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Ingresos justos para el campo: salarios bajos y desaparición de las explotaciones familiares

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Claves
  • El 72% de los fondos de la PAC se destinan a las ayudas directas que tienen como objetivo garantizar unos ingresos justos para los agricultores
  • El sector agrícola se enfrenta a retos como los salarios bajos, los ingresos volátiles o las horas de trabajo no pagadas
  • La concentración de las tierras de cultivo en menos manos hace que el 22% de los fondos vayan a parar a un 1% de los beneficiarios, que son además las explotaciones más grandes

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Más de la mitad de los fondos de la Política Agraria Común (PAC) se dedican a un solo objetivo: “garantizar unos ingresos justos para los agricultores”. Las ayudas directas surgen como respuesta a salarios bajos, ingresos volátiles o la desaparición de las fincas agrícolas familiares, situaciones que el sector tiene que enfrentar con frecuencia. Estos desafíos afectan también a los ecosistemas, el medio ambiente y la seguridad alimentaria. 

En Maldita.es repasamos algunos datos clave para explicar esta coyuntura que afectan a la Unión Europea y España: 

  • Los ingresos de los trabajadores del campo han crecido en la última década, pero siguen por debajo de la media 

  • La mitad de las horas que se trabajan en el sector agrícola no se pagan, sobre todo en las fincas más pequeñas 

  • Las explotaciones agrícolas familiares están desapareciendo, aunque son más beneficiosas para el ecosistema y la seguridad alimentaria

  • Las pequeñas explotaciones reciben un 5% de los fondos de la PAC aunque representan el 50% de los beneficiarios

    Las opiniones y puntos de vista expresados solo comprometen a su(s) autor(es) y no reflejan necesariamente los de la Unión Europea. Ni la Unión Europea ni la autoridad otorgante pueden ser considerados responsables de ellos.

El campo en Europa y España: salarios por debajo de la media

El salario de un agricultor europeo en 2022 equivalía al 65% del sueldo medio de la Unión Europea. Aunque lo que ganan los trabajadores agrícolas y el resto de la población ha aumentado desde 2005, los primeros siguen ganando menos. “Las comparaciones entre los ingresos agrícolas y no agrícolas son complicadas. Sin embargo, en toda la Unión Europea están por debajo del salario promedio. Los distintos métodos de cálculo no cambian este hecho”, señala un informe elaborado por la Comisión Europea sobre la renta agrícola. 

Parte de la dificultad para calcular la diferencia se debe a la alta temporalidad del sector, por eso, uno de los indicadores que se utilizan para calcular las ganancias de los trabajadores del campo es la Unidad de Trabajo Anual o UTA. Se trata de una estimación de lo que ganaría un empleado agrario si estuviese un año trabajando a tiempo completo. 

Si ordenamos a los trabajadores agrícolas de la UE en función de sus ganancias anuales por unidad de trabajo, la mediana en 2021 era de 12.300 euros, es decir, la mitad de los agricultores ganaban más y la otra mitad, menos de esta cifra. En España la retribución es mayor y, aunque no alcanza el nivel de los países del norte de Europa, la mediana llega a los 23.000 euros anuales

Aún con una situación mejor que la de la UE, la diferencia en los ingresos también está presente en España. Según la Encuesta de Estructura Salarial, que estima los sueldos anuales de los españoles a partir de una muestra de más de 250.000 personas, un trabajador cualificado en el sector agrícola cobraría de 5.500 menos que un empleado medio. Para un peón agropecuario la diferencia asciende hasta los 6.700 euros. 

A pesar del progresivo aumento de los sueldos, a esta diferencia hay que añadir también la volatilidad de los ingresos, que en el campo dependen de la oferta y la demanda, pero también de eventos meteorológicos impredecibles. Según los datos de la Comisión Europea, hasta un 20% de los agricultores sufren pérdidas de más de un tercio de sus ingresos respecto al año anterior. El mayor número de explotaciones con pérdidas por encima del 30% estaban en Italia, Polonia, España y Grecia

La mitad del trabajo de los agricultores no se paga

“En la UE casi dos tercios de las explotaciones agrarias europeas presentan una extensión inferior a las cinco hectáreas y suelen proporcionar a sus titulares unos ingresos insuficientes para satisfacer sus necesidad económicas básicas, por lo que han de complementar sus rentas con otras actividades productivas”, señala en un análisis de los modelos de explotación agraria de la UE el doctor en Derecho, Juan Carlos Gamazo Chillón.

Una realidad estructural del sector agrícola es que parte de las horas de trabajo de los agricultores no se remuneran. Las explotaciones que acumulan una mayor proporción de trabajo no remunerado en España y la UE son las de menor tamaño. Aunque el porcentaje de horas de trabajo no pagadas en el campo se ha reducido en la última década, sigue siendo más de la mitad. Mientras que en las explotaciones de más tamaño está entre el 40% y el 10%, en las de menos de 25.000 euros llegan a suponer el 87,7% del total de tiempo trabajado

Las explotaciones pequeñas desaparecen: el mismo terreno se concentra en menos manos

Para los autores del informe de la Comisión Europea, estos factores explican por qué el sector agrícola se considera “menos atractivo” y la “continua pérdida de fuerza de trabajo agrícola en la UE”.Gamazo señala a la búsqueda de rentabilidad como una posible explicación para el “proceso de redimensionamiento” en el que está inmerso el sector agrario de la UE. Entre 2005 y 2020, aunque se mantuvo la superficie agraria utilizada, se redujo el número de explotaciones y, como consecuencia, aumentó el tamaño medio de las mismas. Es decir, hay menos explotaciones, concentradas en menos manos y de mayor tamaño. 

En el siguiente gráfico puedes ver cómo las explotaciones agrarias más pequeñas (de menos de 25.000 euros) han pasado de representar el 60% del total en 2004 a menos de la mitad en 2021. Al mismo tiempo las granjas con una dimensión económica de entre 50.000 y 100.000 euros han crecido hasta representar el 20% del sector. 

Esta reducción ha afectado sobre todo a las pequeñas explotaciones de tipo familiar. ¿Por qué es una cuestión preocupante?” se pregunta la investigadora Noelia Parajuá en su texto sobre transformaciones del sistema alimentario en España. La respuesta está directamente relacionada con el medioambiente y la seguridad alimentaria. Los cultivos y granjas de menor tamaño son mejores a la hora de utilizar los beneficios ecológicos de la agricultura: “Gracias a que albergan una mayor diversidad de aves, polinizadores y plantas herbáceas, su productividad es mayor —al considerar la producción de varios cultivos simultáneos— y también su eficiencia energética, y presentan un mejor manejo del agua y conservación de los suelos”, desarrolla Parajuá.

¿Qué hace la PAC? Pagos básicos, con complementos por prácticas ecológicas y para jóvenes agricultores

Todo esto explicaría que entre los objetivos de la PAC uno de los principales sea garantizar la renta de los agricultores y la seguridad alimentaria o la protección del espacio natural. En la práctica, esto se traduce en ayudas o pagos directos que están vinculados a las hectáreas cultivadas (y no a las cantidades producidas) y al respeto del medio ambiente

Cada año, los agricultores tienen que presentar una solicitud en la que declaran todas las parcelas agrícolas de su explotación y, aunque las normas básicas se establecen a nivel europeo, es cada país el que gestiona su aplicación. Si los agricultores cumplen los requisitos mínimos (que su explotación esté en la UE, sea mayor de cinco hectáreas, ejerzan una actividad agraria y sean agricultores activos) pueden acceder a tres tipos de ayudas básicas: 

  • Ayuda básica a la renta para la sostenibilidad: es el pago al que tienen acceso todos los agricultores para que tengan una renta mínima garantizada. Para que no se reduzca la cantidad que reciben deben cumplir unas condiciones medioambientales mínimas (o condicionalidad reforzada) como no quemar rastrojos.

  • Los ecorregímenes: Ya te hemos hablado de ellas en Maldita.es, son ayudas que se conceden a aquellos agricultores que, de forma voluntaria, emplean algunas técnicas sostenibles que van más allá de la condicionalidad reforzada, como el pastoreo extensivo. 

  • Ayuda para jóvenes agricultores. Un pago complementario que se concede a los jefes de explotaciones (es decir, la persona que dirige la explotación) que tengan entre 35 y 40 años. 

A estos pagos se destina el 72% de la financiación de la PAC. ¿Cuál es el problema entonces? Debido a la concentración de la tierra en pocas manos, las granjas más grandes (más de 250 ha) se llevan casi un cuarto de los fondos (22,1%) aunque representan a un 1% de los beneficiarios, según el último informe sobre los pagos directos de la Comisión Europea

Las pequeñas explotaciones (5 ha o menos), que representan al 48% de los beneficiarios de la PAC, sólo reciben el 5% de las ayudas directas. Aunque la cantidad que reciben es menor, estas ayudas suponen una mayor proporción de sus ingresos para estos cultivos . En 2021, el 17% de lo que ingresó el sector agrario en España provenía de estas ayudas, para las explotaciones con unas ganancias de menos de 50.000 euros llegaban a suponer hasta un cuarto de sus ingresos. 

Fernando Delgado, doctor en economía y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, señala que esta distribución de fondos es uno de los principales problemas de la PAC. “La UE ha debatido este tema desde hace tiempo y algunas reformas recientes a la PAC intentan resolverlo”, apunta Delgado. Menciona los pagos redistributivos (al menos un 10% de los pagos debe ir a explotaciones pequeñas), la limitación de los pagos (una mecanismo por el que los Estados miembros pueden limitar los pagos que estén por encima de los 60.000 euros) o el apoyo a los agricultores jóvenes. “Estas medidas van en la dirección correcta, pero existe un cierto consenso en que no son suficientes”, concluye el economista. 

En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Fernando Delgado, doctor en economía.

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