“Si el avión de La sociedad de la nieve se hubiera estrellado hoy, nadie habría sobrevivido”. Así comienza un vídeo de Jóvenes por el Clima Argentina que conecta el cambio climático con la película de Juan Antonio Bayona. Según el vídeo, si el accidente del Vuelo 571 ocurriera en la actualidad y el avión se hubiese estrellado en una cordillera con mucha menos nieve que en 1972, nadie lo hubiera contado.
Hay cosas ciertas y cosas incorrectas en ese contenido. Sí, la región de los Andes donde sucedió el accidente lleva perdiendo nieve los últimos 30 años y se espera que el cambio climático agrave esta tendencia. Por otro lado, expertos en aviación coinciden en que la nieve jugó un papel importante, pero no fue lo único que aumentó las probabilidades de sobrevivir, y no tienen claro qué habría sucedido si el accidente hubiera ocurrido en una cordillera menos nevada.
Sí, los Andes están perdiendo nieve en un escenario de cambio climático…
El vídeo viral cita un trabajo de la Universidad de Santiago de Chile para afirmar que los Andes han perdido un tercio de su cobertura nival en los últimos 30 años y que esta cobertura desciende a un ritmo del -10% por década. Es cierto que los Andes están perdiendo nieve, aunque este ritmo no es exactamente igual en toda la cordillera.
Se trata de la cordillera terrestre más larga del mundo: recorre 7.000 kilómetros de norte a sur atravesando Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. El trabajo de la universidad chilena abarca 2.500 kilómetros de una región intermedia con latitud tropical (sur de Perú) y extratropical (zona central de Chile). Esto es importante porque las tendencias de nieve son distintas en ambas latitudes.
La latitud donde sucedió el accidente del vuelo 571 (34ºS) es extratropical. Según el estudio, esta región perdió cobertura nival a un ritmo de -10% por década entre 1986 y 2018. La región tropical de los Andes lo hace a mayor ritmo: un -16% por década.
El principal motivo de esta pérdida de nieve, según los autores, tiene que ver con los cambios de precipitación del fenómeno El Niño. Otros trabajos también indican que las temperaturas cada vez son más altas en la cordillera, cae menos precipitación en forma de nieve, llueve menos en general y el deshielo anual ocurre antes.
El Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) están en línea con estos trabajos: se prevén mayores pérdidas de cobertura de nieve, mayores pérdidas de masa en los glaciares y menos precipitaciones en la cordillera de los Andes.
…pero cuidado con comparar sólo dos años de nieve andina
Este vídeo y otros contenidos en redes buscan en el lugar donde se estrellaron los uruguayos una prueba clara del cambio climático mostrando fotografías como la de arriba, con comparativas de cuánta nieve había en el sitio del accidente y en un día concreto de la actualidad.
Pero el cambio climático consiste en tendencias, no en comparar dos momentos puntuales. Los estudios de tendencias a largo plazo, como el de la Universidad de Santiago de Chile que comentamos antes, son evidencia de que esta cordillera tiene cada vez menos cobertura de nieve. Pero eso no quiere decir que ya nunca habrá nieve o que un momento concreto no pueda haber una nieve similar a la de 1972..
De hecho, la imagen que se suele emplear como comparativa circula desde 2020, un año con cobertura nival baja (en torno al 10%) respecto al periodo 2000-2023, según datos de la NASA. En cambio, la cobertura nival en diciembre de 2023 (39,33%) fue la más alta desde al menos 2015.
Cómo aguantó el vuelo 571 su impacto en los Andes de 1972
El avión del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya resistió su impacto gracias a que el fuselaje se deslizó por una superficie blanda de nieve hasta alcanzar un glaciar donde acabó la nave con los supervivientes. Esto lo sabemos por registros del vuelo e investigaciones que se hicieron después del accidente. Expertos en aviación consultados por Maldita.es coinciden en que la nieve fue vital pero señalan otros elementos importantes, como el ángulo de impacto contra el suelo, la baja energía del impacto y que no hubo obstáculos durante el descenso. .
Ignacio Alzate, mecánico de aeronaves y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, explica que una zona con buena cobertura de nieve “es una superficie perfecta para una toma de emergencia”. Como ejemplo, detalla que cuando un avión tiene un fallo en el tren de aterrizaje se usa espuma contraincidencios para amortiguar.
Bajo su punto de vista, el vuelo 571 tuvo otros elementos clave que ayudaron a resistir el impacto: “Que no hubiera obstáculos bajo la nieve, que ninguna de las alas o motores se metiesen en la nieve e hiciesen girar el fuselaje —en el accidente, la parte delantera del fuselaje se desprendió— y que la toma se hiciera sin desplegar el tren de aterrizaje”.
Carmelo Garrido, consultor de aviación con conocimiento en investigación de accidentes y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, destaca el ángulo de impacto entre el suelo y el avión: “Cuanto mayor ángulo, menor probabilidad de supervivencia”. Una nave chocando contra el suelo en un ángulo de 90º, perpendicular, es menos probable que lo cuente que una que impacta a 5º.
Como ejemplo, cita dos accidentes donde el ángulo de impacto era pequeño y la superficie de aterrizaje era blanda: el Cornfield Bomber, que cayó en un terreno de nieve con fango y apenas sufrió daños, y el Vuelo 1549 de US Airways, que amerizó en un río y toda su tripulación resultó ilesa.
Jorge Barros, piloto de línea aérea y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, añade que el modelo de avión de los uruguayos era “más pequeño y más lento que los aviones actuales”, lo cual es importante porque impactó con mucha menos energía (menos masa y velocidad) contra la cordillera.
“El avión estuvo a punto de no impactar, ya había superado la cresta de la montaña con el morro del avión cuando la tocó con la cola. Muy mala suerte, la verdad”, comenta Barros.
No está claro qué pasaría si el accidente ocurriese en 2024
Suponiendo que la cobertura de nieve fuese inexistente en 2024, ¿qué habría ocurrido con el vuelo 571 si sucediera en la actualidad? Los expertos en aviación no lo tienen claro. “Desconocemos si el tipo de terreno que hay ahora, sin nieve, habría sido propicio para permitir su desplazamiento”, opina Barros.
“Hay muchos casos de accidentes en los que las consecuencias sobre la nave y sus tripulantes se ven reducidas por impactar contra una superficie blanda. No necesariamente nieve, puede ser agua, barro, vegetación, etcétera”, valora Garrido.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos Ignacio Alzate, Jorge Barros y Carmelo Garrido.
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