La comida. El mejor momento del día para muchos. Salvo que tengas alguna intolerancia alimentaria o sufras una repentina intoxicación. Por no hablar de las alergias alimentarias. Pero el malestar que pueden generar estas situaciones tardan un tiempo en notarse porque es necesario que llegue al estómago para notar sus efectos. Nos habéis preguntado si es posible que ya en la boca, antes de digerirlo, haya alimentos que nos causen rechazo en el cuerpo. Y la respuesta es que sí.
Hay varias situaciones y casos en que una comida nos puede sentar mal al ingerirla, e incluso antes debido al olor. La leche agria o una comida en estado de putrefacción, por ejemplo, puede activar el centro del vómito por el nervio olfatorio al captar el olor y provocar náuseas e incluso vómito, como señala a Maldita.es la tecnóloga de los alimentos y nutricionista Beatriz Robles.
También puede ocurrir con las personas que tienen dispepsia o gastritis tengan sensación de dolor con determinados alimentos como la cebolla o los que contienen cafeína. Además, ciertos alimentos pueden estimular la secreción de ácido gástrico de forma que “sientas el típico ardor de estómago aunque no tengas una gastritis crónica”, añade Robles.
Lo que no es posible es que un alimento contaminado por microorganismos o sus toxinas produzca síntomas de intoxicación alimentaria inmediatamente tras ingerirlo. “Tienen que pasar al menos unas horas”, concluye la experta.