“El agua subterránea no se ve, pero no podemos permitirnos no pensar en ella”, sentenciaba la ONU en un comunicado lanzado en marzo de 2022. Aunque el foco de la sequía suele ponerse en los embalses, el agua que se almacena en las rocas y el suelo es una de las reservas más importantes a nivel mundial. ¿Cómo se manifiesta la sequía en los acuíferos? En las masas de agua subterráneas, todo ocurre más despacio: son más resistentes ante la falta de lluvia, pero también tardan más en recuperarse de una sequía que las aguas superficiales.
Los acuíferos tardan más en sufrir la sequía que los embalses, pero también tardan más en recuperarse
“No se puede hablar de aguas superficiales y aguas subterráneas de forma absolutamente separada, porque son parte del mismo ciclo hidrológico”, señala Rogelio Galván, ingeniero experto en gestión del agua y maldito que nos ha prestado sus superpoderes. Cuando llueve, parte del agua discurre por la superficie hasta los cauces de los ríos y otra parte se infiltra, alimentando los acuíferos. Estos se descargan por la extracción de agua a través de pozos o bien de forma natural, ya sea en forma de manantiales o de surgencias que alimentan las aguas superficiales, explica Galván.
En los acuíferos, la circulación del agua es más lenta que la de la superficie, por eso los efectos de la sequía tardan más en notarse y su recuperación, también. “Cuando hay una sequía generalizada primero afecta a las aguas superficiales y luego a las subterráneas. Y cuando llueve, primero se recuperan las aguas superficiales y, después, las subterráneas”, resume el experto en gestión del agua.
Existen varios tipos de acuíferos en función del material del que estén formados. Los hay que se recuperan casi inmediatamente, como los aluviales de los ríos, y los hay más profundos que pueden tardar hasta varios años en recuperarse. En cualquier caso, “son muy importantes en España”, señala Galván, porque esa “circulación lenta del agua hace que hasta cierto punto y en ciertos casos funcionen como un almacenamiento más resiliente ante una falta temporal de precipitaciones”.
El 24% de las masas de agua subterránea españolas no tienen suficiente agua
Por obligación legal, los organismos que gestionan el agua en España (confederaciones hidrográficas o Gobiernos autonómicos, según el caso) deben identificar las masas de agua subterránea e indicar su estado cuantitativo y químico. El buen estado cuantitativo se alcanza cuando la cantidad de agua disponible es mayor que la cantidad que se extrae anualmente y cuando el impacto de las actividades humanas en ese acuífero no ponen en peligro el resto de ecosistemas asociados a él (por ejemplo, el río, si estamos hablando de un acuífero fluvial). El buen estado químico se alcanza si los elementos químicos presentes en ese agua subterránea no superan ciertos umbrales ni ponen en riesgo a los ecosistemas asociados.
De las 537 masas de agua subterránea que hay en España, un 40% se encuentran en mal estado global, ya sea cuantitativo o químico, según datos recogidos en la síntesis de los planes hidrológicos para 2022-2027. Hay 130 masas de agua (el 24%) que no disponen de agua suficiente porque se está extrayendo más cantidad de la que se repone con las precipitaciones.
Además, de aquí al 31 de diciembre de 2027 esos informes deben identificar las masas de agua subterráneas en riesgo de no cumplir una serie de “objetivos medioambientales”. Estos objetivos han sido acordados con otros Estados miembro de la Unión Europea por la Directiva Marco del Agua y también tienen que ver con el estado cuantitativo y químico de las reservas. Actualmente hay 13 masas de agua subterránea en riesgo de no alcanzar el buen estado cuantitativo y químico y otras 45 en riesgo de no alcanzar el buen estado cuantitativo, aunque seis de estas últimas han sido anuladas en sentencia aún no firme, según el MITECO. El motivo es que la declaración de que un acuífero no está en buen estado supone limitar su uso para regadío, por lo que en varios puntos han sido recurridas por asociaciones agrícolas.
Más de la mitad del abastecimiento urbano de la UE depende de las aguas subterráneas
En la Unión Europea, el agua subterránea supone el 65% del abastecimiento urbano y el 25% del correspondiente a la agricultura de regadío, según un informe de 2022 de la Agencia Europea de Medioambiente. En España esto depende mucho de la zona, “en general las zonas de clima más húmedo o con cuencas fluviales más grandes dependen menos de los acuíferos para el abastecimiento de agua dulce y, en cambio, en las zonas de clima más seco son a menudo un recurso estratégico”, señala el investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua.
En España, el 23,45% del agua proviene de las aguas subterráneas. En el siguiente gráfico puedes ver como la cifra es mayor en regiones de las Islas Canarias o de Baleares, donde más del 60% de su consumo se obtiene de los acuíferos, mientras que en el noroeste peninsular, como en las cuencas del Miño-Sil o del Cantábrico Occidental, los recursos subterráneos representan menos del 15% del consumo, según datos del informe de seguimiento de los planes hidrológicos de cuenca del MITECO.
Imagen de portada obtenida de Freepick
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Rogelio Galván, ingeniero y experto en gestión del agua.
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