La crisis climática implica la subida de temperaturas en el planeta. Pero ¿qué pasa con el frío en este contexto? El frío (extremo o no) es cada vez menos frecuente y más suave, pero eso no significa que vaya a desaparecer, como tampoco lo hará el invierno.
Los fenómenos de frío extremo (incluidas las olas de frío) se han vuelto menos frecuentes y menos intensos y se prevé que todas las regiones del mundo vivan un mayor descenso de las condiciones climáticas que conducen a impactos de carácter frío. En el Ártico, el aumento de la temperatura en los días más fríos será a un ritmo aproximadamente tres veces superior al del calentamiento global, resume el sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), publicado en 2021.
“La subida de las temperaturas se nota en todas las estaciones del año y el invierno no es una excepción”, aclara a Maldita.es Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología. “Aunque en España se nota menos el calentamiento en invierno que en otras estaciones. En invierno la subida en España ha sido de 0,16 ºC por década entre la década de 1960 y la década de 2010, frente a los 0,27 ºC por década en verano”.
Pero esta reducción del frío no significa que vayan a desaparecer los inviernos. “Lo que observamos es un incremento en la temperatura media, lo que desplaza la distribución de temperaturas hacía valores más altos. También supone considerablemente más calor extremo, pero el frío extremo, aunque disminuye, no desaparece”, Dominic Royé, climatólogo y responsable de Ciencia de Datos de la Fundación para la Investigación del Clima. “Vamos a seguir teniendo estaciones, con inviernos menos fríos y veranos más calurosos. El contraste va a seguir existiendo”, añade el portavoz de la AEMET. En España están subiendo más las temperaturas máximas en invierno (+0,19 ºC por década) que las mínimas (+0,13ºC por década), aclara Rubén del Campo.
Esta subida de las temperaturas a lo largo del año y en invierno no significa tampoco el fin de fenómenos extremos como la borrasca Filomena y la ola de frío posterior. “El calentamiento global implica mucha mayor proporción de episodios cálidos que de episodios fríos, pero eso no quiere decir que no podamos tener episodios fríos. En el caso de Filomena lo realmente extraordinario fue la gran cantidad de humedad que portaba esa borrasca y la extraordinaria nevada porque el frío necesario para la nevada no fue nada fuera de lo común. También fue extraordinaria la ola de frío posterior a la nevada y en gran parte se debió a la gran cantidad de nieve acumulada en el suelo y al tiempo estable” por un anticiclón, destaca el portavoz de la AEMET.
Fenómenos como Filomena o la fuerte nevada en Múnich (Alemania) en diciembre de 2023 “también son posibles porque un planeta más cálido está evaporando más agua a la atmósfera. Durante los meses más cálidos esta humedad extra puede provocar inundaciones sin precedentes y en invierno pueden ser nevadas intensas”, añade Dominic Royé.
En resumen, los fenómenos de frío extremo serán menos probables. Es más, aunque no es una tendencia tan fuerte como el aumento de las olas de calor, las olas de frío ya han disminuido en España desde la década de 1970, concluye el portavoz de la agencia meteorológica.
Este artículo forma parte del 21º consultorio de Maldito Clima.
Primera fecha de publicación de este artículo: 02/01/2024