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¿Qué es la mal llamada ‘vacuna contra el colesterol’ y para qué y quiénes es útil?

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  • La llamada vacuna contra el colesterol que ha empezado a financiar el Sistema Nacional de Salud no es en realidad una vacuna: no tiene relación alguna con nuestro sistema inmunitario
  • Es útil para personas con problemas concretos de colesterol y junto a otros medicamentos y una dieta baja en grasas
  • No es eficaz contra el colesterol alto derivado de la alimentación
 
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¿Vacuna para el colesterol? ¿Un fármaco que nos permita llevar el estilo de vida que, literalmente, nos dé la gana, sin prestar atención a una alimentación saludable, actividad física y descanso? Efectivamente, suena sospechoso. Es cierto que desde el pasado 1 de noviembre, el Sistema Nacional de Salud (SNS) financia el inclisirán (con nombre comercial Leqvio), un medicamento conocido coloquialmente justo así, como "vacuna contra el colesterol". Sin embargo, no es una vacuna, no está recomendado para cualquier persona y mucho menos va permitir que descuidemos los pilares fundamentales de nuestra salud, incluida la alimentación.

En primer lugar, no se trata de una vacuna porque no tiene absolutamente nada que ver con nuestro sistema inmunitario. No nos ayuda a crear una defensa frente a un patógeno concreto, que es precisamente lo que hace una vacuna. Es cierto que el inclisirán se inyecta y está basado en la tecnología de ARN mensajero (que, desde la vacuna contra la COVID-19, seguro que nos suena), pero estas son las única características que comparten con las vacunas (por su puesto, el inclisirán no genera respuesta inmune).

¿Para qué y quiénes es útil entonces este fármaco? Es un medicamento indicado para reducir los niveles de colesterol en la sangre en pacientes con hipercolesterolemia primaria o dislipidemia mixta (enfermedades que provocan altos niveles de lípidos, incluido el colesterol, en la sangre) y debe utilizarse con una dieta baja en grasas, según la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés).

“Se utiliza en combinación una estatina (un tipo de medicamento que reduce el colesterol) cuando la dosis máxima de esta no reduce suficientemente los niveles de colesterol. También puede utilizarse en combinación con otros medicamentos rebajadores del nivel de colesterol en pacientes que no pueden tomar una estatina”, añade.

El objetivo es evitar que se acumule demasiado colesterol LDL en la sangre. El mismo que, además de a través de la alimentación (quédate con esto, que volveremos a ello), puede incrementarse a causa de la actividad de nuestro hígado, que es capaz de sintetizarlo. Pero, ojo, también de eliminarlo.

Aquí es donde entra en escena una enzima presente naturalmente en el organismo, la PCSK9. ¿Qué pinta en todo este melón? Mucho: es la encargada de parar la eliminación de colesterol LDL por parte del hígado (“¡Eh, hígado, aquí la PCSK9! ¡Para de eliminar LDL ya!”). Lo que esta mal llamada vacuna contra el colesterol permite es ‘callar’ a la enzima PCSK9, de forma que el hígado continúa eliminando colesterol LDL e impide que este se acumule en cantidades perjudiciales para nuestra salud.

“Esto es especialmente interesante para aquellas personas que, a pesar de tener una buena alimentación y practicar ejercicio físico con regularidad, mantienen unos niveles altos de colesterol LDL en sangre, bien sea porque su cuerpo sintetiza mucho bien porque elimina poco”, explicaba en su cuenta de Instagram Daniel Ursúa, dietista-nutricionista.

Antes decíamos que el nuevo medicamento del SNS no significaba dar rienda suelta a una dieta poco saludable. El motivo es que este interfiere en el colesterol procedente del hígado, no de la alimentación. Por partes: al hacer la digestión de los lípidos (grasas), el colesterol se absorbe en el intestino delgado. Aquí pasa a formar parte de unas lipoproteínas (moléculas de proteína y grasa) llamadas quilomicrones que, a través del torrente sanguíneo, ‘riegan’ y nutren diferentes tejidos del cuerpo. Como recuerda Ursúa, que el colesterol se acumule en ellos es lo que puede suponer problemas para la salud.

“Conviene recordar que el colesterol no es lo único que nos debe preocupar de llevar una mala alimentación. Un exceso de grasa visceral, un exceso de sal, de azúcar… Todo eso va a seguir siendo problemático para nuestra salud, incluso aunque este medicamento actuase contra todo el colesterol”, añadía el experto.

Este artículo forma parte del 29 consultorio de Maldita Alimentación.   

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