“Islam”, “islamistas”, “musulmán”, “inmigrante” o “ilegal”. Son una muestra de los términos que los contenidos desinformadores relacionados con la migración y la religión en España y Europa tratan de asociar a las personas migrantes, también en periodo electoral. A estos se les vincula, sobre todo, con narrativas relacionadas con hechos violentos o delictivos y con los privilegios en el acceso a ayudas sociales, algo que ya ocurrió en las elecciones generales de España en 2023.
El 86,6% de los desmentidos de desinformación contra personas migrantes y por motivos religiosos producidos entre el 18 de febrero y el 18 de junio de 2024 por los verificadores miembros del European Fact-Checking Standards Network (EFCSN) incluían palabras clave relacionadas mayoritariamente con la migración genérica (como “flujo migratorio” o “asistencia migrante”), seguido por el conjunto de conceptos relacionados con el islam (como “musulmanes”, “islamistas” o “Corán”) y otros sobre inmigración (como “inmigrantes ilegales” o “inmigración”).
Los datos se obtuvieron del análisis del repositorio Elections24Check, donde 43 organizaciones de verificación del EFCSN en 35 países europeos hemos colaborado para recopilar y combatir la desinformación durante las elecciones europeas.
Las personas migrantes o musulmanas, el perfil más habitual de la desinformación en periodo de elecciones
En este análisis europeo, las palabras vinculadas a las personas migrantes y al proceso de migración, junto a términos relacionados con el islam y la inmigración suponen más de la mitad de todos los términos empleados por los verificadores para categorizar los contenidos (55,5%).
Según Elisa Brey, profesora de Sociología y miembro del Grupo de Estudios en Migraciones Internacionales (GEMI) de la Universidad Complutense de Madrid, los conflictos de los disturbios de El Ejido del año 2000 o los atentados del 11M en 2004, han contribuido a construir “al hombre joven árabe y musulmán como peligroso”. Ante estos actos violentos, explica Ángel Cisneros, sociólogo y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, “la población siempre busca dar respuesta a lo sucedido y poder razonarlo”.
Llegado este punto, según el experto, entra el imaginario común, “donde la estética, la fe, la cultura y la proveniencia, generan ese tipo ideal de ‘terrorista’”. Y éste, al mismo tiempo, se basa en los rasgos socioculturales impuestos por un “sistema cultural que afecta a toda la población de países que profesan el islam de manera mayoritaria y casi institucionalizada”, asegura el sociólogo.
Esto deriva, explica Cisneros, en la creación de un perfil “equivocado enraizado en el miedo que genera el desconocimiento”. Y, en este contexto, los desinformadores “caricaturizan a determinados sectores de la población, desfigurando por completo la realidad social de las personas migrantes con cultura y fe musulmana” y “generando un ambiente de hostilidad” contra ellos, explica.
La nacionalidad más repetida entre todos los contenidos desinformadores europeos analizados por Maldita.es es la marroquí, que aparece en el 5,1% de los casos, y eso sin contar los contenidos en los que no aparece una categorización (solo el 6,6% de los términos relacionados con migración y religión que se han utilizado permiten identificar la nacionalidad de los supuestos implicados). Este señalamiento, explica Cisneros, puede estar motivado por las “diferencias culturales y estructurales” de la población marroquí con la del resto de sociedades europeas.
Por ejemplo, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las principales nacionalidades de las personas que llegaron a España durante el cuarto trimestre de 2023 fueron la colombiana (con 42.600 llegadas a España) y la venezolana (27.300). Sin embargo, según explica Cisneros, los contenidos desinformadores no se centran en estas dos nacionalidades, sino en la población marroquí, que se sitúa en tercer lugar del ranking, con 25.800 personas migrantes. “Pese a haber ciertos elementos culturales muy distintos [con Colombia y Venezuela], el hecho de tener un idioma y una cultura similar, además de cierto hermanamiento histórico, facilitan la aceptación e integración”, explica a Maldita.es.
Estos términos pueden ayudar a dibujar el perfil sobre los que se suele generar desinformación en el entorno europeo, pero, además, hay otro conjunto de palabras que describen la acción que se les atribuye. Únicamente el 22% de los términos relacionados con migración y religión que se han utilizado para categorizar los contenidos hacen referencia al hecho en sí. Y, en su mayoría (el 5,9%), se vincula a estos sujetos a hechos violentos, como pueden ser “tiroteos”, “atentados” o “violaciones”, y actos delictivos.
Mensajes como “un inmigrante apuñala a un hombre en Barcelona” no solo se difundieron en España para atribuir las imágenes de la agresión a una persona extranjera, sino que también circularon en otros países como Países Bajos. Sin embargo, los verificadores comprobaron que los hechos habían tenido lugar, en realidad, en Turquía en febrero de 2023.
A estas personas, además, también se les relaciona con delitos no violentos y acciones incívicas. Un ejemplo es un vídeo desmentido por Maldita.es, AFP y Newtral de un “musulmán” supuestamente orinando en los productos de cerdo de un supermercado de Países Bajos. El autor de las imágenes afirmó que fue un montaje con efectos de sonido para “demostrar que en internet todo puede ser falso”.
Es importante matizar que en este análisis de palabras más usadas, España se encuentra sobrerrepresentada ya que los fact-checkers españoles son los que más contenido han volcado en la base de datos del proyecto Eu24Elections sobre este tema.
La desinformación no solo perfila al supuesto causante de estas agresiones como una persona extranjera, sino también lo dibuja como persona musulmana, como sucede muchas veces en el caso de “atentados” o “terroristas”. Esta relación de conceptos es una tendencia que ha podido comprobar Maldita.es tanto en sus contenidos como en las publicaciones del resto de verificadores europeos. Un ejemplo es la de la supuesta muerte en Noruega a manos de “islamistas” del refugiado iraquí y crítico del Islam, Salwan Sabah, difundidas en España, Albania o Bosnia y Herzegovina. Sin embargo, la policía de Noruega afirmó que se trataba de una “información falsa”.
Esta relación de violencia y personas musulmanas que vemos en los contenidos desinformadores podría estar motivada, según el sociólogo Ángel Cisneros, por el erróneo vínculo socialmente establecido entre marroquíes y personas musulmanas, y de estos dos grupos con los actos terroristas. Estos acontecimientos provocan que “se relacione a una población entera, como si fueran defensores de estas atrocidades”. Así, relacionando estos acontecimientos con personas que practican el islam y, por ende, con las personas marroquíes, se les tacha de violentos. Un símil, según Cisneros, es la errónea creencia de que “todos los vascos están de acuerdo con los actos cometidos por la banda terrorista ETA”.
A este perfil no solo se le atribuyeron acciones relacionadas con la violencia (incluyendo aquí los delitos), sino también, aunque en menor medida, con ayudas sociales y la transmisión de enfermedades. Como este vídeo en el que se asegura que las personas migrantes en situación irregular obtienen ayudas de 1.000 euros al mes al llegar a España (cuando todas las prestaciones económicas estatales incluyen la obligatoriedad de tener residencia legal); o esta supuesta alerta por una epidemia de tiña y sarna en Cataluña relacionada con las personas migrantes (en el momento en el que se difundió esta desinformación no había brotes registrados de estas enfermedades).
Los privilegios de las personas migrantes o musulmanas en el acceso a ayudas sociales, una narrativa desinformadora recurrente a nivel español
En España, los verificadores miembros del EFCSN han asignado el 10,5% de los contenidos a las categorías de “migración” y/o “religión”. Entre estos contenidos, hemos detectado una narrativa que no tiene tanto peso a nivel europeo: la que vincula a las personas migrantes y/o musulmanas con mayores privilegios en el acceso a ayudas sociales.
De los contenidos desinformadores en los que se identifica a estos colectivos con una acción específica, la que les señala como unos privilegiados del sistema es la segunda narrativa con más peso entre los contenidos publicados en España (3,3%), después de la violencia (incluyendo también terrorismo, que supone el 10%).
El sociólogo Ángel Cisneros explica que “es un bulo creado por el sector político conservador para desfigurar la realidad de que las ayudas sociales solo se otorgan a la población nacionalizada en situación de vulnerabilidad social”.
Destacan especialmente aquellos contenidos que señalan directamente a las personas marroquíes como principales beneficiarias de estas prestaciones sociales. La profesora Elisa Brey sostiene que uno de los motivos por lo que esto se produce en España es porque “hay una especie de conflicto latente con Marruecos y los marroquíes”, lo cual se observó “en mayo de 2021 con la apertura de la valla de Ceuta, pero también se observa con el cierre de la frontera y los intercambios transfronterizos en el entorno de las ciudades autonómicas”.
Cisneros coincide que esta y otras disputas entre ambas naciones, junto a la brecha cultural mencionada anteriormente, refuerzan que las personas de origen marroquí sean los protagonistas de estas desinformaciones.
En esta línea, se han desmentido mensajes como “una mujer recibe ayudas económicas por estar casada con un marroquí”. Este tipo de contenidos desinformadores que circularon por redes sociales señalaban que los españoles supuestamente pagaban con sus impuestos 1.350 euros al mes a una mujer solo porque su marido era de Marruecos, pero era un bulo. La protagonista del vídeo afirmó que sus vídeos eran en tono de “humor” y que cuando hablaba de las ayudas que reciben por pareja interracial, lo hacíacomo una “parodia”. Además, en Cataluña, donde reside, no existen ayudas exclusivas por nacionalidad.
Desde Maldita.es, también se ha desmentido que en Cataluña las familias marroquíes con cuatro hijos perciban 2.092 euros al mes con la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC), como difundieron diversos desinformadores. Esta prestación está disponible para todas las personas españolas y extranjeras con permiso de residencia en España que no tengan recursos económicos mínimos, pero la cuantía máxima a percibir es de 1.375 euros para las familias con cinco o más hijos.
España no es el único país en el que surgen narrativas relacionadas con países del entorno con los que se mantienen conflictos o situaciones excepcionales. Encontramos este patrón, por ejemplo, en los contenidos desmentidos por los medios polacos que participaron en este proyecto. Son varios los ejemplos en los que Ucrania y los ucranianos (que han buscado refugio en Polonia desde la invasión rusa en febrero de 2022) son los protagonistas de las narrativas desinformadoras. Así, han trabajado bulos como los supuestos controles masivos de los hombres ucranianos en edad militar por parte de la policía local (fue desmentido por el Ministerio de Interior y Administración polaco); o desinformaciones relacionadas con ayudas públicas, como los supuestos 12.000 PLN (eslotis) mensuales que supuestamente recibían los estudiantes ucranianos (en realidad, es una prestación anual que no afecta en absoluto a los estudiantes polacos).
La desinformación presenta a las migraciones como un peligro o una amenaza
Según el informe The impact of disinformation on democratic processes and human rights in the world, del Parlamento Europeo, “la desinformación está asociada a un aumento de la violencia digital, entendida como el uso de dispositivos electrónicos con la intención de asustar, insultar, humillar o herir a una persona”. También en periodos electorales, en los que, según Elisa Brey, profesora de Sociología y miembro del Grupo de Estudios en Migraciones Internacionales (GEMI) de la Universidad Complutense de Madrid, “las migraciones se utilizan como arma arrojadiza porque los partidos tratan así de persuadir, utilizando argumentos emocionales, y convencer, con argumentos racionales, a sus electorados para ganar votos”.
La docente asegura que estos discursos antimigratorios tratan de activar distintos argumentos para conectar con el público a toda costa, presentando a las migraciones como un “peligro o una amenaza”. Así, los perfiles más recurrentes dentro de estas narrativas desinformadoras son los hombres marroquíes o magrebíes, especialmente en España, y las personas musulmanas, a las que pretenden diferenciar de las personas españolas o blancas.
De este modo se refleja en el reciente informe ¿De dónde proviene el sentimiento antiinmigración en España? Evidencia de una encuesta a gran escala, del centro de investigación ISEAK, que afirma que “los sesgos -o percepciones erróneas- sobre la inmigración, así como los sentimientos de amenaza, se relacionan con un menor apoyo a la entrada de inmigración”.
Por su parte, Ángel Cisneros considera que al convertir una realidad social controvertida, como es la migración, en una “problemática exagerada”, se crea una “herramienta de movilización electoral cuando los partidos se presentan como una solución”. El experto explica que, en los últimos años, ha habido un “aumento del discurso antimigratorio por parte de los viejos y nuevos partidos conservadores”, que se presentan como “guardianes de la cultura, la seguridad y el trabajo de todos los españoles”. Y esto no solo sucede en España, sino que sucede en toda Europa.
Por otro lado, también destaca la intención de defender los supuestos valores cristianos occidentales frente a la injerencia de otras religiones, especialmente el Islam, al que la desinformación posiciona como una amenaza. De este modo, la perspectiva etnocéntrica impulsa narrativas que sitúan a las personas musulmanas como “terroristas”, “radicales”, “violentas” y con el privilegio de recibir “ayudas económicas exclusivas” únicamente por su religión.
Del mismo modo que en España se señala a las personas marroquíes, la profesora Elisa Brey señala que en Francia, la “crispación hacia el chico joven árabe también está presente”, aunque la narrativa se configura de otro modo, señalando especialmente “a la población argelina por la guerra producida en el momento de la descolonización y el hecho de que Argelia fuera considerado territorio francés”. Así, verificadores franceses han desmentido desinformaciones protagonizadas por inmigrantes, como un supuesto ataque a una comisaría en Marsella; cuando, en realidad, sus autores son jóvenes residentes de la ciudad y no inmigrantes.
Según el sociólogo Ángel Cisneros, el “discurso antimigratorio” va “calando en la sociedad” para convertirse en “un pensamiento latente dentro de determinados sectores de la población”. Esto no solo ocurre en España, prosigue el experto, sino que se produce a nivel europeo, con algunas variaciones en cuanto a los perfiles y narrativas. Por ejemplo, el bulo del ataque cometido supuestamente por personas inmigrante a una comisaría en Marsella se difundió, según señala AFP Francia, en otros idiomas (inglés, ruso, alemán, español e italiano y en sitios web canadienses y azerbaiyanos). Y algunos de estos contenidos especifican que son “migrantes musulmanes”.
Las narrativas contra las personas migrantes englobadas en este discurso que se han difundido durante las elecciones europeas de 2024 en todo el continente, y se han centrado especialmente en un perfil concreto: personas musulmanas que cometen supuestos hechos violentos o delictivos.
Este discurso antimigratorio es, según Cisneros, una herramienta de marketing electoral “que se cocina a fuego lento pero que se marca de manera notable en estos periodos electorales”. Y sirve para “movilizar hacia la derecha a ese electorado dudoso que no es votante de un partido o que tiene ideas conservadoras, pero no suele participar electoralmente, dándoles una razón de peso para ir a votar”, explica.
Metodología
¿Cómo es el perfil de persona migrante contra la que se dirige la desinformación en España? ¿Es el mismo que en Europa? ¿Ha habido bulos sobre esta persona migrante tipo en las elecciones europeas? En busca de estas respuestas, nos asomamos a los contenidos detectados y recopilados en el proyecto Election24Check, donde tanto Maldita.es como más de 40 fact-checkers miembros del European Fact-Checking Standards Network (EFCSN) han detectado narrativas comunes alrededor de las elecciones al Parlamento Europeo entre el 18 de febrero y el 18 de junio de 2024).
El análisis de Maldita.es (del que se han extraído las conclusiones presentadas en el texto) ha estudiado las palabras clave, (keywords o tags en el diseño del repositorio de contenidos) relacionadas con dos categorías principales desinformadoras: migración y religión. El objetivo era identificar si siempre se asocian a los mismos términos y si hay variaciones o no con respecto a otros países. Cada organización ha registrado en el repositorio, de forma independiente pero con una metodología común, los contenidos publicados en su web durante el periodo establecido (desde el 18 de febrero hasta el 18 de junio de 2024).
En cuanto a los tags, se ha contabilizado el número de veces que aparece una etiqueta de forma individual dentro de una categoría (como “Migración” o “Religión”) o del conjunto de la base de datos. Las cifras relacionadas con los tags que se reflejan en el texto hacen referencia al número de veces que se repite cada uno de ellos, que no tiene por qué coincidir con el número de piezas al que se asocian. Esto significa que hay contenidos que aglutinan más de un tag. Para facilitar la comprensión, Maldita.es ha agrupado los términos dentro de grupos temáticos más amplios.
Es posible que haya variaciones en la clasificación de los mismos entre unas y otras organizaciones. Es decir, puede que haya más contenidos de los mencionados en este texto dentro de las temáticas señaladas que Maldita.es no ha podido identificar porque no estaban clasificados con los tags (etiquetas) que se han analizado. Cabe destacar también que dentro del repositorio se localizaron varios contenidos sin catalogar, por lo que se han dejado fuera de este análisis.
Si tienes alguna duda sobre esta información, puedes contactarnos en [email protected].
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Ángel Cisneros , sociólogo.
Gracias a vuestros superpoderes, conocimientos y experiencia podemos luchar más y mejor contra la mentira. La comunidad de Maldita.es sois imprescindibles para parar la desinformación. Ayúdanos en esta batalla: mándanos los bulos que te lleguen a nuestro servicio de Whatsapp, préstanos tus superpoderes, difunde nuestros desmentidos y hazte Embajador.
Este artículo forma parte de un proyecto colaborativo de más de 40 organizaciones liderado por la European Fact-Checking Standards Network para combatir la desinformación sobre las elecciones europeas de 2024. Puedes conocer más a elections24.efcsn.com