https://youtu.be/EqkZmjFWkwI?si=S6r9QKrbgG6IUEms Europa ha dejado en evidencia al Ejecutivo de Pedro Sánchez al confirmar que España no solicitó activar el Mecanismo Europeo de Protección Civil en los momentos más críticos de los incendios que arrasaron Extremadura, Galicia y Castilla y León. Mientras Moncloa aseguraba públicamente que estaba en permanente contacto con Bruselas y que se habían activado todos los protocolos, la Unión Europea ha desmentido esa versión y ha confirmado que la petición nunca llegó desde Madrid. La revelación desmonta el relato del Gobierno, que durante días trató de justificar la falta de medios culpando a la supuesta saturación del sistema de emergencias europeo. En realidad, mientras las comunidades enviaban correos desesperados reclamando aviones anfibios, helicópteros y brigadas de refuerzo, La Moncloa optaba por no elevar la solicitud a Bruselas, dejando a las regiones a su suerte frente al avance de las llamas. Los testimonios autonómicos han sido contundentes: en Extremadura, se remitieron hasta tres solicitudes oficiales en la noche del 15 de agosto, dirigidas tanto al CENEM como a Interior, Defensa y la Delegación del Gobierno. Todas ellas quedaron sin respuesta. «Los vecinos están en peligro», advirtió entonces la presidenta regional María Guardiola, mientras el consejero Abel Bautista reclamaba activar ya la ayuda europea y el despliegue del Ejército. Nada de eso se produjo. En paralelo, el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, reunió al Centro de Coordinación Operativa un día antes de que estallaran los fuegos, pero lo hizo sin invitar a los representantes de las autonomías más afectadas y limitándose a anunciar la llegada de dos aviones franceses, completamente insuficientes frente a la magnitud del desastre. El resultado fue que la ayuda internacional y de otras comunidades llegó antes que la activada por el propio Gobierno central, que permaneció paralizado. La paradoja ha sido que Alemania y Eslovaquia enviaron efectivos a través del mecanismo europeo antes de que España lo solicitara oficialmente. Es decir, Europa ha actuado a pesar de Sánchez, no gracias a él. Con más de 15.000 hectáreas arrasadas solo en el incendio de Jarilla y cientos de familias afectadas, la evidencia es clara: el Ejecutivo ha fallado en la gestión, ha mentido en su relato y ha dejado a las comunidades solas frente al fuego.