“Las muertes son reales. Pero no son por calor y ellos lo saben”, dice un tuit en respuesta a una noticia sobre las muertes registradas por calor. Lo más habitual al hablar de muertes por calor es pensar en una causa directamente relacionada con las temperaturas elevadas, como un golpe de calor, pero esta es sólo una pequeña parte de la mortalidad producida por las temperaturas extremas. “Es a los efectos indirectos tanto del frío como del calor, capaces de agravar enfermedades preexistentes, a los que se les atribuye la mayor parte de la mortalidad”, explican los autores del libro Temperaturas extremas y salud publicado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
Los efectos directos de la exposición a temperaturas extremas van desde la dermatitis, la insolación o las quemaduras hasta el agotamiento por calor, pero el esfuerzo que realiza el cuerpo para autorregular su temperatura ante climas extremos puede provocar una serie de problemas indirectos en la salud, agravando enfermedades previas, sobre todo cardiovasculares y respiratorias.
El golpe de calor es la única causa de muerte directa por calor, pero las altas temperaturas pueden desencadenar otras consecuencias negativas
“El golpe de calor es la única causa de muerte directa por el calor”, explican los expertos del ISCIII. Se da cuando el hipotálamo, una región del cerebro humano, no puede regular la temperatura corporal y esta aumenta muy rápido, sobrepasando incluso los 40ºC. Ocurre de forma súbita, en pocas horas, y puede tener secuelas neurológicas, renales (de la vejiga), hepáticas (del riñón) incluso mortales si no se trata rápidamente.
Pero, cuando la situación ambiental extrema se alarga en el tiempo, los esfuerzos que realiza el cuerpo humano para mantener la temperatura corporal estable (como sudar cuando calor o tiritar cuando hace frío) provocan un deterioro generalizado de las funciones vitales que se llevan a cabo en el cuerpo humano. Aunque estos procesos son necesarios, puede afectar de forma diferente a personas con condiciones médicas preexistentes y acarrear una serie de problemas, entre ellos, la muerte. A continuación te explicamos cómo y por qué el calor puede ser peligroso más allá de sus efectos directos.
Enfermedades cardiovasculares. Está entre las causas de muerte más habituales junto con las enfermedades respiratorias y cerebrovasculares. Además de sudando, el cuerpo humano responde al calor aumentando el flujo de sangre hacia la piel para ayudar con la liberación del calor (este proceso recibe el nombre de vasodilatación de las arterias). Esto requiere que el corazón lata más fuerte y más rápido. Para personas con problemas cardíacos, este esfuerzo puede conllevar un riesgo de muerte.
Enfermedades respiratorias. Este aumento en el bombeo de sangre también supone un incremento de la demanda de oxígeno a nivel celular que las personas con ciertas patologías respiratorias no pueden suplir. A esto se añade que la pérdida de agua por el sudor y la deshidratación (para evitar la sequedad se produce un exceso de mucosidad que puede obstruir las vías respiratorias) dificultan aún más la respiración.
Enfermedades cerebrovasculares, por ejemplo un derrame cerebral. Como la sangre se está bombeando principalmente hacia la piel para regular la temperatura, se reduce el flujo que llega al cerebro, lo que puede derivar en formación de trombos (coágulos de sangre en las venas que interrumpen el flujo normal de la sangre) o derrames (cuando no llega sangre al cerebro).
Los estudios también apuntan a que el calor puede aumentar las complicaciones para personas con diabetes o agravar problemas de salud a causa de la deshidratación.
En Maldita.es también te hemos contado las consecuencias para la salud del calor nocturno que, según la Organización Meteorológica Mundial, tienen más riesgos para la salud que las temperaturas altas durante el día porque impiden al cuerpo recuperarse del calor permanente.
O cómo las altas temperaturas aumentan la agresividad. Aunque no es estrictamente un empeoramiento de la salud, varios estudios señalan que el calor afecta a nuestro estado de ánimo haciéndonos más irritables y agresivos.
Si bien las personas con patologías previas o de mayor edad son los principales afectados por las altas temperaturas, es importante prepararnos cuando la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) alerta de una ola de calor. Puedes encontrar algunas recomendaciones para protegerte del calor, como beber suficientes líquidos o evitar salir cuando más calor hace, en este artículo.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 29/06/2024