En la Unión Europea, el sistema de cría de gallinas ponedoras se clasifica en cuatro categorías oficiales: “en jaulas acondicionadas”, “sueltas en el gallinero”, “camperas” y “ecológicas”. Esta información viene indicada en el primer número del código impreso en la cáscara de los huevos, según el reglamento europeo de comercialización de huevos, y permite identificar las condiciones mínimas en las que viven las gallinas. Otras expresiones como “criadas en libertad”, “gallinas felices”, “criadas en tierra” o “libres de jaulas” no están sujetas a regulación.
Además del sistema de cría, el marcado de la cáscara y el etiquetado de los envases aportan información clave desde el punto de vista sanitario (por la trazabilidad y las fechas de consumo) y comercial, de acuerdo a los objetivos de la Política Agraria Común. Este etiquetado incluye detalles como el lugar de procedencia, la fecha de consumo preferente, la categoría de calidad o el tamaño de los huevos.
La UE distingue las gallinas criadas en jaulas (3), sueltas en el gallinero (2), camperas (1) o de producción ecológica (0)
La Unión Europea reconoce cuatro tipos de sistemas de cría de gallinas, que vienen indicados en el reglamento, cuya última actualización fue en 2023, sobre comercialización de huevos. Estas categorías hacen referencia, sobre todo, a las condiciones de los espacios en los que habitan las gallinas, no a otros aspectos como su alimentación o su cuidado, que se detallan en las normas específicas sobre bienestar animal, y que en el caso de la producción ecológica, tiene además una normativa propia.
3. “Criadas en jaulas acondicionadas”
Las gallinas de código 3 se crían en grupos reducidos dentro de jaulas en los gallineros sin salir al exterior. La normativa vigente de 1999 establece cuáles son las dimensiones y los elementos mínimos que deben tener estas jaulas llamadas “acondicionadas”.
Debe haber al menos 0,075 metros cuadrados por gallina (27,4 cm por lado si fuera una jaula cuadrada)
Ninguna jaula debe tener menos de 0,2 metros cuadrados de superficie ni una altura menor a 45 centímetros
Dentro de las jaulas debe haber un nido, yacija (un material que recubre el suelo, como serrín o paja) o aseladeros (barras horizontales donde se apoyan las gallinas)
También debe haber comederos o bebederos de dimensiones acordes al número de gallinas en la jaula
2. “Sueltas en el gallinero” (antes criadas “en suelo”)
El código 2 hace referencia a gallinas que no están encerradas en jaulas, sino que se mueven libremente dentro del gallinero. Dentro del edificio, la densidad de aves no puede superar las nueve gallinas por metro cuadrado de superficie utilizable. Al igual que con las enjauladas, deben disponer de elementos suficientes para todas ellas, como nidos, comederos, aseladeros… También pueden disponer de niveles a distintas alturas que dan acceso al suelo mediante rampas.
Mar Fernández, directora de la Asociación Española de Productores de Huevos y maldita que nos ha prestado sus superpoderes, explica a Maldita.es que, aunque no tengan obligación, las gallinas del sistema 2, en algunos casos, “tienen salida al exterior, a un porche cubierto que rodea la nave, que se llama veranda, o a parques”, pero no cumplen las condiciones para considerarse camperas.
La modificación del reglamento europeo en 2023, aplicado en España en octubre de 2024 a través de un real decreto, cambió la antigua denominación de criadas “en suelo” por “sueltas en el gallinero” para mejorar su comprensión y porque “no era muy descriptivo de su forma de cría”, según Mar Fernández.
1. “Camperas”
La condición para cumplir con esta categoría es que las gallinas puedan acceder de forma ininterrumpida al exterior, aunque las condiciones dentro del gallinero son las mismas que para las de categoría 2: máximo de nueve gallinas por metro cuadrado. En el exterior deben disponer de más espacio que en el interior y allí se exige una densidad máxima de una gallina por cada cuatro metros cuadrados (o 0,25 gallinas por metro cuadrado).
El recinto al aire libre, donde las gallinas pueden picotear o escarbar, no puede extenderse más de 150 metros desde las trampillas de salida de los edificios más cercanos y deben tener refugios y bebederos.
Según el reglamento europeo, los espacios deben estar cubiertos de vegetación en su mayor parte y no dedicarse a otros fines excepto huertos frutales, terrenos forestales o pastos, aunque el decreto español de 2024 incluyó también la instalación de placas solares, cuando no limiten la movilidad de las gallinas ni “entren en conflicto con las condiciones de bienestar animal establecidas normativamente”.
0. “Ecológicas”
El código 0 se aplica a las gallinas que acceden al aire libre y que además cumplen los criterios de la normativa europea de producción ecológica relativa a la ganadería y, en concreto, de las aves de corral [punto 1.9.4 de la parte II del reglamento europeo]. La densidad máxima permitida en el interior del gallinero es de 6 gallinas por metro cuadrado y en el exterior es de una gallina por cada 4 metros cuadrados (o 0,25 gallinas por metro cuadrado).
Entre otros aspectos, ese reglamento indica que la alimentación debe ser de piensos ecológicos que cubran sus necesidades nutricionales. También se exige que al menos tengan acceso al aire libre durante un tercio de su vida o que no pueda haber explotaciones de más de 3.000 gallinas.
Los huevos ecológicos suelen ser los más caros de los cuatro tipos, tanto en España [pág 7 del informe coyuntural de precios del Ministerio de Agricultura] como en el conjunto de la Unión Europea. Como todas las producciones ecológicas, estos huevos siempre llevan el logo verde de la ‘eurohoja’ y son certificados por una entidad de control.
Mar Fernández, de la asociación de productores, advierte que otras expresiones que se usan en el mercado como “felices”, “libres de jaulas” o “en libertad” no están reguladas y pueden resultar confusas para los consumidores. Según ella, la forma de salir de dudas es “leer en el envase el nombre ‘oficial’ del sistema de cría, que debe estar incluido obligatoriamente”.
Sistema de cría, procedencia, tamaño o fecha de consumo: toda la información que incluyen las etiquetas y el marcado de los huevos
La normativa europea obliga a los productores a proporcionar información en las etiquetas y las marcas imprimidas en la cáscara de los huevos. Incluyen información sanitaria para garantizar la trazabilidad, como el código del centro de producción o embalado, e información comercial, como el sistema de cría o la fecha de consumo preferente.
El huevo debe tener impreso un código con el sistema de cría de las gallinas (0, 1, 2 o 3), el país y el código de la granja. Según Mar Fernández, opcionalmente se imprime también la fecha de consumo preferente en la cáscara para facilitar al consumidor esta información en caso de haber desechado el envase, ya que es relevante para un consumo seguro.
La etiqueta en el envase aporta más información, como la calidad, el tamaño, la fecha de consumo preferente…
En las tiendas solo encontramos huevos de categoría A, es decir, huevos frescos sin defectos, no lavados ni sometidos a ningún tratamiento. También hay huevos de categoría B, que pueden haber sido lavados, pero suelen venderse para preparaciones industriales.
Los estuches que contengan huevos de clase A pueden marcarse también como “extra” o “extra frescos” si no han pasado más de 9 días desde la fecha de puesta. A partir de ese día se deben quitar esas referencias. El plazo máximo que puede pasar entre la fecha de puesta y la de venta al público son 28 días, que coincide con el plazo de consumo preferente según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). El Instituto de Estudios del Huevo indica que pasado ese plazo, si el huevo está bien conservado y tiene la cáscara intacta y limpia puede consumirse, pero totalmente cocinado para garantizar su salubridad.
En cuanto a la alimentación de las aves, en el etiquetado sólo se incluye el cereal que han consumido las gallinas si constituye más del 60% de la composición del pienso. Tanto las indicaciones de “extra frescos” como de alimentación basada en cereales deben estar autorizadas por las administraciones y se controlan por certificadoras externas.
Hay algunas excepciones al marcado de huevos, no hace falta ponerles ese código cuando se vendan en la propia explotación, a domicilio o en mercados locales y se trate de pequeñas explotaciones (máximo de 50 gallinas), como indica el Ministerio de Agricultura.
Limpieza u horas de oscuridad: requisitos que deben cumplir todas las granjas
Aparte de cumplir con la normativa de comercialización de huevos, los productores avícolas deben cumplir otra serie de requisitos para garantizar la protección y bienestar de los animales [anexo I del real decreto de 2002 de normas mínimas de protección de las gallinas ponedoras] y reciben inspecciones por parte de las comunidades autónomas. Algunos de ellos son:
Las gallinas deben ser inspeccionadas diariamente
El nivel de ruido deber ser el menor posible
Los edificios deben estar iluminados y en el caso de que sea iluminación natural, las fuentes de luz tienen que estar repartidas. Al menos un tercio de la jornada deben tener penumbra para descansar
Las instalaciones y los utensilios deben estar limpios y desinfectados regularmente
Los excrementos deben retirarse con “la frecuencia que sea necesaria” y las gallinas muertas de forma diaria
La apertura de las jaulas debe ser suficientemente grande para que las gallinas puedan ser sacadas sin causarles daño
Los informes de la Red Nacional de Granjas Típicas permiten conocer algunos datos de las granjas más comunes de avicultura de puesta en regiones como Aragón, Castilla-La Mancha o Galicia.
Según sus datos para 2023, hay modelos de granjas de todo tipo, como la 428K-CLM que tiene más de 400.000 gallinas en jaulas acondicionadas (tipo 3) con producciones que superan los 100 millones de huevos anuales. Dentro de los modelos de gallinas camperas (tipo 1), hay explotaciones grandes (112K-ARA–superan las 100.000 gallinas) o pequeñas y familiares (930-ARA–no llega a las 1.000 aves). También hay algún modelo mixto, como el 312K-CLM, que tiene gallinas enjauladas y camperas en las mismas instalaciones.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes la maldita Mar Fernández.
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* Actulización a 24 de enero de 2025 para incluir que la altura mínima de las jaulas acondicionadas es 45 centímetros.
Primera fecha de publicación de este artículo: 22/01/2025