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Comer tierra, “crunchers” y por qué esta tendencia viral en TikTok afecta a la salud

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Claves
  • Circulan vídeos, especialmente en TikTok, de usuarios comiendo arena, tiza y materiales similares
  • Esta tendencia, conocida como geofagia, se considera un trastorno de la conducta alimentaria
  • El consumo de sustancias no comestibles como estas, a pesar de ser común en el mundo animal, es perjudicial para la salud humana

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“Vamos a comer barro”. No se trata de una forma de hablar o de una expresión con doble sentido: un nuevo trend de TikTok propone y/o recoge testimonios de usuarios (“crunchers”) que, literalmente, comen tierra. Mantenido en el tiempo, este comportamiento, conocido como geofagia y considerado un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), puede generar problemas para la salud: entre ellos, nutrición deficiente, obstrucción estomacal o envenenamiento por plomo

Comer sustancias no nutritivas: un trastorno de la conducta alimentaria

El hecho de consumir regularmente sustancias no nutritivas (arcilla, tierra, tiza, yeso, plástico, metal y papel) distintas a lo que se entiende como ‘comida’ se considera un trastorno de la conducta alimentaria: el síndrome de pica. Así lo recogen tanto el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) [pág. 189] como la Clasificación internacional de enfermedades (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Cuando la sustancia no nutritiva es tierra, hablamos de geofagia. Esta, a pesar de ser recurrente en el mundo animal, es completamente desaconsejable en personas.  

Desde la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) señalan que este síndrome se observa más en niños y niñas pequeños. “Tiende a desarrollarse en la infancia, ante el reflejo natural de explorar con distintas cosas/materiales a través de la boca y las sensaciones agradables que pueden llegar a generarles”, explica a Maldita.es Elena Herráez, psicóloga miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COP). Sin embargo, también puede presentarse en adultos que ansían sentir una cierta textura en la boca. “Si no se reconduce a tiempo en la niñez, podría generalizarse esa sensación de bienestar a la edad adulta y que para muchas personas sirva para reducir la ansiedad”, añade la experta.

Además, es especialmente recurrente en ciertas etapas, como el embarazo: “En algunos casos, la falta de ciertos nutrientes, como hierro y zinc, pueden desencadenar este deseo vehemente inusual”, añaden desde la SEMI. 

Cómo comer tierra repercute en la salud

Consumir habitualmente sustancias no comestibles no es un comportamiento, a la larga, inocuo. “Dependiendo de lo que se sea y cuánto, pueden presentarse síntomas de otros problemas, como dolor de estómago, náuseas y distensión abdominal causada por obstrucción en el estómago o intestino, fatiga, problemas de conducta, problemas en la escuela (en caso de niños y niñas) y otros hallazgos de envenenamiento por plomo o mala nutrición”, indica en su página web MedlinePlus, de la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos.

En cuanto a los posibles déficits o carencias nutricionales, como explica a Maldita.es la dietista-nutricionista especializada en TCA Mariana Álvarez, dependerán del tiempo durante el que la persona recurra a esta práctica: “Si se ha identificado a tiempo y se ha pautado un tratamiento, no suele ser un cuadro ‘que dé mucho la lata’. Lo que habría que comprobar es si su origen es una falta de nutrientes (como el hierro o el zinc) o si es algo conductual”.

Si se trata de un comportamiento recurrente, sí podría tener consecuencias. “Lo primero de todo, podría causar anemia: al final, el valor nutritivo de estas sustancias es cero (minerales, agua, aire y muy poquita materia orgánica). No incorporan hidratos de carbono, proteínas y el resto de macronutrientes necesarios en nuestra alimentación. Por no hablar de las posibles infecciones bacterianas a las que se expone la persona que las consume…”, señala a Maldita.es José Antonio Uranga, biólogo, investigador del departamento de Ciencias Básicas de la Salud de la Universidad Rey Juan Carlos, experto en patología digestiva y maldito que nos ha prestado sus superpoderes. 

Desde la SEMI añaden que, a pesar de que existen pocos estudios sobre las complicaciones de la pica, las más importantes son las abdominales: “el 75% de los pacientes de pica necesitan cirugía, el 30% sufre complicaciones y hasta el 11% fallece a consecuencia de la pica u otras complicaciones postoperatorias”. Lo más frecuente, según señalan, es la obstrucción intestinal por sustancias indigeribles que quedan aisladas en cavidades digestivas.

En este artículo han colaborado con sus superpoderes el biólogo José Antonio Uranga y la dietista-nutricionista Mariana Álvarez.

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