¿Una taza de té verde para reducir los dolores menstruales? Si la historia fuese tan sencilla, amiga, otro gallo cantaría. Spoiler: no es el caso. Aunque existen estudios que relacionan algunos compuestos del té con ciertas mejoras en estas molestias, no hay evidencias de que tomar esta infusión elimine las reglas dolorosas y ningún organismo sanitario incluye su consumo entre las recomendaciones para reducir el dolor menstrual. Para ello, se recomiendan fármacos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno, o anticonceptivos orales.
¿Cuál es la causa de los dolores menstruales?
En primer lugar y antes de buscar una solución al dolor menstrual, habría que determinar el porqué de las molestias. La dismenorrea (o dolores menstruales) puede ser primaria, en caso de que la mujer no presente problemas ginecológicos que originen estos dolores; o secundaria, si el dolor sí es consecuencia de alguno de estos trastornos como fibromas (tumores benignos), endometriosis (cuando crece tejido similar al que recubre el interior del útero fuera de este) o adenomiosis (cuando este mismo tejido se desarrolla en la pared muscular del útero).
En caso de dismenorrea secundaria, serán profesionales sanitarios quienes pauten el tratamiento adecuado para la causa principal y también para las molestias que genere. Ahora bien, si no hay problemas ginecológicos, ¿por qué para muchas mujeres ‘regla’ es sinónimo de dolor (aunque no debiera ser así)?
De manera muy general, ocurre porque el endometrio, una capa del útero, produce demasiada cantidad de unas sustancias llamadas prostaglandinas. Una de sus funciones es responder a áreas de infección o daño. De ahí que una sobreproducción pueda cambiar el ambiente uterino (reducción de oxígeno y de flujo sanguíneo y aumento de la sensibilidad nerviosa) y, con ello, provocar dolor. “Desde hace años se ha evidenciado que las mujeres que padecen cuadro de dismenorrea primaria presentan niveles de prostaglandinas significativamente elevados en el flujo menstrual al ser comparados con mujeres normales”, indica la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
Para aliviarlo, suelen utilizarse fármacos antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno y similares) e incluso píldoras anticonceptivas de venta libre. “Sin embargo, es necesario ampliar las opciones terapéuticas”, indica una revisión de estudios publicada en 2023 en la revista Nutrients. En este contexto, los estudios seleccionados en esta revisión sugieren que uno de los compuestos del té verde podría interactuar con la prostaglandina, “brindando alivio a las mujeres con dismenorrea”. Eso sí, se trata de datos que los propios autores califican como preliminares.
Té verde para el dolor menstrual en la teoría, pero no en la práctica
La revisión de estudios en Nutrients concluye que el componente bioactivo mayoritario del té verde (galato de epigalocatequina o EGCG) parece prometedor si hablamos de beneficios en el tratamiento de desórdenes ginecológicos benignos, entre los que incluye la dismenorrea. Sin embargo, dado que la mayor parte de los estudios que recoge son in vitro (en células en o microorganismos un entorno de laboratorio) o en animales, los autores hacen hincapié en la necesidad de estudios clínicos que evalúen estos efectos.
Por otro lado y como señala en La Dudoteca Álvaro “Vary” Bayón, biólogo, divulgador científico, y autor de este artículo sobre plantas medicinales publicado en el blog de divulgación Naukas, el efecto se ha observado únicamente en un compuesto, no necesariamente en la infusión de té verde. “De comprobarse el efecto, este se lograría mediante la extracción y cuantificación del principio activo, y su adecuada dosificación; en una infusión la cantidad puede ser muy variable y, con toda probabilidad, insuficiente para los efectos beneficiosos reportados”, explica.
Por otro lado, un estudio con la participación de 1183 mujeres de China y publicado en 2019 en la revista BMJ Open señala que el consumo de té verde se asocia con una menor prevalencia (menor proporción) de periodos dolorosos. Para llegar a esta conclusión, se preguntó a las participantes si durante el último año habían sufrido dolores menstruales y, en caso afirmativo, se les pidió que calificaran su intensidad (leve, moderado o severo). Después, se evaluó la asociación entre el consumo de té y la dismenorrea.
Según los resultados, la prevalencia de dismenorrea fue del 57,8%, siendo menor en las participantes que consumían té. Sin embargo, el estudio tiene grandes limitaciones, como el reducido número de participantes (todas ellas, además, de China); y la metodología, al basarse en los autoinformes de las propias participantes.
Las guías clínicas no recogen el té verde como tratamiento o ayuda para los dolores durante la menstruación
El protocolo para la gestión de la dismenorrea de la SEGO coincide con la revisión de Nutrients y el resto de la evidencia científica disponible en los tratamientos recomendados: para inhibir la síntesis de prostaglandinas a nivel endometrial y, por lo tanto, reducir el dolor de regla, “las estrategias terapéuticas recomendadas son los antiinflamatorios no esteroideos y los anticonceptivos orales”.
Aunque mencionan medidas no farmacológicas, como practicar ejercicio físico o el uso de determinados dispositivos intrauterinos (DIU), desde la SEGO no añaden nada sobre la eficacia o la utilidad del té verde en esta situaciones. Tampoco el Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia incluye el té verde como posible solución. De hecho, a pesar de que es común recurrir a él en este contexto, los estudios sobre el tema mencionan el té verde como forma de reducir el dolor menstrual, aunque sí otros gestos como hacer deporte, descansar o aplicar calor.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, por su parte, ni siquiera incluye el té verde en su lista Medicinas, hierbas y suplementos, a través de la que proporciona la información sobre si existen o no evidencia de la efectividad de estas sustancias.
¿Y el placebo?
Como en cualquier situación en la que el paciente es consciente o piensa que está llevando a cabo algo un gesto que puede mejorar su situación, y especialmente cuando se trata de algo tan difícil de medir objetivamente como es el dolor, en la relación té verde y dolores menstruales hay que contar con el posible efecto placebo.
Como explicamos en Maldita.es, el placebo es un conjunto de efectos positivos para la salud que se produce cuando se nos administra un medicamento o terapia que estamos convencidos de que funciona aunque en realidad no tenga ningún efecto real. Puede darse incluso simplemente con la atención dedicada de alguien a quien consideramos un profesional de la salud. La mera idea de que nos va a hacer mejorar produce esa mejoría.
Puede que, al pensar que el té verde reducirá los dolores menstruales, la sensación percibida sea tal. “Ocurre lo mismo con el vaso de leche caliente que decidimos tomar por la noche, antes de acostarnos para, en teoría, dormir mejor”, explica a Maldita.es Juan Revenga, biólogo, dietista-nutricionista y divulgador.
Aunque no hay evidencias de que la leche favorezca el sueño, lo sentimos así. ¿Por qué? Porque, además del efecto placebo, buscamos un entorno que predisponga al sueño.
“Cuando bebemos ese vaso de leche buscando dormir, no se nos ocurre encender luces estridentes o poner a todo volumen High well to hell de AC/DC, sino que nos recostamos, utilizamos una luz suave y melodías relajantes. Buscamos un contexto que predisponga al descanso”. Lo mismo sucede en el caso del té: probablemente se busque una situación cómoda y de descanso que reduzca las molestias.
