistida de la clínica Eugin, nos lo confirma: “El flujo menstrual está formado por el tejido endometrial que recubre las paredes de nuestro útero por dentro y que permite la implantación del embrión y el posterior embarazo. Si este tejido se desprende en forma de regla, no es posible que haya un embarazo o que evolucione correctamente”.

Pero sí que existen diversas causas de sangrado en todo el embarazo que las pacientes pueden confundir con la regla, según cuenta a Maldita.es Pablo Tobías, especialista en Ginecología y Obstetricia en el Hospital Universitario Infanta Cristina: “De hecho, hasta un 10% de las embarazadas pueden sangrar en el primer trimestre, teniendo la mayoría un embarazo sin complicaciones”.

Según explica, durante cualquier momento del embarazo “pueden producirse sangrados por lesiones sobre todo en el cuello del útero, al ser su epitelio más frágil, o bien por esfuerzos, relaciones con penetración…”.

En el primer trimestre podría producirse un sangrado precoz por la implantación del embrión en el útero, amenaza de aborto o un embarazo ectópico (que se desarrolla fuera del útero), tal y como indica Tobías.

“El sangrado de implantación ocurre aproximadamente a los 12 días después de la ovulación”, comenta Ruiz Domingo. Se debe a que cuando el óvulo fecundado llega a la cavidad uterina, se asienta en su pared y al hacerlo puede romper algunas venas. “La pérdida por lo general es muy escasa, gotitas de sangre y no dura más de cinco días”, comenta.

En el segundo y tercer trimestre, Tobías sostiene que puede haber sangrados por una implantación anómala de la placenta (placenta previa), un desprendimiento parcial de esta o la rotura de la bolsa y de algún vaso de la placenta. Un artículo publicado en la revista American Family Physician indica que el desprendimiento de la  placenta es la causa más común de sangrado vaginal grave y ocurre en el 1% de los embarazos. 

“La cantidad, el color y frecuencia de los sangrados varían según el cuadro que lo provoquen y su gravedad”, comenta Tobías. Por regla general, según señala, será un sangrado escaso, intermitente, que no asocie un dolor moderado o intenso y que no suele conllevar gravedad. Pero si los sangrados son repetidos, intensos o dolorosos, lo más aconsejable es acudir a un especialista.

Virginia Engels, responsable de la Unidad de Ginecología del Grupo Pedro Jaén, afirma a Maldita.es que aunque en ocasiones son “sangrados inocentes”, en algunos casos “representan un signo de alarma porque pueden desembocar en hemorragias graves”. Este tipo de sangrados, según la experta, deben controlarse de manera estrecha durante toda la gestación. 

¿Puede pasar que una mujer esté embarazada desde hace meses y no se dé cuenta porque siga teniendo algún tipo de sangrado y apenas le crezca la tripa? “Es poco probable y más bien anecdótico que tengas sangrados regulares durante el embarazo, no aumente el perímetro abdominal y no notes ningún síntoma asociado a la gestación ni movimiento fetal sobre todo en el tercer trimestre del embarazo”, comenta Vilardell. Ruiz Domingo comenta que las mujeres que tienen menstruaciones irregulares deben estar atentas, además de a la falta de menstruación, a otros “cambios fisiológicos, metabólicos y morfológicos”. “Los síntomas frecuentes al inicio del embarazo son fatiga, cansancio, debilidad o insomnio”, señala. Otras señales que menciona serían los cambios en el gusto, el crecimiento del abdomen, la pigmentación de la piel o el aumento de las glándulas mamarias.

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