En los últimos años del franquismo, en 1968, ni hombres ni mujeres veían adecuado besarse en una primera cita. Acariciarse o abrazarse tampoco entraban en los planes de los españoles en esta época si era la primera vez que se veían. Ni siquiera si salían juntos de vez en cuando. En ese caso, darse la mano o nada. Durante el noviazgo, estos encuentros cambiaban ligeramente. Si se trataba de quedar con un novio o novia, entonces tanto hombres como mujeres veían “apropiado” besarse aunque no en la misma proporción acariciarse y abrazarse. Ellos estaban más de acuerdo en aumentar el grado de intimidad sexual, mientras que ellas preferían besarse. Estos son algunos de los datos que se desprenden de la encuesta sobre ‘Juventud española’ realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en 1968.
En Maldita.es habitualmente consultamos las encuestas del CIS. De hecho, cuando se acercaba el 8M, en Maldito Feminismo os contamos que el 2019 había sido el año con más españoles preocupados por la violencia de género según el CIS. Sin embargo, esta es la primera vez que os vamos a hablar de las primeras publicaciones de este organismo.
Desde la creación del CIS han pasado más de 50 años y en todo este tiempo han cambiado mucho las preguntas que ha realizado este organismo pero también las opiniones de los españoles. Desde Maldita.es hemos consultado varias encuestas realizadas antes y después del franquismo, en 1968 y en 1976, y hemos analizado algunas de las curiosidades más sorprendentes.
Relaciones sexuales prematrimoniales: justificadas sólo por hombres solteros ¡y sólo para los hombres!
En 1968, además de no besarse ni en la primera ni en las sucesivas citas (a no ser que se hiciera con la relación ya oficilizada), el CIS también recogió lo qué pensaban los españoles sobre las relaciones sexuales prematrimoniales. Si se preguntaba por estas relaciones cuando las mantenían los hombres, tanto ellas como ellos consideraban mayoritariamente, con 51% y 42% respectivamente, que estas relaciones no estaban justificada “nunca”; en segundo lugar, con 9% y 18% respectivamente, que estaban justificadas cuando eran lo suficientemente mayores como para darse cuenta de lo que estaban haciendo; y en último lugar, con 8% y 15% respectivamente, estaban justificadas si pensaban casarse.
Ahora bien, ¿qué ocurría con las relaciones sexuales prematrimoniales de las mujeres? Tanto hombres como mujeres, 39% y 61% respectivamente, consideraban que estas relaciones no estaban justificadas “nunca”. En menor medida, sólo con 9 votos tanto de hombres como de mujeres, estaban justificadas si estaban enamorados en ese momento.
En 1976, los solteros y solteras que respondieron a las preguntas del CIS opinaron que las relaciones sexuales de la mujer antes del matrimonio eran poco o nada convenientes, con 36,3% y 34,2% respectivamente.
Sin embargo, si se trataba de las relaciones sexuales del hombre antes del matrimonio, entonces los hombres lo veían con otros ojos y en un 40,9% sí eran bastante convenientes. En cambio, las mujeres seguían viendo poco o nada adecuados estos encuentros, con 29,7% y 33,4% respectivamente.
Los casados y casadas tenían una opinión muy similar al respecto. Tanto hombres como mujeres casadas consideraban mayoritariamente que no era nada convenientes las relaciones sexuales de la mujer antes del matrimonio. En el caso de los hombres, las mujeres no veían nada conveniente este tipo de relaciones pero los hombres no eran tan radicales y consideraban que las relaciones prematrimoniales eran poco convenientes.
Lo más importante en una mujer, su carácter agradable y ser una buena amante que cuide del hogar y de los niños; en un hombre, su inteligencia y su carácter
Como primera cualidad en una mujer de 1968, lo más importante para los hombres era su carácter agradable y ser una buena amante que cuide del hogar y de los niños. En segundo lugar, por orden, ser buena amante que cuide del hogar y de los hijos y el atractivo físico. Y en tercero, después de ser una buena amante, la principal característica era que la mujer tuviera educación y cultura.
En los hombres, las mujeres de 1968 preferían en primer lugar su inteligencia y su carácter agradable; en segundo, que fuera un buen amante, que cuidara del hogar y de los niños y que tuviera un carácter agradable; y en tercero, su educación y cultura y que fuera un buen amante, que compaginara el cuidado del hogar y de los niños.
Estas respuestas no cambiaron en 1976. Tanto las mujeres solteras como los hombres solteros creían que la inteligencia era la cualidad más importante para elegir a su futuro marido o mujer; seguido de que tuviera un carácter agradable; y, en tercer lugar, que fuera un buen amante con el que se pudiera entender en el hogar. Igual que los hombres casados.
Para las mujeres casadas de 1976, el orden variaba ligeramente. En primer lugar, ellas preferían que el futuro marido fuera un buen amante en el hogar; tuviera un carácter agradable, en segundo lugar; y, por último, la opción más votada volvía a ser que fuera un buen amante en el hogar.
Los padres, trabajadores; las madres, hogareñas y cariñosas
Tanto los españoles como las españolas que respondieron la encuesta del CIS de 1968 creían que la cualidad que más admiraban de su padre era lo trabajador que este era. En segundo lugar, para los hombres, su honradez y nobleza; y para las mujeres, lo bueno y generoso que era. Sin embargo, en sus madres admiraban otro tipo de características. En primer lugar, los hombres admiraban lo hogareña y cariñosa que era su madre, y que fuera generosa y abnegada en segundo. Las mujeres opinaban lo mismo, pero en orden inverso.
Las mujeres, encargadas de "limpiar, cuidar la casa y cocinar"
En 1976, las mujeres solteras seguían siendo las que, mayoritariamente, se encargaban de “limpiar, cuidar la casa y cocinar” en un día corriente. Los hombres solteros lo tenían claro, en un 87,2% no hacían ninguna de estas actividades. En cambio, las mujeres, en un 47,7% se dedicaban entre media hora y 5 horas (siendo la franja de 1 a 2 horas la más frecuente) a hacer estas faenas.
Y si estaban casadas, también. En un día corriente, las mujeres no sólo cuidaban mayoritariamente de los hijos (de 3 a 8 horas), sino que dedicaban una gran parte de su tiempo (también de 3 a 8 horas) en “limpiar, cuidar la casa y cocinar”. En cambio, ellos respondían que a estas actividades no dedicaban “nada” de tiempo.
La infidelidad, la principal razón que llevaría a los hombres y mujeres de 1968 romper su relación
Un punto relevante para las mujeres y hombres de 1968 es que la razón principal que les motivaría a romper con su pareja era la “infidelidad”, por encima de la incompatibilidad de caracteres o la falta de amor. Esta pregunta no se realizó en la encuesta de 1976.
Primera fecha de publicación de este artículo: 12/11/2020