Todos los años pasa lo mismo: las semanas previas a las fiestas de Navidad buscamos el árbol perfecto, lo colocamos en un sitio estratégico de la casa y lo decoramos con esmero. Una vez terminada la celebración, toca guardar o deshacerse de los complementos navideños. Pero, ¿qué ocurre con esos abetos naturales que habíamos comprado en viveros o puestos callejeros para adornar nuestra Navidad? Algunos ayuntamientos, como los de Madrid o Barcelona, llevan a cabo campañas de recogida para poder reciclarlos aunque el proceso no es el mismo. En Madrid, los que están en buenas condiciones, se vuelven a plantar en parques o zonas verdes de la capital. En cambio, en Barcelona se trituran para mejorar la retención de humedad y la aireación del suelo de estos espacios.
Desde hace algunos años, el Ayuntamiento de Madrid recolecta todos esos abetos que han formado parte de la decoración navideña para darles una segunda vida y los vuelve a plantar en parques y jardines de zonas urbanas. Según los datos facilitados por el Área de Medio Ambiente a Maldita.es, desde 1995 se han recolectado un total de 3.992 abetos.
Sin embargo, las cifras de Madrid, con una media de 159 abetos por año, no se parecen en nada a las de Barcelona. En 2019, el Ayuntamiento de Barcelona recogió 8.809 árboles. Madrid hizo lo propio con 371 ejemplares. Es decir, una vigésima parte de lo que recolectó la Ciudad Condal. Estos datos suponen que Barcelona duplicó en un sólo año el número total de abetos recogidos en los últimos 25 años en Madrid.
En la capital, la campaña de recogida de abetos celebrada en 1995 fue la más exitosa. El Ayuntamiento madrileño consiguió recoger la mayor cifra de abetos: 594. Pero, de nuevo, es un número muy alejado de los 8.809 que se entregaron en un año en los 226 puntos de recogida repartidos por todos los distritos de la ciudad catalana.
Aunque no tenemos los datos anuales de las recogidas de abetos celebradas en Barcelona, los datos publicados en algunas ocasiones en los medios de comunicación indican que las cifras de Barcelona siempre están muy por encima de Madrid. De hecho, en 11 ocasiones no se ha llegado a superar la centena. Y, concretamente en 1998, 2007, 2008, 2009, o 2013, ni siquiera los 50 ejemplares.
El número de abetos que se recogen en Madrid también son inferiores a los que se venden. Aunque este sector carece de datos y no hay ninguna organización que reúna o analice la producción de España, la agrupación de Cultivadores de Abetos de Navidad Asociados de Cataluña (CANAC) señaló a El País que las ventas de abetos habían crecido entre un 10% y un 20% con respecto al año pasado. CANAC, que cuenta con una treintena de productores asociados, ha llegado a vender un millón de abetos naturales.
En Madrid los árboles que están en buenas condiciones se vuelven a replantar; en Barcelona, se trituran
En Madrid, para no poner en riesgo la biodiversidad de la zona, antes de ser replantados, los árboles "pasan un tiempo «en barbecho»”, apuntan desde el Ayuntamiento madrileño, "si no no prosperarían". Por ejemplo, en 2019, de los 371 árboles recolectados, sólo 116 se encontraban en buen estado. El resto permanecieron bajo los cuidados de los jardineros municipales y una parte de ellos, “los que se encontraban deteriorados, sin garantías de volver a un entorno natural”, se convirtieron directamente en compost.
El proceso que siguen en Barcelona es diferente. Terminada la campaña, los árboles no se replantan ni se guardan a la espera de que estén listos, como en Madrid, sino que se trituran y se dejan en reposo para convertirlos en mulching (un acolchado natural que protege el suelo vegetal y evita la pérdida de humedad) con el objetivo de mejorar los jardines y espacios verdes de la ciudad.
Y si estás pensando en replantarlos por tu cuenta, mucho cuidado con lo que haces con ellos. La Comunidad de Madrid ya ha advertido que la normativa vigente no permite volver a plantar los abetos naturales utilizados como decoración navideña en ningún terreno forestal del territorio. ¿Por qué? La principal razón es que la especie de los abetos (Abies alba) puede provocar desequilibrios en los ecosistemas de la zona ya que no es autóctona.
En Maldita.es también hemos preguntado al Ayuntamiento madrileño por las ubicaciones en las que se encuentran los ejemplares para saber qué zonas naturales o espacios verdes en la capital se han ido repoblando gracias a la campaña. Desde el consistorio señalan que “el hecho de que pasen este filtro, que los abetos que no estén en condiciones tengan que quedarse a la espera de ser replantados o incluso desecharse” dificulta la recogida de esta información.
Este año, los madrileños tienen hasta el día 1 de febrero para entregar los ejemplares vivos en los dos viveros que el Ayuntamiento de la capital ha puesto a su disposición, situados en El Retiro y en Casa de Campo. En Barcelona, la campaña termina un poco antes: el 17 de enero.