Nos habéis preguntado a través de nuestro chatbot de WhatsApp (+34 644 229 319) por un supuesto remedio para disminuir los posibles síntomas de una resaca: comer alimentos grasos antes de empezar a beber alcohol. Aunque no existe un remedio o truco total anti-resaca más allá de no beber alcohol (recuerda que este nunca es saludable, ni siquiera de forma moderada), hacerlo con el estómago lleno, en general, y de comida grasa, en particular, si podría disminuir la velocidad con la que este alcanza nuestro torrente sanguíneo. Con ello, también puede reducir la intensidad de sus efectos en cuanto a borrachera se refiere y, por tanto, también los síntomas de la posterior resaca.
Beber alcohol con el estómago lleno reduce su velocidad de absorción
Como ya explicamos en Maldita.es, lo primero y más importante es intentar que la embriaguez (la moña que se nos echa encima) sea lo menor posible. Para ello, además de consumir menos cantidad de alcohol, es imprescindible comer, merendar o cenar bien, en función del momento del día del que hablemos: beber con el estómago vacío supone apostar por una mayor ebriedad y, como consecuencia, llevarse de premio una resaca más tediosa.
“Si tomamos alcohol en ayunas, el tiempo de absorción se reduce y sus efectos, la borrachera, aparecen antes", explicaba en Maldita.es Miguel Ángel Alcalde, dietista en la Unidad de Nutrición y Dietética en el Área Sanitaria Norte de Córdoba. Si, por el contrario, comemos antes de beber alcohol “este tarda más en ser metabolizado, así que sus efectos aparecerán más tarde”, concluía.
Esto ocurre así ya que la mayor parte del alcohol se absorbe en el intestino delgado. Si bebemos saltándonos la comida o la cena, con el estómago vacío, el alcohol pasará rápidamente al intestino y, a través de él, a la sangre.
La comida grasa ralentiza aún más este proceso
Pero, ¿qué tiene que ver la comida grasa en esta situación? Lo cierto es que bastante, ya que, junto a los ricos en hidratos de carbono, los alimentos o productos grasos, como los frutos secos, determinados ultraprocesados o comidas rápidas (pizzas, bocadillos de bacon, hamburguesas, snacks de bolsa…), o incluso una cucharada de aceite, si se te antojase, ralentizan aún más la absorción del alcohol. El porqué es que nuestro cuerpo tarda más en digerir la grasa que otros nutrientes.
La fibra también ayuda, ya que "hará que el estómago esté lleno durante más tiempo", según señalaba en Maldita.es Guadalupe Blay, responsable del Grupo de Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
En general, tener el estómago entretenido con la comida durante más tiempo hace que “parte de ese alcohol termine por eliminarse a través de la orina”: “Este se absorbe pero se metaboliza menos cantidad”, añadía Domingo Carrera, médico experto en nutrición, a Maldita.es.
Ahora bien, este efecto ni es infalible ni evita que suframos la resaca del día siguiente, tampoco las consecuencias negativas asociadas con el consumo de este tipo de bebidas. La eficacia, eso sí, será nula si llenamos el estómago una vez ya hemos bebido: no hay evidencias de que las ‘recenas’ (el plato de pasta, el bocata de pollo empanado o cualquier otro asalto a la nevera antes de meterse en la cama tras haber bebido) ‘para evitar el mal cuerpo mañanero’ puedan reducir la resaca. La comida solo será tu aliada en caso de echar mano de ella antes de beber o mientras lo estás haciendo, pero no después, ya que el daño (y la absorción y metabolización del alcohol) ya estará hecho.