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La iniciativa de plantar 3.000 millones de árboles nuevos en la UE y el mapa para registrarlos: cómo funciona y qué opinan los expertos

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Claves
  • Dentro de su estrategia sobre biodiversidad, la Unión Europea pretende plantar 3.000 millones de árboles adicionales a los ya previstos para 2030
  • Una aplicación web creada para esta iniciativa permite a "cualquier persona" registrar los árboles que planta
  • Los expertos explican que las plantaciones masivas deben seguir determinados criterios para ser exitosas
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Era 2020 cuando la COVID-19 se convirtió en el centro de cuestiones políticas y sociales. Para la Unión Europea (UE) también, que vio en la propagación de este virus un nuevo motivo para seguir apostando por la biodiversidad. En mayo de 2020, la Comisión Europea publicó la Estrategia de la UE sobre biodiversidad de aquí a 2030, donde dejaba claro el objetivo de integrar la naturaleza en “nuestras vidas”: “La pandemia está haciendo que aumente la concienciación acerca de los vínculos que existen entre nuestra propia salud y la salud de los ecosistemas”, reza el preámbulo del documento.

Uno de los objetivos es plantar al menos 3.000 millones de árboles adicionales a los ya previstos en la UE para esta década. Para llevarlo a cabo, la Comisión Europea puso en marcha en noviembre de 2022 una aplicación web para contar los árboles en toda la UE: Mapmytree. Pero ¿funcionará? Por ahora, en el informe final sobre la Estrategia de Biodiversidad para 2020, la Comisión reconoció que “no se había alcanzado el objetivo principal de detener e invertir la pérdida de biodiversidad” tanto en la UE como a nivel mundial [pág. 71].

En Maldita.es hemos contactado con expertos para conocer su opinión con respecto a la iniciativa de la UE y las plantaciones masivas.

Plantar 3.000 millones de árboles para el 2030

La Unión Europea se ha propuesto que en 2030 haya plantados en la totalidad de sus países 3.000 millones de árboles adicionales al número ya programado (que era de 3.000 millones, es decir, plantea duplicar ese número), con el objetivo de detener la pérdida de diversidad y mejorar la calidad de sus bosques. Esta es una de las 14 propuestas [pág. 17] que ha establecido la UE para 2030, como reducir el uso de pesticidas en un 50% o ​​conseguir que al menos el 25% de las tierras agrarias se dedique a la agricultura ecológica, entre otras.

Como una de las herramientas para llevar a cabo el primer punto, la empresa Tracasa Global, sociedad pública del Gobierno de Navarra, creó para la Comisión Europea una aplicación web llamada MapMyTree. Con ella se pretende que “cualquier persona o entidad europea pueda reportar y registrar los árboles que planta”, como figura en la nota de prensa que comparten desde la empresa. La web de MapMyTree reconoce que es un reto “ambicioso” y que por ello necesitan “la participación de todos”.

Vista de la página web de MapMyTree.

El mapa se completa registrando y georeferenciando los árboles o plantaciones a través de la página web. Para ello, en la sección de reporte, se selecciona el lugar donde se ha plantado, el tipo de suelo (si es urbano, agrícola, forestal...), cuántos árboles se han plantado y el tipo y año de plantación, entre otros detalles.

Cómo reportar un árbol en MapMyTree
Cómo reportar un árbol en MapMyTree

La Unión Europea publicó en julio de 2021 una hoja de ruta para explicar en profundidad esta iniciativa y detallar quién puede participar, bajo qué condiciones, cómo y dónde plantar los árboles, entre otros aspectos. Aunque desde MapMyTree aseguran que puede plantarlos “cualquier persona”, la hoja de ruta indica que “la mayoría de los 3.000 millones de árboles deberán ser plantados por profesionales forestales, con la participación de las autoridades locales y las comunidades locales” [pág. 33]. El propósito es que “los árboles plantados sobrevivan y prosperen y que haya continuidad”.

Recomendación de la UE para que sólo lo haga gente especializada

En la hoja de ruta se incluye que los terratenientes son cruciales para favorecer estas plantaciones y pueden ser “propietarios privados o públicos que brinden el terreno para plantar los árboles, en terrenos agrícolas, áreas urbanas, tierras marginales, tierras forestales o a lo largo de infraestructura gris” [págs. 33 y 34]. El texto señala que “el terreno elegido para plantar debe ser adecuado” y que “cada especie de árbol tiene sus propios requisitos”.

Para que el proyecto se cumpla tiene que efectuar el principio de adicionalidad que exige la Unión Europea. Esto significa que los árboles “no se plantan para reemplazar a otros”, como después de una cosecha o desastres naturales, ni tampoco como resultado de una “obligación legal”.

Además para que los nuevos árboles encajen con el proyecto deben beneficiar a la biodiversidad y el clima y no ser especies exóticas invasoras. Deberán plantarse "sólo especies autóctonas", salvo que se demuestre que no se podrán adaptar a las "condiciones climáticas futuras" [pág. 21]. Sin embargo, aunque en MapMyTree aseguran que “la plantación de árboles siempre debe hacerse con la asistencia técnica adecuada y con conocimiento de las condiciones locales”, no especifican cómo.

Desde Maldita.es hemos contactado con la empresa creadora de la aplicación para preguntar si ejerce algún tipo de control y seguimiento sobre las plantaciones o para evitar que se registren árboles falsos, pero no hemos recibido respuesta.

Para que las plantaciones masivas prosperen deben cumplir determinados criterios, según los expertos

Los expertos consultados por Maldita.es explican que para que este tipo de iniciativas sean exitosas hay que tener en cuenta muchos factores, como el tipo de plantación, el ecosistema o las especies de la zona.

Alberto Murcia Solana, ingeniero de montes, ingeniero técnico forestal y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, recalca que para que tenga éxito hay que tener en cuenta los factores de “idoneidad ecológica de la planta” que se va a introducir y el “mantenimiento de la repoblación”, añade.

Estos requisitos también los tiene en cuenta la Unión Europea, que indica en su hoja de ruta que los 3.000 millones de árboles adicionales que quieren plantar suponen de “2 a 3 millones de hectáreas adicionales” de bosques o cobertura arbórea, por lo que sí cuentan con una superficie prevista. Por ello, Murcia Solana asegura que “es un objetivo factible” si se cumplen premisas como el reparto de hectáreas, agilidad en la tramitación y en los procedimientos de evaluación medioambiental o seguridad jurídica.

Por esto mismo es por lo que otras plantaciones masivas han terminado siendo un fracaso. “No se estudia ni cómo es el terreno dónde se va a hacer, ni de qué tipo de ecosistema se trata”, explica Marta González de la Fuente, técnica medioambiental a Maldita.es “y no se tiene en cuenta qué tipo de especies son autóctonas de la zona”, añade.

Evaluar el crecimiento de los árboles será fundamental

Por otro lado, Marta González de Herrero, abogada especializada en derecho ambiental,  explica que “es una buena iniciativa siempre y cuando se realice una correcta plantación y un correcto seguimiento y gestión de estos árboles”. Aunque no lo ve como algo realmente efectivo: “No es una medida ni mucho menos suficiente para frenar el aumento de temperatura y compensar las enormes cantidades de gases que emitimos a la atmósfera”.

Sin embargo, asegura que no sólo vale con plantar, sino que es “necesario realizar un seguimiento durante todo el proceso de crecimiento de los árboles”. Para ello, la UE indica que estos árboles pueden ser seguidos por la organización a cargo de la siembra a través de coordenadas GPS o de manera individual a través de una foto con el teléfono. Sin embargo, son conscientes de que “cuanto mayor sea la escala, más difícil será el proceso de seguimiento” [pág. 36].

Alfonso San Miguel Ayanz, doctor ingeniero de montes por la Universidad Politécnica de Madrid concluye que hay que "gestionar mejor los bosques que tenemos” para aprovechar mejor sus recursos y servicios y “reducir el riesgo de aparición de incendios y, que si aparecen, no sean devastadores”.

La reforestación, la biodiversidad y el cambio climático

El objetivo de la UE con esta iniciativa es apostar por la biodiversidad. Por otro lado, varios estudios ya han alertado de los riesgos de la reforestación como herramienta de lucha contra el cambio climático. Ya a finales de 2018, un estudio publicado en Global Change Biology escrito por Josep Peñuelas, investigador en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) y Dennis Baldocchi, de la Universidad de Berkeley, resumía que ni las reforestaciones ni la gestión forestal son la mejor solución para reducir el CO2 de la atmósfera y frenar el cambio climático: “La conversión de tierras en bosques o humedales puede tener costes imprevistos que calientan el clima local, como el cambio del albedo (radiación solar que devuelve a la atmósfera una superficie), el aumento de la rugosidad de la superficie o la liberación de otros gases de efecto invernadero”, escriben en el resumen.

"Plantar árboles u otras soluciones basadas en la naturaleza puede convertirse en una excusa, una sensación de falsa seguridad, para continuar emitiendo CO2 a la atmósfera pensando que los bosques lo arreglarán todo", advierte Josep Peñuelas en un post del blog del CREAF.

En 2021, un equipo formado por investigadores del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña, del The Research Network in Biodiversity and Evolutionary Biology (INBio) / Centro de Investigação em Biodiversidade e Recursos Genéticos (CIBIO) – Universidad de Santiago de Compostela y del CREAF publicaron un estudio donde remarcaban que plantar árboles es un “arma de doble filo”. “Plantar más árboles o dejar que los bosques vuelvan a crecer naturalmente podría tener costos inesperados y consecuencias contraproducentes no sólo para la mitigación climática sino también para la sociedad y la biodiversidad”, señalan en la publicación.

Por ello, los autores proponían alternativas “tanto o más efectivas a este plan de reforestación masiva”, como “la diversificación de hábitats o la recuperación de zonas húmedas y de pastos”. Las propuestas son anteriores a la publicación de la hoja de ruta elaborada por la Comisión.

En este artículo ha colaborado con sus superpoderes los malditos Alberto Murcia Solana, ingeniero de montes e ingeniero técnico forestal.

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Primera fecha de publicación de este artículo: 25/02/2023

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