En Tenerife, el Ministerio para la Transición Ecológica ha distinguido dos zonas diferentes perjudicadas por el incendio forestal que comenzó el 15 de agosto: la “superficie quemada” y la “superficie afectada”. Nos habéis preguntado por la diferencia entre ellas así que hemos hecho lo propio con las autoridades tinerfeñas: como indica su nombre, la zona quemada es la afectada directamente por las llamas, aunque dentro de ella también hay diferentes niveles de gravedad; en la zona afectada, más amplia, hay daños diferentes, como caminos cortados.
Preguntados por Maldita.es, desde el equipo técnico forestal del Cabildo de Tenerife explican que, “como en todos los incendios, hay un perímetro que abarca una superficie afectada, dentro de la cual hay diferentes grados de afección, incluso con muchas islas verdes sin ningún tipo de afección”. Concretamente en el caso de Tenerife, “a falta de una valoración más precisa”, el perímetro del incendio abarca unas 14.300 hectáreas a 31 de agosto.
Dentro de ese perímetro, unas 10.300 hectáreas están afectadas de forma directa (o sea, forman la zona quemada) con diferente grado de severidad: unas 3.600 con severidad baja, unas 4.800 con severidad media y el resto, unas 1.900, con severidad alta. Aparte, dentro de ese perímetro otras 4.000 hectáreas no tienen afección directa por las llamas.
¿Qué hay entonces en esas 4.000 hectáreas de zona afectada no quemada? “Senderos cortados que hay que reponer, daños en el canal de agua…” y otra serie de daños que si bien no son árboles o vegetación quemada, perjudican diferentes infraestructuras. La declaración de zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil o zona catastrófica, que ya ha anunciado el ministerio, se aplicará a todo el perímetro del incendio.
Este artículo forma parte del 17º consultorio de Maldito Clima. Crédito de la foto de portada: Unión Europea, Copernicus Sentinel-3