La cantidad de metano (CH4) en la atmósfera ha alcanzado niveles récord en los últimos años. Este gas de efecto invernadero es responsable de alrededor del 30% del aumento global de las temperaturas hasta la fecha, según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés). Os explicamos de dónde proviene y cuáles son las consecuencias de su incremento en la atmósfera.
El metano tiene una vida atmosférica más corta que el dióxido de carbono, pero ejerce un potente efecto invernadero
El metano es el hidrocarburo (un tipo de compuesto orgánico) más sencillo que existe en la naturaleza. Está formado por un átomo de carbono (C), unido a cuatro átomos de hidrógeno (H).
“El CH4, después del vapor de agua y el dióxido de carbono (CO2), es uno de los gases de efecto invernadero más potentes que existen en la troposfera (la capa inferior de la atmósfera) y el segundo más importante y dañino”, explica a Maldita.es Alejandra Paola Matus, científica ambiental especializada en sustentabilidad y cambio climático y maldita que nos ha prestado sus superpoderes.
El metano juega un papel importante en la química y las propiedades de la atmósfera. Miguel Ángel Pantoja, ingeniero industrial y también maldito que nos ha prestado sus superpoderes, señala que este gas “hace que la atmósfera sea transparente para la energía que la Tierra recibe del Sol en forma de radiación ultravioleta”. Sin embargo, también hace “que sea opaca para la energía que la superficie calentada de la Tierra emite en forma de radiación infrarroja”.
El tiempo de vida del metano en la atmósfera es mucho más corto que el del dióxido de carbono. Mientras que el CO2 puede permanecer en ella durante miles de años, el CH4 desaparece en unos 10 o 15 años, según la Comisión Europea.
Pese a ello, varios estudios indican que el metano es más eficiente para atrapar la radiación que el dióxido de carbono. “El impacto comparativo del CH4 es 25 veces mayor que el del CO2 durante un período de 100 años”, afirman desde la la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de EEUU.
De los humedales al suelo congelado: los procesos naturales que emiten metano
En relación a su origen, este gas puede ser emitido por fuentes naturales o a causa de algunas actividades humanas. En el primer grupo, destacan los humedales, que emiten CH4 cuando las bacterias descomponen material orgánico en ausencia de oxígeno.
Un estudio publicado en Nature Geoscience concluye que los ecosistemas acuáticos son responsables de hasta la mitad del total de emisiones de metano a la atmósfera. Otras fuentes naturales serían los océanos, las termitas, los sedimentos, los volcanes o los incendios forestales, según la EPA.
Pantoja subraya, además, que el suelo permanentemente congelado de las regiones cercanas a los polos (conocido como ‘permafrost’) aloja una cantidad de metano equivalente al doble del que hay en la atmósfera. “Si las temperaturas siguen subiendo y el permafrost empieza a descongelarse, como ya está sucediendo, podría liberar ese metano. Eso subiría las temperaturas, provocando más descongelación y nuevas emisiones en un círculo vicioso e infernal”, señala.
Una de las principales fuentes de emisiones es la extracción de combustibles fósiles
Desde la década de 1700, algunas actividades humanas han duplicado con creces las emisiones de metano, según una investigación publicada en Earth Science Reviews. A día de hoy, la EPA indica que entre el 50% y el 65% de las emisiones totales de CH4 provienen de actividades humanas. En este caso, pueden proceder de ámbitos relacionados con la energía, la industria, el uso de la tierra, la gestión de desechos o la cría de ganado.
El metano, además, es el componente principal del gas natural. Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EEUU), el CH4 se emite a la atmósfera durante la producción, el procesamiento, el almacenamiento, la transmisión y la distribución de gas natural y la producción, la refinación, el transporte y el almacenamiento de petróleo crudo.
Alicia Bayón Sandoval, doctora en Ingeniería Química y Ambiental que nos ha prestado sus superpoderes, insiste en que una grandísima cantidad de emisiones de metano procede de la extracción de combustibles fósiles como el petróleo o el carbón.
Las operaciones de combustibles fósiles emitieron a nivel mundial cerca de 120 millones de toneladas de metano en 2020, casi un tercio de todas las emisiones de metano de la actividad humana. Así lo afirma la Agencia Internacional de Energía, y añade que gran parte de estas emisiones se producen a través de fugas a lo largo de la cadena de producción y suministro.
Algunos animales como las vacas o los cerdos emiten metano al realizar la digestión
Al contexto anterior se suman las emisiones de metano producidas por el ganado, que suponen el 32% de las causadas por humanos, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Las vacas, los cerdos, las ovejas o las cabras producen CH4 al realizar la digestión. María Dolores Carro Travieso, catedrática de Producción Animal de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), explica en The Conversation que el metano entérico producido por un rumiante está relacionado con la cantidad de alimento ingerido.
“Por eso, el ganado vacuno genera mayor cantidad que los pequeños rumiantes (ovino y caprino) y, por ello, suele ser ‘culpabilizado’ en mayor medida por sus emisiones”, afirma. Algunas investigaciones analizan cómo este tipo de emisiones podrían reducirse con modificaciones en la digestión de estos animales.
Además, cuando el estiércol animal se almacena en lagunas o tanques de retención, también se emite metano. Se considera que todas estas emisiones están relacionadas con los humanos porque son quienes crían estos animales para obtener alimentos y otros productos, tal y como indica la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
Algunos vertederos también provocan grandes emisiones de metano
El metano también se genera en los vertederos a medida que se descomponen los desechos y en el tratamiento de aguas residuales domésticas e industriales. Varias investigaciones analizan estas emisiones y algunos satélites también han detectado cómo múltiples vertederos de todo el mundo liberan grandes cantidades de metano.
La liberación de todo este gas a la atmósfera podría suponer un grave problema ambiental. Aunque, tal y como subraya Matus, existe la posibilidad de capturar gran parte del metano procedente de vertederos antes de que salga a la atmósfera y darle un segundo uso para generar energía.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes Miguel Ángel Pantoja, Alicia Bayón y Alejandra Paola Matus.
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