Se acaba el verano, pero no los consultorios de Maldito Clima. Esta vez vamos con tres preguntas muy cercanas a dos fenómenos que han ocurrido este mes: incendios y aumento de temperatura en el mar. Explicaremos qué diferencia hay entre la “zona quemada” por un incendio y la “zona afectada”, ambos usados por las autoridades en el incendio de Tenerife; cuánto tarda un bosque quemado en recuperarse y qué es exactamente el blanqueamiento de los corales o bleaching.
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¿Qué diferencia hay entre el área quemada y el área afectada en el incendio de Tenerife?
En Tenerife, el Ministerio para la Transición Ecológica ha distinguido dos zonas diferentes perjudicadas por el incendio forestal que comenzó el 15 de agosto: la “superficie quemada” y la “superficie afectada”. Nos habéis preguntado por la diferencia entre ellas así que hemos hecho lo propio con las autoridades tinerfeñas: como indica su nombre, la zona quemada es la afectada directamente por las llamas, aunque dentro de ella también hay diferentes niveles de gravedad; en la zona afectada, más amplia, hay daños diferentes, como caminos cortados.
Preguntados por Maldita.es, desde el equipo técnico forestal del Cabildo de Tenerife explican que, “como en todos los incendios, hay un perímetro que abarca una superficie afectada, dentro de la cual hay diferentes grados de afección, incluso con muchas islas verdes sin ningún tipo de afección”. Concretamente en el caso de Tenerife, “a falta de una valoración más precisa”, el perímetro del incendio abarca unas 14.300 hectáreas a 31 de agosto.
Dentro de ese perímetro, unas 10.300 hectáreas están afectadas de forma directa (o sea, forman la zona quemada) con diferente grado de severidad: unas 3.600 con severidad baja, unas 4.800 con severidad media y el resto, unas 1.900, con severidad alta. Aparte, dentro de ese perímetro otras 4.000 hectáreas no tienen afección directa por las llamas.
¿Qué hay entonces en esas 4.000 hectáreas de zona afectada no quemada? “Senderos cortados que hay que reponer, daños en el canal de agua…” y otra serie de daños que si bien no son árboles o vegetación quemada, perjudican diferentes infraestructuras. La declaración de zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil o zona catastrófica, que ya ha anunciado el ministerio, se aplicará a todo el perímetro del incendio.
¿Cuántos años tarda un bosque quemado en recuperarse?
“Es una pregunta que no admite respuestas breves, puesto que dependerá mucho del hábitat afectado por el fuego”, resume José Manuel Zapata Fernández, ingeniero de montes, ingeniero técnico forestal y maldito que nos ha prestado sus superpoderes.
Los incendios sustituyen vegetación más madura por la que había anteriormente en esa misma zona. Por ejemplo, si en un prado gallego de Lugo abandonas las actividades agrarias, en varias décadas probablemente se pueble de robles maduros y otros árboles autóctonos. Si este robledal sufre un incendio intenso, será sustituido de forma natural por hierbas y matorrales que reiniciarán el proceso. Pero “si una zona se quema reiteradamente puede llegar a agotarse el suelo y donde antes había un bosque después sólo podría haber una ladera pedregosa casi sin vida vegetal”, como ha sucedido ya en algunas zonas de las sierras costeras de Galicia, cuenta el experto.
“En los bosques mediterráneos [como el del litoral valenciano y catalán] ocurre la autosucesión: rebrotes o germinación que aparecen rápidamente después del fuego”, cuenta la profesora de ecología Sandra Sauras de la Universidad Autónoma de Barcelona en este blog del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales. La mayoría de arbustos y árboles de clima mediterráneo tienen algún mecanismo de regeneración post-incendio, explica Sauras, aunque también hay algunas plantas que no son capaces de regenerarse con éxito como el pino laricio.
Además del tipo de bosque, también influye el tipo de incendio. Los fuegos de superficie, que queman los matorrales pasando por debajo de las copas de los árboles, permiten una regeneración más rápida (entre diez y quince años), mientras que los fuegos más altos pueden necesitar varias décadas, según explicaban desde el Colegio de Ingenieros de Montes de la Comunitat Valenciana a El Periódico de España. Es el caso del incendio de Bejís (Valencia) en 2022, que quemó unas 20.000 hectáreas, incluidas parcelas de bosque en regeneración por otro gran incendio en 2012.
Por último, explica Zapata, que tendemos a preocuparnos menos por las zonas donde la mayoría de la vegetación son hierbas o arbustos y a fijarnos sólo en aquellas donde hay árboles, aunque “todos esos hábitats son importantes y necesarios para mantener biodiversidad”.
¿Qué implica el blanqueamiento de los corales?
El blanqueamiento de los corales (coral bleaching en inglés) es la pérdida de color en situaciones de estrés, como explica en un artículo el Instituto de Investigación del Museo Australiano. Los corales viven en simbiosis con unas algas marinas diminutas, llamadas zooxantelas, que les confieren sus llamativos colores. Cuando las condiciones ambientales cambian, principalmente cuando aumenta la temperatura marina o penetra en el agua más radiación ultravioleta de la normal, los corales expulsan estas algas dejando visibles sus esqueletos blancos.
El blanqueamiento no implica la muerte del coral, pues cuando las causas de estrés remiten, estos recuperan a sus compañeras simbióticas. No obstante, es probable que un episodio de estrés reduzca el crecimiento y reproducción de los corales y aumente su susceptibilidad a las enfermedades, haciendo más probable su muerte. Cuando tras un episodio de bleaching se produce una muerte generalizada de corales, el arrecife puede tardar muchos años en recuperarse, continúa el museo australiano.
Los arrecifes de coral son importantes porque participan en una gran parte de la vida marina: una estimación de 2010 concluyó que en torno a un 25% de las especies oceánicas está relacionada con los arrecifes de coral en algún sentido. Los arrecifes sanos son también una herramienta natural para proteger las costas porque pueden absorber hasta el 97% de la energía de las olas, amortiguando su impacto y contribuyendo a evitar la pérdida de vidas humanas y daños materiales, explica este artículo divulgativo de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.
Como decimos, el aumento de temperatura y radiación ultravioleta no son las únicas causas del bleaching, pues también puede producirse por una temperatura más fría de lo normal durante periodos prolongados, como ocurrió en 2010 frente a la costa de Florida (EEUU). Por otro lado, que los corales se recuperen o no de este estrés dependerá también de otros factores, como la calidad del agua, que a su vez depende de la temperatura, la salinidad, las concentraciones de nutrientes y sedimentos en suspensión y tóxicos como los pesticidas, explica el Museo Australiano.
A nivel mundial hubo un gran episodio de blanqueamiento entre 2014 y 2017. En el verano de 2023, el calentamiento de la superficie marina ha sido muy intenso frente a las costas de Florida, dejando un escenario grave de decoloración masiva en el arrecife de coral que ha impulsado a los científicos a subir muestras a tierra para reproducirlas después.
Recently @NOAA_AOML scientists & partners returned to Cheeca Rocks, a site with some of the highest coral coverage in the Florida Keys, and found the reef completely bleached.
— NOAA Research (@NOAAResearch) August 3, 2023
Learn how scientists are responding to protect these important coral species: https://t.co/RHer1czJfG pic.twitter.com/kgeMmSQKEj
No obstante, algunos estudios recientes, como estos publicados en Nature en 2019 y en 2023, sugieren que algunos corales están desarrollando tolerancia al aumento de temperaturas y por tanto haciéndose más resistentes al cambio climático.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito José Manuel Zapata, ingeniero de montes e ingeniero técnico forestal.
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