Un estudio ha relatado cómo la empresa petrolera francesa Total fue advertida en 1971 de que la quema de combustibles fósiles podía provocar un calentamiento global. Elf, otra petrolera francesa absorbida por Total en 1999, fue informada por canales oficiales en los años 80 y, pese a ello, ambas decidieron promover dudas sobre la base científica del cambio climático durante una década para evitar el control sobre la industria, siempre según el estudio.
Te explicamos los principales hitos en la estrategia comunicativa de Total, que los investigadores del estudio Early warnings and emerging accountability: Total’s responses to global warming, 1971–2021, Christophe Bonneuila, Pierre-Louis Choquet y Benjamin Frantac, han conocido a través de documentación interna de la empresa y entrevistas con sus antiguos directivos.
La revista de Total publicó un artículo que recogía las crecientes advertencias de la comunidad científica sobre el cambio climático ya en 1971
La investigación parte de un artículo escrito por un científico y publicado en 1971 en la revista Total Information, que la compañía publicaba de forma externa e interna, y que, por tanto, circulaba entre sus ejecutivos, empleados y socios comerciales. El artículo advertía que la “quema creciente de combustibles fósiles” había provocado un incremento “significativo” de la concentración de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera y que “un aire más rico en dióxido de carbono absorbe más radiación y se calienta”.
El texto indicaba que si el consumo de carbón y petróleo continuaba a ese ritmo, la concentración de CO₂ en la atmósfera alcanzaría las “400 partes por millón alrededor de 2010” -y la primera vez que la concentración media diaria de CO₂ alcanzó los 400 ppm fue en 2013. También apuntaba a que la temperatura podría aumentar “entre 1 y 1.5 °C” -y la temperatura mundial ha aumentado algo más de un grado, según los distintos organismos que lo miden. “Las consecuencias catastróficas son fáciles de imaginar”, añadía el artículo.
Estas observaciones estaban alineadas con las conclusiones de la comunidad científica en aquellos años, relatan los autores del estudio, pues entre 1950 y 1971 se había constatado un ligero aumento de la temperatura, un aumento continuo de la concentración de CO₂ en la atmósfera y una reducción del hielo ártico, entre otras líneas de investigación abiertas en esos años. Por tanto, el artículo de su revista interna constata que “los principales ejecutivos de la compañía petrolera francesa estuvieron expuestos a un cuerpo creciente de trabajo científico sobre el calentamiento global”.
Uno de los directivos de Elf fue alertado “seriamente” del calentamiento global en 1984 y lo trasladó al comité ejecutivo
Al clima científico se unía una creciente movilización social que cada vez daba más importancia a las cuestiones medioambientales y las compañías petroleras perdieron reputación, cuentan los autores del estudio. Para hacer frente a este “contexto científico, social y político”, tanto Total como Elf crearon estructuras para gestionar las cuestiones medioambientales.
En 1971, Elf creó el Information and Research Center on Nuisances (CIRN), traducido como Centro de Información e Investigación sobre Molestias. Por su parte, los archivos de Total revelan que creó una división que después se convertiría en su Departamento para el Medioambiente. Un trabajador de esta división ha afirmado en una entrevista con los investigadores que se trataba de encubrir las acciones de la empresa: “Las compañías petroleras estaban mal vistas […] así que le pusimos la etiqueta 'medio ambiente' o 'lucha contra la contaminación' a lo que ya estábamos haciendo”.
El conocimiento del problema se movió por canales oficiales a mediados de los 80, cuentan los investigadores. Bernard Tramier, el director medioambiental de Elf, ha asegurado a los investigadores en una entrevista que fue alertado “seriamente” del calentamiento global en 1984 por parte de la petrolera estadounidense Exxon, que había estudiado el cambio climático a nivel interno -como han revelado otras investigaciones-, y que él mismo trasladó la información al comité ejecutivo de Elf compañía en 1986 mediante un informe anual.
La industria petrolera adoptó la estrategia de reforzar la duda sobre la ciencia que estudia el cambio climático según los investigadores
Según relatan los investigadores, en 1988, varios miembros de la industria petrolera, incluido Tramier, realizaron un simposio en la sede de Total para revisar el estado de la ciencia climática y tomar medidas que evitaran un perjuicio en sus empresas. En sus conclusiones, que trasladaron al resto de compañías, recomendaban enfatizar las incertidumbres en la ciencia del clima, la necesidad de más investigación, el coste de la acción política e impulsar medidas que no amenazaran su principal negocio, según han comprobado los investigadores a través de documentos.
En la Conferencia de Río de 1992 -donde se adoptó la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que da lugar a las COP-, Total distribuyó un folleto asegurando que el progreso de la ciencia climática no había permitido “disipar las incertidumbres sobre el efecto invernadero”. Con argumentos y estrategias similares, que detallan los investigadores del estudio, los directivos de ambas empresas reforzaron la duda a lo largo de los años 90 en conferencias y foros internacionales sobre energía y cambio climático para evitar la creación de impuestos que los perjudicaran.