Esta semana nos habéis preguntado por el café azul, la variante del café de toda la vida pero con un curioso tono pitufo que hace tiempo que lo hace triunfar en redes sociales como Instagram.
Para conseguir esta apariencia que, como poco, llama la atención, se añade al café un alga microscópica de color azul verdoso, la espirulina. “Es un alga rica en proteínas, tiene vitaminas y minerales y da ese color ‘azulito’ gracias a un pigmento llamado cicocianina”, explicaba la farmacéutica y divulgadora Marián (Boticaria) García en Saber Vivir.
A pesar de que se ha presentado este ingrediente como el no va más de la nutrición, en Maldita.es ya hemos explicado que los superalimentos, como tal, no existen. Aunque haya quien califique la espirulina como tal, esta no es una excepción. Es cierto que su composición nutricional puede ser interesante, “el problema es que la cantidad que se utiliza es poquita, solo para darle el color azul (al café)”, señalaba García.
Eso sí, como otras muchas algas, es rica en yodo, problemático para personas con hipo o hipertiroidismo. Por último, añadía otro inconveniente al uso de este alga, su sabor: “Sabe un poco a poza”, bromeaba la experta. “Usarla (en las dosis recomendadas, de un máximo de entre 3 y 5 gramos al día) no es malo; si hay alguien a quien le guste, que la tome; pero que no piense que por tomar el café con espirulina va a ‘supervitaminarse’”, continuaba García.
En relación a las posibles reacciones adversas, según la enciclopedia farmacéutica en línea Drugs.com, por el momento se disponen pocos estudios al respecto: “la espirulina se considera no tóxica para los seres humanos en los niveles habituales de consumo; sin embargo, la información es limitada”, y añade que "es posible la hepatotoxicidad (efectos tóxicos en el hígado) asociada a la espirulina y las reacciones por contaminación por metales pesados”, cuando se supera la cantidad recomendada.
Puedes leer más sobre la espirulina y su uso en este artículo del blog de García.