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MALDITA CIENCIA

¿Qué sabemos sobre las medidas de seguridad para la reapertura de las peluquerías?

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Según lo que ha anunciado el gobierno el martes 28 de abril, a partir del lunes 4 de mayo (cuando empieza la llamada “fase 0”, según este cronograma incluido en el Anexo III del plan de desescalada del Gobierno) las peluquerías podrán reabrir, así como los pequeños negocios, para atender un cliente a la vez y con cita previa. En el momento que empiece la Fase 1, las peluquerías podrán abrir con la limitación del 30% del aforo.

Según la información remitida por el Gobierno, en la fase 2 el aforo podrá subir al 40% y en la fase 3 llegará al 50%. En este documento se recopilan en detalle las medidas de levantamiento progresivo por fases de las limitaciones impuestas durante el estado de alarma.

Las condiciones para la reapertura que se recogen en el BOE: cita previa, separación física y medidas de higiene*

El 3 de mayo se publicaban en el BOE las condiciones para la apertura al público de este servicio, que son las siguientes:

  • Se establecerá un sistema de cita previa que garantice la permanencia en el interior del establecimiento o local en un mismo momento de un único cliente por cada trabajador, sin que se puedan habilitar zonas de espera en el interior de los mismos.
  • Se garantizará la atención individualizada al cliente con la debida separación física o, en el caso de que esto no sea posible, mediante la instalación de mostradores o mamparas.
  • Se establecerá un horario de atención preferente para mayores de 65 años, que deberá hacerse coincidir con las franjas horarias para la realización de paseos y actividad física de este colectivo.

Además, sobre las medidas de higiene, la norma contempla que los establecimientos y locales que abran al público realizarán, al menos dos veces al día, una limpieza y desinfección de las instalaciones con especial atención a las superficies de contacto más frecuentes como pomos de puertas, mostradores, muebles, pasamanos, máquinas dispensadoras, suelos, teléfonos, perchas, carros y cestas, grifos y otros elementos de similares características, conforme a las siguientes pautas:

  • Una de las limpiezas se realizará, obligatoriamente, al finalizar el día.
  • Se utilizarán desinfectantes como diluciones de lejía (1:50) recién preparada o cualquiera de los desinfectantes con actividad virucida que se encuentran en el mercado y que han sido autorizados y registrados por el Ministerio de Sanidad. Si se utiliza un desinfectante comercial se respetarán las indicaciones de la etiqueta.
  • Tras cada limpieza, los materiales empleados y los equipos de protección individual utilizados se desecharán de forma segura, procediéndose posteriormente al lavado de manos. Para dicha limpieza se podrá realizar, a lo largo de la jornada y preferentemente a mediodía, una pausa de la apertura dedicada a tareas de mantenimiento, limpieza y reposición. Asimismo, se realizará una limpieza y desinfección de los puestos de trabajo en cada cambio de turno, con especial atención a mostradores, mamparas, teclados, terminales de pago, pantallas táctiles, herramientas de trabajo y otros elementos susceptibles de manipulación, prestando especial atención a aquellos utilizados por más de un trabajador.*

Las recomendaciones de la Sociedad Española de Microbiología

Hemos hablado con dos integrantes del grupo de Difusión de la Sociedad Española de Microbiología (SEM), Mª Dolors Vidal, de la Universidad de Castilla-La Mancha, y Kika Colom, de la Universidad Miguel Hernández de Elche.

Además, hemos encontrado unas líneas guía institucionales alemanas (concretamente, de la Berufsgenossenschaft für Gesundheitsdienst und Wohlfahrtspflege, o BGW, la asociación profesional de servicios de salud y asistencia social, el seguro público de accidentes, una especie de seguridad social) dedicada específicamente al tema peluquerías, ya que allí también abrirán a partir del lunes 4 de mayo.

Vidal y Colom nos dicen en resumen que, si el virus aún circula en la población, el riesgo epidemiológico en una peluquería se debe gestionar como lo hacen los sanitarios en un centro de atención primaria. “Aunque el virus no infecta ni la piel, ni el cuero cabelludo, es de esperar que el pelo de una persona infectada sea un fómite (es decir, un objeto transmisor pasivo del virus)”, nos explican.

Uso de guantes

El virus se encuentra principalmente en el tracto respiratorio de las personas infectadas, no en el pelo, pero en una persona contagiada el virus podría pasar fácilmente de sus vías respiratorias a las manos a través de gotitas de saliva y de ahí al pelo al tocárselo.

Desde la SEM recomiendan el uso correcto de guantes por parte de los profesionales de la peluquería: un par por cada servicio, con cuidado de no tocarse la cara y desinfectando el material que hayan tocado esos guantes tras su uso (tijeras, botes de productos, peines, cepillos, etc).

En este hilo de la SEM se recogen algunos de esos consejos:

https://twitter.com/SEMicrobiologia/status/1254676908828131328?s=20

El virólogo del Instituto de Salud Carlos III Pepe Alcamí también sugiere el uso de guantes por parte del personal de la peluquería y de clientes: “Yo recomendaría quitarse los guantes al salir de la peluquería y tirarlos”, dice.

Los secadores

Nos habéis hecho llegar la pregunta:

¿Qué sabemos sobre la seguridad de usar secadores de pelo en sitios cerrados? ¿Es necesaria una distancia de seguridad mayor?

Para esta pregunta concretamente no hemos encontrado respuesta. Sin embargo, tenemos algunas indicaciones. Según las investigadoras de la SEM, “los secadores pueden diseminar las gotículas respiratorias”. Según ellas, eso puede ser “bueno para el virus” (ya que podría alcanzar mayor distancia) y a la vez malo, porque el aire caliente lo podría inactivar y porque podría producirse “un efecto dilución” en el ambiente.

Nuestra opinión es que usar secadores no tendría por qué ser problemático siempre y cuando todo el mundo llevara equipos de protección individual y colectiva”, dicen. “Si una persona lleva mascarilla cuando le secan el pelo, aunque esté contagiada no debería eliminar una cantidad significativa de virus y por tanto el secador no estaría contribuyendo a diseminar más lejos posibles partículas contaminantes”, añaden.

“En caso de duda sobre la contención de la mascarilla del cliente, una recomendación puede ser minimizar el uso de secadores de aire a lo razonable, y priorizar el uso de los de aire caliente. Siendo muy extremos, hacerlo a las mínimas revoluciones y siempre dirigiendo el flujo de aire hacia una zona donde no haya nadie y por el menor tiempo posible. Pero –insisten– con las mascarillas adecuadas estas precauciones no serían necesarias”.

La guía alemana que mencionamos antes contiene un apartado específico sobre ventilación: “Las salas de peluquería, incluidas las salas de descanso y las sanitarias, deben estar adecuadamente ventiladas, incluso con mal tiempo. Esto reduce los posibles riesgos de infección, ya que las gotitas que contienen el patógeno presentes en el aire se diluirían”.

En la misma línea van las investigadoras de la SEM: “Una recomendación general desde el punto de vista epidemiológico es que se prescinda de los aires acondicionados, que resecan las vías respiratorias comprometiendo sus defensas y mueven las partículas en suspensión de formas impredecibles, y se favorezca la ventilación natural (ventanas abiertas).”

Citas distanciadas en el tiempo y en el espacio

La naturaleza misma de la profesión peluquera hace imposible mantener la distancia de seguridad entre los clientes y el profesional de peluquería. Por lo tanto, además de distanciar las citas entre clientes, y asegurar que si hay más de un cliente (lo cual será posible a partir de la entrada en vigor de la fase 1) se mantengan a 2 metros de distancia (la guía alemana explicita que “solo el cliente y el profesional pueden acercarse entre sí durante la sesión”), es necesario poner el foco en la protección de peluquero/peluquera y cliente/clienta.

Es imprescindible una buena protección individual”, dicen desde la SEM. “Para evitar al máximo la eliminación de virus por parte de las personas que pudieran ser portadoras asintomáticas, los clientes deberían llevar mascarillas cómodas pero eficaces. La más indicadas serían las que no se amarran detrás de la cabeza, sino detrás de los oídos que no interfieran con el manejo del pelo,” indican las investigadoras.  

Además, es muy posible que, durante el corte de pelo, alguna mascarilla quede dañada por las tijeras. Por lo tanto, es “recomendable que las peluquerías tuvieran mascarillas quirúrgicas de repuesto para los clientes en caso de accidente”.

El personal de la peluquería debería utilizar mascarillas de más filtro, tipo FFP2 y sin válvula exhaladora. También “sería aconsejable el uso de gafas protectoras para los ojos”, especifican Vidal y Colom.

Por último, “si la mascarilla se humedece hay que cambiarla al terminar porque al mojarse pierde la propiedad de protección”, recuerda el virólogo Alcamí.

En Alemania la recomendación es que “se deben observar escrupulosamente las medidas de protección como el uso de protectores de boca y nariz y una capa para los clientes”. Se llega a pedir a las peluquerías que demarquen la “zonas de movimientos” con “barreras o marcas”, así como el cierre de las zonas de espera y de otros espacios no imprescindibles.

Higiene de las manos y de los instrumentos de trabajo

La medida de protección estrella contra la difusión del virus es como siempre el lavado y la higiene de las manos. Por lo tanto, desde la SEM aconsejan, al igual que ya pasa en muchos supermercados y otros establecimientos comerciales, tener a disposición “dispensadores de gel hidroalcohólico para que tanto el personal de la peluquería como los clientes puedan hacer una buena desinfección de manos tanto en la entrada como la salida del establecimiento”.

Lo mismo aconseja la guía alemana: “se tiene que prever una limpieza e higiene suficiente, a lo mejor con intervalos muy ajustados”. La SEM recomienda explícitamente también que “los instrumentos y superficies deben limpiarse con desinfectante”.

Olvidémonos de leer revistas mientras esperamos para nuestro corte

Ya no es nada aconsejable ofrecer revistas”: así de tajantes son las investigadoras de la SEM. “Es necesario eliminar cualquier objeto que pueda actuar como fómite: revistas y cualquier otro objeto que puedan manosear los clientes y servir de transmisión”.

Recomendaciones de las asociaciones profesionales

Hemos contactado con el CONEPE, el Consejo Nacional de Empresas de Peluquería y Estética de España, que no ha dado recomendaciones a sus asociados ya que, aseguran, en la publicación del gobierno hay cosas que aún no quedan claras.

Sin embargo, las empresa de cosmética (a través de la STANPA, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética) se han coordinado para preparar una “Guía de recomendaciones higiénico sanitarias para salones de peluquería”.

Pilar Pérez, jefa de prensa y comunicación digital de la empresa L'Oreal, miembro de STANPA, nos explica que se han basado en “las medidas que dicta el Gobierno para los comercios que ya están abiertos, los consejos de la OMS, los protocolos de seguridad que se han aprobado en países en los que las peluquerías están a punto de abrir y el consejo de expertos con los que validamos nuestras propuestas”.

Además de recoger muchas de las medidas y criterios que hemos contado, aconseja realizar “controles de temperatura a la entrada al trabajo con termómetro de infrarrojo a distancia” y en caso de presencia de síntomas suspender la actividad laboral, valorar el retraso en la reincorporación de los empleados o empleadas sensibles o “de riesgo” (como personas mayores o con patologías previas), cambiarse de ropa y de zapatos, “evitar joyas en las manos como pulseras, relojes, anillos y llevar el cabello recogido”, “entregar una bolsa individual para recoger las pertenencias del cliente que se devolverá al término del servicio”, “proteger la zona de recepción: teclados, teléfonos, material oficina”, “valorar la posibilidad de incorporar mampara transparente”, “sustituir toallas habituales por toallas desechables”.

Finalmente, añaden una serie de recomendaciones específicas sobre el contacto con proveedores, sobre cartelerías y servicios y un consejo final: “se recomienda, en la medida de lo posible, evitar realizar aquellos servicios que impliquen que el cliente deba retirar su protección facial. En caso de realizar este tipo de servicios, el trabajador deberá tomar medidas extraordinarias como por ejemplo usando pantallas protectoras faciales y guantes”.

*Hemos actualizado este artículo el 4 de mayo con el contenido del BOE del 3 de mayo.

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