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Cómo funcionan los contenedores de basura con cerradura electrónica: preguntas y respuestas

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Claves
  • Varios ayuntamientos de España han instalado cerraduras electrónicas en algunos contenedores de basura para una mejor separación de los residuos
  • Estas cerraduras funcionan a través de un sistema de tarjetas que los ayuntamientos entregan a sus ciudadanos, como es el caso de Vigo o Burgos
  • Algunas ciudades estudian imponer multas por el mal uso de estos contenedores en un futuro
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Tirar la basura al recipiente adecuado es necesario para reciclar y gestionar correctamente los residuos La Unión Europea estableció en 2018 nuevos objetivos para el desarrollo sostenible, entre los que se incluye una correcta separación de los residuos orgánicos (restos de comida, principalmente). En línea con este objetivo, algunos municipios de España han comenzado a instalar contenedores con cierres electrónicos (tanto los de residuos orgánicos, de color marrón, como otros contenedores) que se abren con una tarjeta para hacer una mejor gestión de la basura. Aunque muchos habitantes ya emplean estos sistemas, aún surgen dudas sobre su uso, como si hay que pagar para usarlos o incertidumbre sobre el uso de la información que registran estas cerraduras. Os explicamos en qué consisten estos contenedores y cómo separar la desinformación de lo que sabemos sobre su funcionamiento.

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¿Qué es un contenedor electrónico? ¿Cómo funciona?

Si vives o has pasado por ciudades como Vigo, Girona o Burgos, puede que te hayas encontrado con algunos de sus contenedores de basura electrónicos. Estos recipientes cuentan con una cerradura que sólo se puede abrir con una tarjeta electrónica que los ayuntamientos facilitan a los ciudadanos. En este vídeo publicado por Contenur, uno de los fabricantes de estos dispositivos, puedes observar con más detalle su funcionamiento. 

Estos sistemas de identificación pueden emplear diferentes tecnologías, como tarjetas con tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID, por sus siglas en inglés), que se reparten a los ciudadanos. Es el caso de la tarjeta PassVigo, documento que emplean los habitantes de Vigo para acceder a distintos servicios municipales o al transporte público. En este vídeo Abel Caballero, alcalde de la ciudad, explica cómo se utiliza.

No es el único método. También se pueden instalar sistemas que empleen tecnología de comunicación de campo cercano (NFC, por sus siglas en inglés), que es la misma que usan las tarjetas de crédito o algunos teléfonos móviles y relojes inteligentes para, por ejemplo, pagar a través de la aplicación del banco. Esta tecnología también se puede usar para monitorizar el estado de un contenedor y mejorar la gestión de residuos, como es el caso del municipio de Mollet del Vallès (Barcelona). En esta publicación realizada por ENT en colaboración con la Universidad Politécnica de Cataluña puedes encontrar más información sobre estas tecnologías.

¿Qué ciudades han instalado contenedores electrónicos?

Estos sistemas ya se están implementando en algunas ciudades de España. El Ayuntamiento de Burgos comenzó a usarlos a principios de 2023 con la instalación de 900 contenedores destinados a la separación de residuos orgánicos y evitar así el depósito de “residuos inadecuados” que impidan su reciclaje. Antes, en 2020, Vigo incorporó este sistema dentro de la PassVigo y ya cuenta con 170 contenedores, según recoge Cadena Ser.

Otras ciudades como San Sebastián o Sevilla también han instalado estas cerraduras en sus contenedores de restos orgánicos. Girona está realizando una prueba piloto de recogida selectiva de residuos, con la instalación de contenedores de diferentes tipos de residuos en el barrio del Eixample que sólo se pueden abrir en determinados horarios. Regiones como la Mancomunidad del Sureste de Gran Canaria han incorporado este sistema de forma voluntaria desde 2019 y la Mancomunidad de Pamplona asegura que dará servicio a 356.000 habitantes en 2023.

¿Por qué ahora hay más contenedores electrónicos que antes?

Uno de los motivos por los que estos contenedores se están haciendo cada vez más comunes es la Directiva 2018/851 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de mayo de 2018. El texto, que modifica la anterior normativa sobre residuos, marca nuevos objetivos para el desarrollo sostenible y propone que para 2025 se recicle el 55% de los residuos municipales y un 65% para 2035. 

Fuente: Directiva 2018/851 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de mayo de 2018.

Entre las medidas para alcanzar estos objetivos el Parlamento Europeo plantea que, “a más tardar el 31 de diciembre de 2023”, los Estados miembros deberán garantizar que los biorresiduos se separen y se reciclen debidamente. Un objetivo que también recoge la legislación española en la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular o el Plan de Gestión de Residuos de Navarra 2017-2027.

 Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular.

¿Cuáles son las ventajas de estas cerraduras electrónicas?

Algunos Ayuntamientos, como el de Burgos, argumentan que, si bien la materia orgánica es el principal residuo que generamos en casa (y que podríamos separar fácilmente), diferentes pruebas muestran que al dejar estos contenedores abiertos se depositan residuos inadecuados, lo que dificulta su reciclaje en compost. Nos hemos puesto en contacto con el Ayuntamiento de Burgos, que nos ha detallado que estas cerraduras sirven como medida para evitar impropios dentro de los contenedores de orgánica, ya que al ser de acceso controlado quienes no vayan a reciclar o no quieran participar en este proyecto no podrán hacer un mal uso de ellos.

Por su parte, el Ayuntamiento de Vigo asegura a Maldita.es que la instalación de estos cierres electrónicos “garantiza su correcto uso”, algo “fundamental” para el tratamiento del residuo orgánico.. “El acceso restringido, probado ya durante dos décadas, reduce impropios de otros residuos por la propia concienciación de sus usuarios”, incide el consistorio.*

Otras regiones como la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona afirman que este sistema permite reciclar mejor los residuos orgánicos de los de resto ya que “se limita la aportación libre”, lo que permite “obtener una materia orgánica limpia de impropios”.

La organización sin ánimo de lucro Ecovidrio considera que el anonimato es una de las principales causas de esta mala separación de residuos e incide en que estos sistemas ayudan a mejorar los niveles de recogida selectiva y a “desarrollar actuaciones de inspección y sanción”. Por ello algunas ciudades han decidido optar por esta solución, aunque el tema de identificarnos o no con estas tarjetas no está del todo claro como explicamos aquí.

¿Cómo se obtienen estas tarjetas? ¿Qué ciudadanos las pueden usar?

La expedición de estas tarjetas es tarea de los ayuntamientos y de las regiones que decidan optar por este sistema. El Ayuntamiento de Burgos decidió realizar una campaña durante los primeros meses de 2023 para promocionar estos contenedores estableciendo puntos de información en los que recibir esta identificación. Para obtenerla es necesario aportar algún documento que acredite una relación con el domicilio para el que se solicita la tarjeta.

En el caso de Vigo estas cerraduras (instaladas únicamente en los contenedores de basura orgánica) están integradas en la tarjeta VigoPass, que está destinada a los habitantes de esta ciudad. La expedición de esta tarjeta vale 0,49 céntimos (gratuita en caso de los y las pensionistas), es necesario presentar el certificado de empadronamiento o el DNI para obtenerla y con ella se consiguen descuentos en la red de autobuses de Vigo junto a otras funciones en el futuro, como préstamos de libros o trámites electrónicos. El Ayuntamiento de Vigo asegura que el uso de estos contenedores “es totalmente gratuito”.*

En la Mancomunidad de Pamplona también se ha implementado esta tarjeta de forma que se puede usar en otros servicios como el transporte público. Para obtenerla de manera gratuita hay que rellenar un formulario que solicita diferente información como el DNI, apellidos y la dirección del domicilio. Esta tarjeta también se puede vincular a una aplicación móvil, por lo que no es necesario llevarla físicamente cuando se tire la basura.

¿Se me puede identificar con estas tarjetas? ¿Qué datos se recogen sobre mí y cómo se usan?

Una de las cosas que puede preocuparnos sobre el uso de estas tarjetas y cerraduras electrónicas es el uso de nuestros datos personales y que se nos pueda identificar con ellas; algo que está bien atado en algunos casos pero que, en otros, ha suscitado dudas en la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).

En algunos casos estas tarjetas están individualizadas, por lo que existe una cesión de nuestra información personal a los consistorios que las otorgan, acorde a la Ley de Protección de Datos.  En el caso de Sevilla el responsable del tratamiento de los datos es LIPASAM, la agencia pública de limpieza del Ayuntamiento.

En el caso de PassVigo, estos datos se compartirán entre el Ayuntamiento de Vigo y las empresas concesionarias que tengan un acuerdo. Esta tarjeta “no guarda ninguna información de los ciudadanos” ya que sólo dispone de un código de apertura para los contenedores, afirman desde el Ayuntamiento de Vigo a Maldita.es. “En línea con el cumplimiento con la Ley Orgánica de Protección de Datos, FCC, empresa concesionaria del servicio de recogida de basura en la ciudad de Vigo, no guarda ningún dato relativo a los ciudadanos”, asegura el consistorio.* 

Desde el Ayuntamiento de Burgos aseguran que el sistema únicamente registra un número de tarjeta, lo que permite estudiar “de forma anónima” datos como el uso de contenedores, el peso recogido o el número de usuarios por contenedor. El consistorio incide en que para la entrega de esta tarjeta se recoge “un nombre y un domicilio asociado”, unos datos que en principio “no se usan para nada”. “No se cruzan los datos salvo que fuera necesario por alguna causa justificada de identificar al usuario”, explica el Ayuntamiento, que subraya que esta información “no se está usando más que con fines estadísticos y de forma anónima”.

Miguel Vieito Villar, abogado especializado en Derecho y nuevas tecnologías y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, señala que el uso de esta tecnología en contenedores “no es nada extraño” y apunta que otras ciudades emplean llaves para controlar el acceso de la basura orgánica. Es decir, que el “uso de un sistema de control de uso no es nuevo y no parece desproporcionado”, razona el experto.

Vieito señala que en el caso concreto de VigoPass el uso de esta tarjeta y de las credenciales está cifrado, por lo que el lector “no almacena los datos de la persona usuaria” y simplemente comprueba que la tarjeta es válida y da acceso al servicio. Además, apunta que usar esta tarjeta para el contenedor orgánico “no supondría un riesgo mayor” que emplearla para el transporte público. “Su uso se ajusta a la protección de datos y se refuerza con obligación de secreto”, argumenta.

En otras ocasiones la AEPD ha indicado que la recogida de esta información puede suponer una infracción del Reglamento general de protección de datos (RGPD). Es lo que ha ocurrido en la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, donde varios representantes del partido político Unión del Pueblo Navarro (UPN) denunciaron al consistorio por el uso de este sistema al entender que vulneraba la privacidad de los vecinos, en concreto por asociar cada tarjeta con los datos personales de los usuarios, según recoge EuropaPress.

En una resolución la AEPD señala que para la confección de estas tarjetas el consistorio ha tratado datos personales como el DNI, nombre y apellidos o la dirección postal, entre otros. Según el organismo, el tratamiento de estos datos que hizo la Mancomunidad de Pamplona “no era lícito” y “no hay causa legitimadora” que la ampare, ya que la Ley de Residuos no obliga a hacer esta recogida de datos para el tratamiento de basura doméstica ni hay implementadas tasas de generación de residuos o sanciones por el mal uso de este sistema.

Ante esta decisión la Mancomunidad dejó de registrar el número de tarjeta que abre cada contenedor y ya no es posible identificar a cada usuario, aunque el sistema sigue en funcionamiento y es necesario usar estas tarjetas para abrirlos. La Mancomunidad asegura que en los próximos meses va a desarrollar la normativa necesaria para cumplir con la AEPD, según recoge Cadena Ser.

“Aunque en su propia resolución la AEPD no descarta el tratamiento de datos personales en la gestión de residuos y, por lo tanto, no cuestiona el sistema de recogida, el argumento principal es que estos datos no están siendo utilizados actualmente ni para establecer un pago por generación ni para sancionar conductas inadecuadas”, defiende el consistorio en una nota de prensa. En este artículo puedes encontrar más detalles sobre la gestión de residuos y la protección de datos.

¿Pueden identificar nuestra basura y multarnos si no la separamos bien?

La respuesta a esta pregunta depende del ayuntamiento y del uso que se esté dando a estos sistemas. Algunos ayuntamientos están planteando identificar de forma individualizada a los usuarios de estos contenedores para imponer sanciones o bonificaciones. Es el caso de Girona, que junto a la tarjeta también ha implementado el uso de adhesivos que identifiquen al dueño de cada bolsa. Un sistema que en un futuro “podría suponer la implementación de tasas por generación de residuos”, aunque actualmente no poner pegatinas no implica una sanción administrativa.

El Ayuntamiento de Girona asegura a Maldita.es que esta medida sólo se ha aplicado en el barrio de Eixample, aunque su implementación se ampliará en 2024 a otros barrios donde no haya casas unifamiliares. Además, subraya que “el usuario se identifica sólo con la tarjeta” y que “aún no se han aplicado tasas justas según las aportaciones de residuos”.

Otras regiones por ahora no han implementado mecanismos sancionadores. La Mancomunidad de Nerbioi-Ibaizabal nos ha detallado que por el momento se recoge el uso de estos contenedores para evaluar su calidad y sólo se llevarán a cabo autorizaciones individuales cuando se planteen “bonificaciones o descuentos en tasas relacionadas con el servicio de recogida de residuos”.

La Mancomunidad de Pamplona incide en que en la actualidad sólo se contemplan sanciones para quién deje bolsas fuera del contenedor “siempre que la Policía pueda identificar a quien realiza estas malas prácticas. En ningún caso por no utilizar las tarjetas”. Las sanciones por dejar la basura fuera del contenedor es algo que, en cualquier caso, ya sucede con los contenedores tradicionales, como contempla la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que considera infracción muy grave el abandono de residuos peligrosos y cualquier otro tipo de residuos en estos casos.

¿Nos podrán multar entonces por no reciclar correctamente si usamos este tipo de tarjetas y contenedores electrónicos? Por ahora no. De momento, en la resolución de la AEPD sobre el uso de los contenedores electrónicos que ha hecho la Mancomunidad de Pamplona, el organismo argumenta que con este sistema “parece difícil” que se pueda implementar un mecanismo sancionador “dado que no se puede identificar a las personas concretas que tiran un determinado residuo en un contenedor”, sólo permite saber si abre o no un determinado contenedor de residuos.

En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Miguel Vieito Villar.

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* Hemos actualizado este artículo el 17 de octubre de 2023 para incluir las declaraciones del Ayuntamiento de Vigo.


Primera fecha de publicación de este artículo: 16/10/2023

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