El calor puede provocar temperaturas extremas en algunas superficies, donde varia la temperatura en función de la exposición que tenga al sol: en el interior de un centro comercial, en una calle estrecha arbolada o en una plaza descubierta. Se debe a que desde el suelo sale el calor hacia el aire superficial, tras absorber la radiación solar. El País ha medido la temperatura de varias superficies durante la ola de calor del mes de julio de 2022 a las cinco de la tarde y con una temperatura exterior de 38 ºC, y en los coches negros al sol el termómetro rozaba los 80 ºC, el césped a la sombra marcaba 25 ºC.
Esta variación de la temperatura en las calles se debe también a los espacios verdes que contengan. Un estudio publicado en la International Journal of Environmental Research and Public Health analiza la temperatura de varias calles en una localidad de Texas (Estados Unidos). Los investigadores concluyen que la vegetación en las vías públicas influye en la temperatura del ambiente: la temperatura en una calle con césped en una de las aceras entre las 14:00 horas y las 18:00 horas de la tarde es hasta 5,29 ºC superior a la de una calle con césped en ambos extremos. En cuanto a la presencia de árboles, la temperatura disminuyó un grado en una calle con árboles en uno de los lados de la carretera, frente a una vía sin árboles ni césped.
Otro de los factores que influyen en ese cambio de las temperaturas tiene que ver con la distancia del suelo, es por ello que los niños sufren más las consecuencias del calor. El estudio apunta a que, durante las horas centrales del día, los niños estaban rodeados de una temperatura en el ambiente de 38,65 ºC, mientras que la de los adultos era de 37,32 grados, de mediana. Además, las calles con árboles en un lateral y césped en ambos lados de la calzada redujeron la diferencia de temperaturas entre niños y adultos en 0,6 grados respecto a una acera sin árboles ni hierba.
El asfalto irradia más calor que un suelo de baldosas
En 2018, la Universidad de Lisboa (Portugal) realizó un estudio para medir la variación de temperaturas en el suelo de la capital portuguesa y las fachadas de los edificios, pero sin incluir otros factores como las zonas arboladas o los coches. Los investigadores concluyen que durante los meses de abril a julio de ese año, el asfalto tuvo temperaturas más altas que los suelos de baldosas de las aceras, concretamente 12,9 ºC más durante el día. Esto se debe, explican, a que el asfalto tiene una alta absorción de radiación solar y una baja capacidad de reflexión del sol. Esto provoca una gran acumulación de energía en estas superficies, que luego se libera a la atmósfera, contribuyendo al calentamiento del material.
Las temperaturas más altas durante el día se registran por la tarde
Según explicó en Twitter Juan Jesús González Alemán, meteorólogo de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), la temperatura se incrementa a medida que el suelo empieza a absorber la energía radioactiva del sol, y es a partir de las 16:00 horas de la tarde cuando “el suelo deja de ganar” temperatura y empieza a expulsarla hacia el exterior, lo que hace que esta aumente. Aunque González Alemán puntualiza que este es un fenómeno que se produce, principalmente, en zonas del interior de la península y las islas durante un día específico del verano, y “no es aplicable a todos los días/regiones”.
Seis grados de diferencia entre el centro de la ciudad y la periferia
Un estudio de la agencia meteorológica de Suiza concluye que, en el centro de las ciudades, las temperaturas son hasta seis grados más altas que en la periferia, especialmente por la noche. El Gobierno suizo lo atribuye a la densidad de edificios, la escasez de vegetación, la falta de planificación para instalar fuentes, por las emisiones contaminantes, la falta de ventilación y el calor residual.
Los coches en movimiento generan calor en las ciudades
La circulación de vehículos privados en las ciudades también son una fuente de calor. Un estudio de la Universidad de Electro-Comunicaciones de Tokio (Japón), replicó a partir de modelos la influencia de los coches en el calor de la capital japonesa y concluyó que el “volumen de calor” que expulsaban los vehículos en movimiento era “notablemente más alto” que el de los que estaban aparcados. Además, en autovías y carreteras de circunvalación, el calor que irradiaban los coches en marcha era mayor. Para solucionar este problema, el estudio propone una mejora en el flujo del tráfico, crear espacios para ciclistas y peatones, habilitar desvíos para los vehículos a motor y una mejora en la señalización.
Este mismo efecto se vio durante los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008. Otro estudio publicado en la revista Nature concluyó que con una reducción del tráfico a la mitad en los 20 días que duró la competición deportiva, disminuyó la temperatura entre 1,5 ºC y 2,4 ºC en la capital china. Asimismo, esta bajada en las temperaturas de la superficie se extendió, según el estudio, en alrededor de 820 km2.
Refugios climáticos, tejados blancos, plantas en las azoteas y más arbolado para combatir el calor
Ante este escenario, algunas ciudades están tomando medidas. Como ya hemos explicado en Maldita.es, los refugios climáticos, espacios urbanos como parques o zonas de sombra que ya existían pero que ahora se reforman o se abren al público de forma gratuita para ayudar a la población vulnerable a sobrellevar las altas temperaturas. En estos refugios climáticos las temperaturas son inferiores a las del exterior, como concluye una investigación periodística de La Voz de Galicia, que midió la temperatura en bibliotecas, ambulatorios, autobuses o centros comerciales donde los ciudadanos pueden resguardarse del calor, y el termómetro marcó una temperatura un 25% inferior a la de la calle. En París (Francia), el Ayuntamiento ha desarrollado una app móvil con un mapa de los lugares frescos en la ciudad, con espacios verdes, museos, bibliotecas, lugares de culto, fuentes o zonas de baño repartidos por la capital francesa. Además, la aplicación ofrece información en tiempo real de los riesgos por calor y recomendaciones para hacerle frente.
Otra opción que aplican algunas ciudades como Nueva York (Estados Unidos) es la de pintar los tejados de los edificios de blanco para reducir las temperaturas en el interior en un 30% y por ende también el uso de aire acondicionado, según datos del Ayuntamiento. En Toronto (Canadá), desde 2009, hay legislación local que fomenta el uso de espacios verdes en los tejados. La ordenanza exige que los edificios de más de 2.000 metros cuadrados se cubran con vegetación para ahorrar energía y aprovechar el agua de lluvia. En Copenhague (Dinamarca), que quiere ser una ciudad neutra de carbono para 2025, se aplican medidas similares. En Barcelona, entre 2017 y 2037 el Ayuntamiento tiene previsto invertir 9,6 millones de euros al año para aumentar el arbolado de la ciudad.
Primera fecha de publicación de este artículo: 29/07/2022