Si has cogido un avión recientemente puede que te haya picado la curiosidad por saber dónde se encontraba el vuelo en tiempo real. O puede que te apeteciera averiguar los vuelos privados de ciertas celebridades, que aviones usan, o a qué destinos suelen viajar. Y para ello, seguramente, hayas consultado algún tipo de portal que permite el seguimiento de vuelos en tiempo real. Pero, ¿cómo funcionan estas páginas, y cómo obtienen estos datos? ¿Son públicos? ¿Puede consultarlos cualquier persona? Desde Maldita.es os explicamos como funcionan los rastreadores de vuelo y de dónde obtienen esta información.
Los aviones determinan su posición mediante tecnología satelital
Con una simple búsqueda, podemos encontrar varios portales que ofrecen información en tiempo real sobre los aviones que se encuentran en circulación: desde el lugar de origen, la ruta que han realizado desde su despegue e incluso su velocidad en tiempo real. Páginas como Flightradar24 o ADBS Exchange nos proporcionan diferentes datos de la gran mayoría de los vuelos que se encuentran en el aire segundo a segundo.
La tecnología que utilizan estos servicios para realizar el seguimiento de los aviones gira en torno al denominado Automatic Dependent Surveillance-Broadcast (ADS-B), un sistema de vigilancia a través del cual una nave determina su posición a través de la navegación por satélite y la emite en tiempo real en abierto (es decir, no es necesario solicitarla y la nave no registra quién accede a ella) para facilitar su seguimiento.
Este sistema se ha ido implementando poco a poco dentro del mundo de la aeronáutica en sustitución de los clásicos sistemas de radar, siendo su instalación obligatoria en Estados Unidos desde enero de 2020 y en algunas naves europeas desde diciembre de 2020.
Esta tecnología, que se está posicionando como estándar dentro del control del tráfico aéreo, se ha hecho popular y accesible a todo el mundo gracias a los diferentes proyectos impulsados por entusiastas de la aeronáutica, gracias a la naturaleza abierta de los datos, que son fácilmente accesibles a través de diversos receptores que cualquiera puede obtener por un módico precio, o incluso subvencionados por alguna compañía.
Los datos de posición son abiertos para cualquiera que quiera consultarlos
Esta información es de libre acceso y cualquiera puede consultarla, pero hay que contar con determinados equipos técnicos para ello. En el caso de que un usuario quisiera registrar este tipo de datos, puede optar por montar un sistema que permita acceder a la señal ADS-B desde su casa: podemos encontrar varios tutoriales y guías que nos detallen paso a paso cómo establecer un sistema así. ¿Por ejemplo? Rastreadores de vuelo como FlightAware o Flightradar24 ponen a disposición una guía sobre cómo montar este equipo, acceder a la información de los aviones desde nuestra casa, y de paso aportar estos datos a su base de datos a cambio de una suscripción gratuita a sus servicios.
Para ello, el material que explican que es necesario es el siguiente: una Raspberry PI (un ordenador en miniatura, muy usado en proyectos de electrónica), una tarjeta de memoria, una antena que capte señales a 1090MHz (frecuencia en la que operan estos sistemas) y un receptor que transforme esa señal ADS-B al sistema de radio definida por software (RSD, por sus siglas en inglés), para que nuestro ordenador pueda interpretar la señal que recibe la antena. Como podemos comprobar, es una actividad que requiere cierto conocimiento técnico, de ahí que sean portales especializados los que se dedican al registro de este tipo de información.
Mientras que organizaciones como Eurocontrol, dedicada a la aviación dentro del espacio europeo, mantiene su propio sistema de rastreadores de vuelo con cerca de 1.000 receptores, servicios como Flightradar24 mantienen más de 30.000 de estos equipos, lo que asegura, según la compañía, una cobertura del 100% de Estados Unidos y Europa. Así es como consiguen generar un mapa tan detallado de todos los vuelos que se encuentran en tránsito en cada momento.
Otros proyectos como ADS-B Exchange, que nace como un proyecto colaborativo y apuesta por una mayor apertura de los datos, también ofrece datos sobre naves militares y privadas. Una información que, si bien no cuenta con restricciones para su acceso, ha levantado debates sobre la privacidad de los vuelos.
Primera fecha de publicación de este artículo: 19/07/2022