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No hay evidencias de que el coronavirus pueda transmitirse a través del humo del tabaco, pero fumar sí aumenta las posibilidades de contagio y está relacionado con casos más graves de COVID-19

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El ministro de Sanidad, Salvador Illa ha anunciado en una rueda de prensa el día 14 de agosto [34:40-34:57] y tras una reunión de urgencia con las diferentes comunidades autónomas, 11 nuevas medidas aprobadas por unanimidad entre el ministerio de Sanidad y todas las comunidades autónomas para tratar de ralentizar el incremento de contagios de COVID-19 en España. Una de ellas "prohibe fumar en espacios al aire libre cuando no se pueda respetar una distancia interpersonal mínima de 2 metros". La nueva norma no solo se refiere a los cigarrillos, sino a cualquier dispositivo de inhalación de tabaco. "Lo mejor es no fumar, por razones obvias de salud pública", añadía Illa.

https://twitter.com/sanidadgob/status/1294237967490387969?s=21

Ya durante los últimos días, algunas comunidades autónomas, como Galicia o Canarias, habían prohibido fumar al caminar por la calle o en lugares públicos, como terrazas; en caso de no poder garantizarse la distancia mínima de seguridad. "El humo es un factor de transmisión", señalaba en rueda de prensa el 12 de agosto el presidente de la Junta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, dando a entender que el virus podría transmitirse a través del humo de los cigarrillos. Sin embargo, no hay evidencias científicas de que esto sea así. Os contamos lo que sabemos al respecto.

No hay evidencias de que el virus pueda transmitirse a través del humo del tabaco, pero sí puede empeorar el pronóstico de la COVID-19

Por el momento, no existen evidencias de que el SARS-CoV-2 pueda transmitirse y contagiar a través del humo del tabaco. Como ya explicamos en Maldita Ciencia aquí, lo que sí se ha demostrado es que fumar puede afectar a la capacidad de los pulmones para combatir infecciones. "Cuando los pulmones de alguien están expuestos a la gripe u otras infecciones, los efectos adversos de fumar o vapear son mucho más graves que entre las personas que no fuman ni vapean", señala este artículo del Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaquismo de la Universidad de California (Estados Unidos).

"Actualmente no hay evidencia suficiente que nos permita afirmar que el humo del tabaco aumente la transmisión del virus", señalaba el 13 de agosto la coordinadora del grupo de trabajo de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Mónica Pérez Ríos en Al Rojo Vivo de laSexta [lo dijo en el minuto 02:20:30 pero el programa ha sido eliminado de la web de la cadena].

"Sobre lo que sí hay evidencia robusta es sobre que los fumadores tienen un mayor riesgo de sufrir una enfermedad grave por coronavirus", coincide en Maldita Ciencia Olga Mediano, coordinadora de área de ventilación mecánica y cuidados respiratorios críticos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). "Con respecto a si el fumador puede ser más contagioso (en relación a que las gotitas qué exhala, como son aerosoles, pueden ser más contagiosas), hay escasa evidencia. Sin embargo, tampoco se está seguro de que no sea así", añade.

Las autoridades sanitarias advierten que fumar es un factor de riesgo de contagio de infección por coronavirus

En el documento de posición Fumar en tiempos del COVID-19 de SEPAR junto a la Asociación Latinoamericana de Tórax (ALAT), la Unión Internacional contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias (La Unión) y otras sociedades científicas latinoamericanas advierten que las sustancias tóxicas del humo del tabaco disminuyen las defensas de los pulmones.

Esto "facilita que los virus y las bacterias puedan infectar los pulmones de un sujeto fumador con mayor frecuencia que los de uno que no consume tabaco. Además, las células pulmonares de los fumadores, tanto los de cigarrillos manufacturados como electrónicos, son especialmente susceptibles a ser infectadas por el SARS-Cov-2. Estas razones explican que la COVID-19 sea una enfermedad mucho más grave en los fumadores que en los no fumadores", según apunta SEPAR en su página web.

Este documento, que refleja el posicionamiento de las autoridades sanitarias en relación al consumo del tabaco y relacionados durante la pandemia por COVID-19, coincide y recomienda seguir medidas especiales de higiene en relación al consumo de todo tipo de productos del tabaco y productos relacionados: evitar su consumo en ambientes comunitarios y sociales y, en caso de realizarse, este sea en espacios separados abiertos, extremándose las medidas de higiene personal de quien consume y con lavado de manos previo y posterior a la manipulación de los productos y utensilios empleados.

Aunque el virus no se transmita a través el humo del tabaco, el acto de fumar sí que aumenta el riesgo de contagio

A pesar de que no haya evidencia suficiente como para garantizar que el virus pueda "viajar" a través del humo de un cigarrillo, el propio acto de fumar conlleva una serie de circunstancias que pueden facilitar el contagio de la COVID-19.

"El fumador no usa la mascarilla mientras está fumando, por tanto es lógico que se le pida que cuando fume esté a más de un metro y medio del resto de las personas", recuerda Mediano. Como ya explicábamos aquíla mascarilla es útil para disminuir el riesgo de contagio: sea higiénica, quirúrgica o EPI, si la utilizamos correctamente, funcionará al menos como barrera física que dificulte el contacto tanto con el SARS-CoV-2, como con cualquier otro patógeno que sea susceptible de entrar en nuestro organismo a través de las vías respiratorias, la nariz y la boca.

Pero, mientras se fuma, no solo no se utiliza mascarilla, sino que esta además se toquetea en exceso. En palabras de Mediano, un fumador "manipula mucho la mascarilla, porque se la pone y se la quita muchas más veces". Esto quiere decir que, en el caso de que haya tocado previamente una superficie infectada, puede contagiarse.

Además, Mediano añade que estas personas se tocan mucho más la parte de la boca y esto puede aumentar el riesgo de contagio. "Todos estos factores son los que hacen que parezca lógico o prudente que fumar se haga a más de un metro y medio del resto de las personas", concluye Mediano.

Por último, al expulsar el humo del cigarro, como sucede al hablar, toser o estornudad, hay más posibilidades de expulsar gotículas de saliva susceptibles de estar infectadas con el virus y que pueden permanecer, según SEPAR, hasta 30 minutos en el aire. Si estas llegasen a las vías respiratorias de terceros, podrían contagiarles.

“La evidencia científica ya nos ha demostrado que el coronavirus se transfiere entre personas a través de las gotitas de Flügge y por vías de contacto con superficies por lo que nuestra recomendación ahora más que nunca es no fumar”, añade en la nota de prensa de SEPAR el doctor Signes-Costa, coordinador del Área de tabaquismo de la sociedad de neumólogos.

Recomendaciones de los expertos en neumología

Así pues, SEPAR recuerda, como conclusión, estos tres puntos en su página web:

1. Fumar o vapear en tiempos de la pandemia COVID-19 conlleva un mayor riesgo de padecer una forma grave y de peor pronóstico de la enfermedad.

2. Es recomendable mantener todos los ambientes, tanto cerrados como al aire libre, 100% libres de humo de tabaco.

3. Además de no consumir tabaco, es necesario cumplir con las principales medidas higiénicas para combatir el SARS-CoV-2: lavado frecuente de manos, mantenimiento de distancia de seguridad a más de 2 metros y utilización de mascarillas.

Por su parte, la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) insta a que todas las terrazas de bares y restaurantes se conviertan en espacios sin humo; así como playas, espectáculos al aire libre y coches particulares.

Primera fecha de publicación de este artículo: 14/08/2020.

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