Qué se comparte: contenidos en redes se preguntan por qué la DANA de Valencia no recibió un nombre, como sí hacen las borrascas o tormentas de gran impacto. Algunos mensajes especulan con que a la DANA de Valencia no se le dio nombre porque “no dio tiempo a preverla”, otros destacan que algunas borrascas bautizadas apenas impactan en la población mientras que aquella DANA dejó numerosas víctimas y era anónima.
Verificación:
Aunque las borrascas y las danas suelen producir impactos parecidos (lluvias, viento, oleaje…), no son el mismo fenómeno meteorológico: tienen diferencias en la zona de la atmósfera en la que se producen y otras características
El acuerdo a nivel europeo para nombrar tormentas de gran impacto solo recoge a las borrascas “clásicas”, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), sin incluir las danas
No obstante, la AEMET dice que propondrá a su grupo meteorológico europeo nombrar a las danas debido al impacto que pueden causar en la población
Dar nombres a las tormentas ayuda comunicar mejor a la población sobre estos fenómenos, según la evidencia disponible
El acuerdo para nombrar tormentas de gran impacto no recoge a las danas
Rubén del Campo, portavoz de la AEMET, explica a Maldita.es que el acuerdo para nombrar borrascas con gran impacto es un protocolo apoyado por el Consorcio de Servicios Meteorológicos Europeos (EUMETNET) en el que cada grupo de países acuerda una lista de nombres siguiendo el orden alfabético para cada temporada (de septiembre a agosto). España pertenece al grupo del suroeste europeo (con Francia, Portugal, Bélgica y Luxemburgo), donde acuerdan los requisitos para nombrar a una borrasca:
Si se espera al menos un aviso naranja o rojo por vientos
Que se produzcan en el océano Atlántico o en el Mediterráneo occidental
El acuerdo con estos países es nombrar a las “borrascas clásicas”, explica Del Campo. Es decir, centros de bajas presiones que se ven en toda la troposfera (la capa de la atmósfera más cercana a la superficie, donde se producen los fenómenos meteorológicos), desde la superficie hasta las capas altas, que llevan frentes asociados (zona donde hay dos masas de aire de diferentes temperaturas) y que puede traer vientos, temporal marítimo, lluvias o nevadas intensas.
Aunque las danas pueden tener impactos parecidos (con lluvias, viento, oleaje, etcétera), son un fenómeno meteorológico distinto, por lo que no están dentro del acuerdo europeo para recibir un nombre. Del Campo explica que las bajas presiones de las danas “se manifiestan sobre todo en las capas altas de la atmósfera”, en lugar de en toda la troposfera; y “no suelen tener frentes asociados”, es decir, no suelen traer zonas con varias masas de aire de diferentes temperaturas, que sí traen las borrascas.
AEMET ha dicho que propondrá que las danas reciban un nombre
A pesar de que no son una borrasca, Del Campo explica a Maldita.es que la AEMET propondrá a EUMENET nombrar las danas, lo cual podría ayudar a comunicar mejor este fenómeno, cuáles son sus riesgos y qué medidas de prevención puede tomar la gente.
Según cuenta a Maldita.es, será necesario hacer un cambio en ese acuerdo para nombrar borrascas y que “todos los países que formen parte del grupo suroeste (Francia, Portugal, Luxemburgo, Bélgica y España) estén de acuerdo”.
Nombrar tormentas de gran impacto ayuda a comunicar estos fenómenos, según la evidencia disponible
Dar un nombre a las borrascas de gran impacto ayuda a comunicar mejor estas tormentas. Según la evidencia disponible, recopilada en su mayoría por servicios meteorológicos nacionales, la gente toma conciencia de estos fenómenos, sigue su evolución y las autoridades pueden hacer recomendaciones más precisas.
La Organización Meteorológica Mundial destaca que darle nombre a eventos meteorológicos como los ciclones tropicales es “la forma más rápida de comunicar alertas y preparar a la población”. “Asignar nombres facilita el seguimiento de tormentas, ayuda a evitar confusiones entre meteorólogos, medios de comunicación, organismos de emergencias y el público, además de facilitar el registro histórico y la investigación”, indica.
En la revista de divulgación especializada The European Forecaster se recogen las reflexiones de España, Francia y Portugal de la campaña 2017-2018, la primera en la que estos países tuvieron una temporada común de nombres de tormentas. Afirman que fue exitosa, que la ciudadanía tomó conciencia de los riesgos asociados a las tormentas y que ayudaba a que se siguieran las recomendaciones de las autoridades.
No obstante, indican que el hecho de que existiera una lista predefinida para cada temporada podría generar desinformaciones en el caso de que el público o algún medio nombrase una borrasca antes de que lo hicieran los servicios de meteorología.