¿Qué es el aspartamo y por qué es noticia?
El aspartamo es un edulcorante artificial ampliamente usado desde los años 80, de pocas calorías y 200 veces más dulce que el azúcar blanco. Su principal uso es como alternativa al azúcar libre en alimentos edulcorados bajos en calorías, como refrescos, comida preparada, chicles, gelatinas, helados, cereales del desayuno y, en ocasiones, medicamentos.
La Agencia Internacional de Estudios sobre el Cáncer (IARC, siglas en inglés) ha recopilado toda la evidencia científica disponible (1.300 estudios) sobre si el aspartamo puede causar cáncer. Su conclusión, emitida el 14 de julio de 2023, es que el aspartamo es, dentro de su sistema de clasificación, un agente del grupo 2B, posiblemente cancerígeno para humanos, ya que hay algunos estudios que asocian su consumo al cáncer de hígado, pero la evidencia de estos estudios es limitada y hace falta investigar más.
Por su parte, el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), integrado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha estudiado si hace falta cambiar la ingesta diaria admisible (IDA) de aspartamo, el límite de seguridad por el que se considera que una sustancia se puede consumir sin que haga daño a la salud. Con la evidencia científica actual, consideran, a 14 de julio de 2023, que la actual IDA del aspartamo es correcta: 40 miligramos por kilo de peso corporal.
¿Qué significa que el aspartamo sea un cancerígeno del grupo 2B?
Esto significa que la comunidad científica tiene algo de evidencia sobre la capacidad del aspartamo en causar cáncer en humanos, pero esta evidencia es limitada y hace falta investigar más, tanto en humanos, como en modelos animales y en estudios concretos sobre cómo funciona la molécula del aspartamo en el organismo. Otros agentes que están en esta misma categoría son el plomo, las radiaciones electromagnéticas o trabajar en la carpintería.
Mary Schubauer-Berigan, jefa en funciones del Programa de Monografías de la IARC, ha explicado en rueda de prensa que hay varios trabajos con humanos sobre aspartamo en los que se ve una asociación entre su consumo y desarrollar cáncer de hígado. “Son estudios de alta calidad, con sujetos control y a largo plazo, pero no podemos descartar que haya otros factores afectando a los resultados”.
También hay estudios con modelos animales, agrega Schubauer-Berigan, “con evidencia limitada sobre este asunto”. Sobre el propio mecanismo de actuación del aspartamo, afirma que en este se observan algunas características que tienen otros agentes que dan cáncer, como estrés oxidativo o inflamación crónica, pero hacen falta más estudios para confirmar que están causados por el edulcorante.
¿Cómo funciona la clasificación de agentes carcinogénicos del IARC?
La clasificación de la IARC define la certeza con la que se sabe que algo da cáncer. No es una indicación de cuán peligroso es un agente ni cuánto hace falta exponerse a él para que dé cáncer, únicamente dice la “seguridad de la evidencia científica”. Por ejemplo, la radiación del sol y fumar tabaco están en el grupo 1, a pesar de que la segunda es más dañina que la primera.
De mayor a menor certeza, existen cuatro grupos de clasificación: grupo 1 (suficiente evidencia de que es cancerígeno en humanos, como beber alcohol o la radiación solar), grupo 2A (probablemente cancerígeno, como la acrilamida o trabajar de noche), grupo 2B (posiblemente cancerígeno, como la gasolina) y grupo 3 (no clasificable, como beber café). Los agentes evaluados por la IARC se pueden comprobar en este enlace, buscando el término en inglés.
Los grupos 2A y 2B pueden generar cierta confusión. La distinción entre uno y otro depende de las evidencias que se tenga sobre cómo funciona un agente en humanos, en animales y el mecanismo por el que podría ser cancerígeno.
Como explica la IARC, un agente se clasifica en el grupo 2A cuando la evidencia de que da cáncer en humanos es limitada y la evidencia en animales o del mecanismo por el que causa este cáncer es sólida y suficiente. Para clasificarlo en el 2B, hace falta cumplir una de las tres condiciones del grupo 2A: limitada en humanos, o sólida en animales, o suficiente en cuanto al mecanismo.
¿El aspartamo es peligroso o dañino?
Con lo que sabemos a día de hoy, no. Siempre que se consuma por debajo de la ingesta diaria recomendada (IDA), 40mg/kg de peso corporal, lo que nos dicen los estudios por ahora es que el aspartamo es seguro. Eso no significa que no puedan aparecer nuevas evidencias en el futuro que hagan cambiar la respuesta a esta pregunta.
La OMS señala que esta ingesta diaria está muy por debajo del consumo medio por persona de productos con aspartamo, incluso de aquellos consumidores que suelen recurrir mucho a alimentos endulzados con aspartamo. Para hacer una comparativa: una persona de 70 kilos necesitaría consumir 2.800 mg de aspartamo al día para superar esta IDA, o lo que es igual, más de 15 latas de un conocidísimo refresco light que contiene 184 mg de aspartamo.
El JECFA ha recopilado toda la evidencia científica disponible sobre si el aspartamo como sustancia tiene capacidad de hacer algún daño y, en vista de este riesgo, valorar si hace falta cambiar la IDA. Su dictamen ha sido que no hay literatura sólida que demuestre que tenga efecto tóxico para el ADN, hay estudios en humanos que encuentran algo de efecto sobre distintos tipos de cáncer y diabetes pero con grandes limitaciones, y que los tres metabolitos en los que se ‘parte’ el aspartamo (ácido aspártico, fenilalanina y metanol) son digeridos en el organismo.
¿Es recomendable o saludable consumir aspartamo?
No. En línea con una guía reciente de la OMS sobre edulcorantes artificiales (como el aspartamo, la sacarina o la estevia), estos se suelen comercializar como productos ‘light’, una ayuda para perder peso o mantener un peso saludable.
Pero, con la evidencia científica disponible en la actualidad, usar estos edulcorantes no otorga ningún beneficio a largo plazo en la reducción de grasa corporal y puede estar asociado a efectos no deseados en la salud, como un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad por enfermedad cardiovascular.
Francesco Branca, director del Departamento de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la OMS, recomendó en rueda de prensa “limitar el consumo de productos y bebidas dulces y sustituirlo, en su lugar, por agua o productos que no tengan edulcorantes”.
