Se están difundiendo muchos vídeos que muestran zonas inundadas por la DANA de 2024 en las que el agua está moviendo una gran cantidad de sedimentos y plantas. A raíz de esto están surgiendo contenidos que aseguran que a los agricultores no les dejan limpiar los ríos aunque hacerlo habría evitado las inundaciones o que “los ecologistas” no quieren limpiar los cauces. Respondemos algunas preguntas que han surgido a raíz de este tema:
En general, la vegetación en los ríos es positiva porque frena la velocidad a la que baja el agua
Pero especies invasoras como los caños de vídeos que has podido ver no son vegetación propia del río y sí deben limpiarse
¿Es mejor limpiar los ríos para evitar inundaciones?
La respuesta corta: la vegetación es necesaria para frenar la velocidad a la que fluyen los ríos y, aunque se deben limpiar determinadas zonas o especies de plantas para regular su caudal, en general es mejor que haya más vegetación.
La explicación detallada: “En general la respuesta es no, pero hay que observar casos y situaciones concretas, siendo mucho más efectivas otras medidas de prevención de riesgo de inundación relacionadas con medidas no estructurales como pueden ser: una adecuada ordenación del territorio, dar espacio a los ríos favoreciendo la conectividad con la llanura de inundación y que las infraestructuras necesarias (puentes, etc) permitan el paso de agua, sedimento y material leñoso durante las inundaciones”, explica la geóloga del departamento de riesgos geológicos y cambio climático del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Ana Lucía Vela.
“En el tema de inundaciones lo importante es retener el agua para soltarla poco a poco. Esto lo hacen las presas de manera artificial o los cauces y llanuras de inundación con vegetación de manera natural”, añade Jorge Delgado, ingeniero de caminos, canales y puertos y colaborador de Dam Removal Europe.
Dicho esto, añade que la limpieza de cauces “es un arma de doble filo”. Si se limpia el cauce en un río en un área urbana, el nivel de agua bajará aunque haya la misma cantidad de agua fluyendo porque se moverá más fácilmente, evitando problemas en esa ciudad. El problema es que también fluirá con más velocidad y será peor para los que estén aguas abajo porque el agua tiene más capacidad de arrastrar sedimentos, árboles o incluso coches, como se ha visto en Valencia. “Además, un cauce limpio retiene mucha menos agua, por lo que al limpiarlo, de alguna manera, se le pasa el problema al siguiente, que tiene gestionar la misma o más agua con más velocidad”, añade Delgado.
En la “Guía de Buenas Prácticas en Actuaciones de Conservación, Mantenimiento y Mejora de Cauces” del Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) destacan la importancia de la vegetación de los ríos en varios aspectos medioambientales, pero también para el caudal de los ríos. Apunta que en ocasiones “pueden necesitar acciones para conservar y mejorar sus estructura y conectividad”, por ejemplo, para regular el caudal en las aguas que siguen a grandes embalses o en tramos con especies invasoras.
“En ocasiones puntuales o zonas concretas pueda ser necesario hacer una gestión (que no limpieza) de la vegetación y madera que hay en los cauces. En algunos lugares de Italia, por ejemplo, han construido estructuras filtrantes que retienen el material leñoso aguas arriba de puentes y ciudades con el fin de prevenir posibles obstrucciones en esos puntos concretos a la vez que mantienen la vegetación y la madera en las riberas”, coincide Vela.
¿Hay que quitar toda vegetación o sólo algunos tipos?
La respuesta corta: No son lo mismo los caños que aparecen en los vídeos que la vegetación autóctona. Especies como el carrizo se doblan con la corriente y son capaces de retener mucha agua y quitar energía al río (es decir, reducir su capacidad de destrucción), sin embargo, especies invasoras como el caño sí es necesario retirarlas porque con las riadas se rompen y provocan taponamientos como los que se ven en los vídeos.
La respuesta detallada: “En general, cuanta más vegetación mejor, por dos razones: la rugosidad que quitará energía y poder de destrucción y que, al llover, la vegetación es capaz de retener muchísima agua que no llega al río”, dice el ingeniero de caminos. Pero Pau Fortuño, biólogo del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), indica que cuando hablamos de vegetación en los ríos, no nos referimos a la caña, una especie invasora que no está protegida y ha sido catalogada como una de las 100 peores especies invasoras.
“Los cauces con vegetación ayudan a quitarle energía al agua pero hay que deshacerse en lo posible de especies como la caña sustituyéndola por vegetación autóctona”, apunta Delgado. Es decir, no es lo mismo la caña que otras especies como el carrizo. La primera es una especie de tallo duro que se arranca de raíz o se rompe con cierta facilidad lo que puede generar taponamientos y es la especie invasora con más presencia en las aguas españolas, particularmente en la zona mediterránea. En la guía de buenas prácticas del MITECO se establece que “por su extensión y capacidad de desarrollo, su control y erradicación constituyen actuaciones prioritarias en conservación y mantenimiento de los cauces”. No es lo mismo que el carrizo, que se “tumba” con la corriente y aumenta lo que se conoce como rugosidad del cauce, es decir, quita velocidad al agua.
Además de las especies invasoras, también hay situaciones en las que puede ser necesaria la intervención como un cauce estrecho en una ciudad en el que mucha vegetación puede hacer que el agua suba y provoque inundaciones. También en los tramos de río que están inmediatamente después de un embalse, el agua no tiene tanta fuerza para hacer “limpieza”. “La vegetación crece más porque tiene un flujo constante de agua y se acumula más materia vegetal muerta de la que tendría que acumularse. En esos casos es habitual hacer limpiezas para evitar males mayores”, señala Delgado.
¿Multas de 300.000 euros por limpiar la vegetación?
Se están difundiendo contenidos que aseguran que “la Confederación Hidrográfica del Júcar defiende la presencia de cañas y vegetación en las ramblas y barrancos” y que se multará con hasta 300.000 euros a quienes “limpien” los ríos. Pero en las declaraciones del presidente de la CH del Júcar, Miguel Polo Cebellán, a las que se refieren distingue entre la vegetación autóctona y epecies invasoras como las cañas.
“La vegetación es clave para reducir los efectos de las avenidas, aunque no hacemos limpieza general de cauces, sí destinamos un presupuesto considerable al mantenimiento y conservación. Nos centramos en retirar obstrucciones formadas tras avenidas, por ejemplo. (…) La caña es una especie invasora y, tras retirarla, replantamos especies autóctonas», indicó Polo en esta entrevista que se cita en esos mismos contenidos.
Las multas de 300.000 euros a las que se refieren los contenidos están recogidas en el Título V del Real Decreto 849/1986 por el que se aprueba el Reglamento del Dominio Público Hidráulico. El dinero a pagar dependerá del nivel de daños a las plantaciones: si se consideran una infracción leve (el daño no supera los 3.000 euros) o menos grave (la valoración del daño está entre los 3.000 y los 15.000 euros), las multas estarían entre los 6.000 y los 30.000 euros. Si el daño supera los 15.000 euros se consideraría una infracción grave y si es mayor de 150.000 sería muy grave. Las multas a pagar en estos casos irían de los 30.000 a los 600.000 euros.
¿Es un tema de debate en la comunidad científica?
La respuesta corta: Hay consenso en que hay que distinguir entre especies invasoras y vegetación autóctona. “Lo de que hay que quitar la vegetación es un falso mito. En general, tiene un papel positivo y las especies invasoras ya se están extrayendo poco a poco, pero es un proceso complicado”, apunta Carles Sanchís, geógrafo e investigador de la Universidad Politécnica de Valencia.
La respuesta detallada: “Hay consenso en que el río tiene sus propios medios de regulación, que son las llanuras de inundación donde el agua se expande y pierde energía. Este método es muy efectivo si dejamos al río que haga su trabajo. El problema es que el río irá por donde tenga que ir, sin tener en cuenta si lo que hay son huertas, casas o un polígono industrial. Pero si el río en una crecida se expande y se encuentra con vegetación en su camino, perderá energía y será menos destructivo aguas abajo”, afirma Delgado. “El agua tiene que estar limpia, pero no de vegetación”, apunta Sanchís.
Hay varios estudios que siguen esta línea. La Universidad Politécnica de Madrid llegó a las mismas conclusiones que la guía de buenas prácticas del MITECO cuando estudió la manera de mejorar el funcionamiento del río Guadalete, en Cádiz, en 2010. Es necesaria la limpieza periódica de especies invasoras y sedimentos pero manteniendo una cantidad adecuada de especies protectoras de vegetación.
También este artículo de Tony Herrera Grao, biólogo experto en investigación y conservación de ecosistemas acuáticos, en el que explica que los ríos tienen mecanismos naturales de autorregulación. Señala además que las limpiezas convencionales dañan ecosistemas, eliminan vegetación clave, e incluso favorecen la aparición de especies invasoras como el caño. U otros de expertos como este del catedrático en biología de la Universidad de León, Eloy Bécares, y este del profesor de Geografía Física en la Universidad de Zaragoza, Alfredo Ollero Ojeda.
“Podemos decir que sí que hay consenso. Cabe añadir que, en los sistemas fluviales, los materiales leñosos y también los sedimentos, son los componentes menos estudiados hasta el momento, en comparación con el agua y hacen falta más estudios para definir, por ejemplo, los regímenes de transporte de estos materiales, al igual que se conocen los regímenes hídricos. Además, habría que estudiar y analizar cada caso, cada cuenca, cada tramo de río y cada evento ya que hay muchos condicionantes y variables que pueden afectar”, matiza la bióloga del CSIC.
¿Quién tiene las competencias de actuar para evitar inundaciones?
Mensajes en redes sociales se preguntan quién es responsable de avisar y actuar ante inundaciones tras la DANA de octubre de 2024. Esto es lo que sabemos según la normativa, los planes de prevención y actuación ante inundaciones y una experta consultada por Maldita.es:
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) tiene competencias sobre la redacción de los planes de prevención de riesgo de inundaciones, ofrecer información de los caudales y controlar el Dominio Público Hidráulico (es decir, el propio cauce del río o rambla)
Las zonas inundables por lluvias torrenciales están fuera de ese Dominio Público Hidráulico y son competencia de la comunidad autónoma
La Generalitat es quien hace y ejecuta los planes de emergencias y quien debe valorar la información de caudales por la CHJ
Los ayuntamientos son los encargados de la limpieza y mantenimiento en los tramos urbanos de las ramblas
¿Se han derribado presas que habrían evitado las inundaciones?
No se ha derribado nada (ninguna presa, ni grande ni pequeña, ni ningún azud) entre los años 2018 y 2024 en la zona afectada por la DANA. Tampoco se han destruido embalses ni grandes presas en toda la demarcación hidrográfica del Júcar, que incluye casi toda la Comunidad Valenciana y parte de Teruel, Cuenca y Albacete. Lo que sí se ha retirado son azudes o pequeñas presas que no embalsan ni retienen grandes cantidades de agua (pero, como decimos, no en la zona afectada por la DANA o no en los últimos 6 años). También te explicamos que no eliminar azudes obsoletos o en mal estado conlleva más riesgo de inundaciones porque se eleva el nivel del agua en zonas no controladas y pueden formarse tapones. Tienes todo explicado aquí.
¿Se han dejado de construir presas que habrían evitado daños de la DANA?
Circulan contenidos afirmando que el Gobierno de Zapatero anuló la construcción de una presa en Cheste (Valencia) que habría estado situada en la Rambla del Poyo, uno de los cauces desbordados por la DANA de octubre en Valencia, y que habría evitado inundaciones. Lo que sabemos:
La presa aparecía mencionada en el Plan Hidrológico Nacional aprobado en 2001 por el Gobierno de José María Aznar, en 2004 Zapatero no lo derogó por completo y llegó a anunciar la construcción de la presa, pero finalmente nunca se llevó a cabo
Según la Confederación Hidrográfica del Júcar era una propuesta que se “descartó” porque “suponía un coste socioeconómico muy grande”
Los expertos consultados por Maldita.es afirman que la presa habría reducido los daños, pero no habría sido suficiente para contener la riada en ese cauce