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MALDITA CIENCIA

Qué son los pensamientos intrusivos, por qué afectan a todo el mundo y cuándo pueden convertirse en un problema para tu salud mental

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Nos habéis preguntado por un vídeo de TikTok en el que un chico habla de una sensación que para muchos será familiar: cuando de pronto aparece en tu cabeza una idea inesperada e indeseada, a menudo violenta o desagradable. "Estaba en un edificio con un amigo y de pronto pensé: '¿y si le empujo? ¿Y si le empujo, se cae, y se muere? Que no lo hice, ¡nunca lo haría! Pero lo pienso, '¿qué pasa si le empujo?'", se pregunta el protagonista. Mientras unos carteles explican que esto a lo que se está refiriendo es lo que se llaman pensamientos intrusivos.

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¿Qué son exactamente estos pensamientos y por qué se producen? ¿Son síntoma de algún problema de salud mental? ¿Hay alguna forma de evitarlos o combatirlos?

¿Qué son los pensamientos intrusivos? ¿Todo el mundo los tiene?

Los pensamientos automáticos son una parte normal del funcionamiento de nuestro cerebro. "Tenemos pensamientos automáticos tanto agradables como desagradables. Pueden aparecer al ver una película, al oír una palabra o al percibir un olor", explica Rosana Pereira Davila, Directora de Haztúa Psicología Positiva

Pero en determinadas ocasiones, especialmente aquellas que interpretamos como estresantes o en etapas en las que acumulamos dificultades o problemas, podemos estar en una situación de alerta y que esos pensamientos se vuelvan desagradables y se repitan una y otra vez. "Son lo que llamamos pensamientos intrusivos porque no depende de nosotros que aparezcan o no. Simplemente aparecen y nos invaden", añade Pereira

"Es algo que nos pasa a todos", explica Aurora Gómez, psicóloga clínica, "y que normalmente adopta una de las siguientes formas: nos preguntamos '¿qué pasaría si...¿' [como el chico del vídeo] o escuchamos una voz en nuestra cabeza que identificamos como la nuestra propia" a diferencia de las personas que padecen un caso de psicosis en el que pueden escuchar una voz que no es la suya, añade la experta.

Estos pensamientos "parecen salir de la nada, llegan en una ráfaga y pueden causar mucha ansiedad", explica la Asociación Americana para la Depresión y la Ansidad (ADAA por sus siglas en inglés). El contenido puede ser violento, sexual o de cualquier tipo de acción que la persona considere reprobable, contrario a sus creencias o inaceptable de alguna forma. Otros simplemente son extraños sin sentido aparente. "Los pensamientos intrusivos pueden ser muy explícitos y causar preocupación y vergüenza a quien los tiene, motivo por el que los mantiene en secreto", mantiene la ADAA.

Los pensamientos intrusivos no son un problema para la mayoría de la gente

Aunque su naturaleza no es agradable, estos pensamientos no son patológicos ni problemáticos en la mayoría de los casos, en los que llegan y se van de forma espontánea sin generar mayor sufrimiento. De hecho, "el mayor error con estos pensamientos es intentar evitarlos", explica Gómez. "Si yo te digo que no pienses en un elefante blanco, ¿tú en qué piensas? Precisamente en un elefante blanco". Intentar suprimir un pensamiento es imposible y lo único que hace es reforzarlo, añade la psicóloga. Lo mejor en este caso es reconocer su existencia pero no prestarles mayor atención.

"La mejor manera de que desaparezcan es no ir en contra de ellos sino aceptarlos como una respuesta normal a una situación anormal y tratar de dar solución a la situación de estrés que los está provocando", añade Pereira.

Las indicaciones de la ADAA coinciden en este punto: "Las personas a las que estos pensamientos intrusivos causan molestia deben aprender a tener una relación distinta con ellos: asumir que a veces su contenido es irrelevante y poco importante; que todo el mundo tiene pensamientos ocasionales que son raros, socialmente inapropiados o violentos". Es importante, añade Gómez, tener claro que estos pensamientos no son acciones ni impulsos, tenerlos no quiere decir que vayamos ni que queramos hacer lo que representan ni que sea un mensaje de nuestro subconsciente.

Gómez y Pereira coinciden en señalar el momento en el que los pensamientos intrusivos se convierten en un problema: cuando nos hacen sufrir o cuando nos impiden llevar a cabo nuestras actividades cotidianas con normalidad.

La relación entre los pensamientos intrusivos y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC)

En Maldita.es ya hemos explicado qué es un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y por qué no es lo mismo que tener algunas manías. El TOC y los pensamientos intrusivos están muy relacionados entre sí: "Efectivamente todos tenemos pensamientos intrusivos a los que reconocemos como tal, la diferencia principal es que debido a sus vulnerabilidades concretas, a su aprendizaje, a sus rasgos de personalidad, las personas con TOC hacen una interpretación diferente de sus pensamientos", explica Nieves Álvarez, psicóloga de la Asociación TOC Madrid.

Álvarez explica que en el caso de las personas con TOC, los pensamientos intrusivos son precisamente el origen de las obsesiones. "La secuencia sería la siguiente: tienes un pensamiento intrusivo que por su contenido y valor egodistónico [que no encaja con la persona que lo tiene] genera un gran malestar en ti, intentas resolverlo rumiando sobre él o reducir el malestar que te ha provocado mediante otros pensamientos o actos (compulsiones) y esto termina provocando un círculo vicioso que se condiciona, de modo que 'aprendes' que cada vez que aparece la intrusión debes realizar la compulsión para reducir tu malestar".  

La razón detrás de este círculo visioso es que a causa de su personalidad o creencias, en las personas con TOC estos pensamientos llegan a concebirse como algo peligroso o inaceptable y a fusionar el pensamiento con la acción: interpretan que pensar algo es lo mismo que llevarlo a cabo. "En su cabeza, si eres una buena persona no deberías tener este tipo de pensamientos y por eso su activación ante estas intrusiones es muy elevada, y la necesidad de eliminarlos también lo es", explica la psicóloga.

Aunque el TOC es una patología que requiere un diagnóstico y un tratamiento adecuado, Álvarez da unos consejos generales para quienes sufren este problema: "Deben entender que son pensamientos intrusivos, no realidades y por tanto no es necesario reaccionar ante ellos ni preocuparse por los mismos. Si los dejas ahí sin más, terminarán desapareciendo por si solos", algo que resulta muy difícil para las personas con TOC, ya que pueden experimentar un sufrimiento ante el pensamiento en cuestión similar al que padecerían los demás en caso de que el hecho pensado o temido se produjese en la realidad.


Primera fecha de publicación de este artículo: 15/06/2021

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