En Maldita.es ya explicamos por qué la pirámide alimentaria más extendida en España, la de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), no es la mejor guía para una alimentación saludable.
Son varios los motivos que argumentan esta afirmación. Entre otros, que su base está formada por cereales y no por vegetales, frutas y hortalizas o el hecho de que incluya dulces, bollería y derivados (aunque sea en su cúspide). Aquí puedes leer más sobre estas y el resto de razones.
Además, los expertos consultados por Maldita.es coinciden en que la forma de pirámide no es una disposición clara e intuitiva para saber cómo organizar la alimentación. Por eso, señalan que son mucho más recomendables otras figuras, como el Plato de Harvard o el triángulo invertido de la nutrición, pero también la Pirámide Australiana o la guía Pequeños cambios para comer mejor de la Generalitat de Catalunya, “menos conocidas pero más adecuadas nutricionalmente”, indicaba Beatriz Robles, dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos.
Aun así, existen muchas otras guías al respecto. Si tienes curiosidad, puedes consultarlas en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). ¡Nosotros hemos contado más de 90!
Qué ventajas presenta el Plato de Harvard: sólo incluye los alimentos saludables
El Plato para Comer Saludable o Plato de Harvard es una guía de alimentación saludable creada por expertos en nutrición de la Escuela de Salud Pública y los editores en Publicaciones de Salud de Harvard (Estados Unidos).
En palabras del dietista-nutricionista Juan Revenga a Maldita.es, uno de sus puntos positivos es que no menciona las ‘cosas chungas’ (como dulces, bollería, snacks salados o alcohol). “Simplemente incluye los alimentos que sí son saludables”, apunta.
Otra de las ventajas de esta figura es que prescinde de la cuantificación de ‘piezas’ o ‘raciones’ al día o a la semana, solo hace referencia a proporciones. “De la otra manera, entre los supuestos dos litros de agua, los ‘al menos’ dos o tres lácteos, los cuatro o seis alimentos ricos en hidratos de carbono, la dos o tres raciones de aceite de oliva, las tres o cuatro de legumbres semanales, de una a siete de frutos secos... prácticamente tenemos que abrir un Excel para organizarnos el menú”, opina Revenga.
Las recomendaciones de esta guía son claras: procurar que en nuestras comidas, aproximadamente la mitad del plato (o cualquier recipiente) esté compuesto de vegetales y frutas; un cuarto del mismo, de granos integrales y, el cuarto restante, proteínas saludables (de las que excluye las carnes rojas y las procesadas). También da cabida a aceites saludables, siempre y cuando se consuman con moderación. Todo ello bajo un consejo general: mantenernos activos.
El triángulo invertido de la nutrición: de lo no saludable, "cuanto menos, mejor"
Otra de las alternativas a la pirámide de la SENC es el triángulo invertido de la nutrición, propuesto por el Instituto Flamenco de Vida Saludable.
Como explica Revenga, “su grandeza es que se compone de esta figura (un triángulo) más un pelotón rojo que incluye los alimentos de los que dice que ‘cuanto menos se coman, mejor’”. En esta figura, desterrada de una propuesta de alimentación saludable, incluye bebidas alcohólicas (porque ni siquiera una copita de vino al día es saludable), las bebidas y alimentos ricos en azúcar, la comida rápida y alimentos precocinados, los embutidos y carnes procesadas y la sal.
A diferencia de la pirámide nutricional, el triángulo invertido de la nutrición sugiere que la base de cada comida debe estar constituida por alimentos vegetales frescos, limita la presencia de alimentos de origen animal, señala que los líquidos deben ser principalmente agua y recuerda que cuantos menos alimentos ultraprocesados, mejor.
Tampoco establece la cantidad de piezas o porciones de cada alimento, no nos obliga a hacer ese complicado croquis del que hablábamos unos párrafos atrás: simplemente señala lo que debe consumirse más (los situados en la parte de arriba) y lo que menos (en la cúspide inferior).
El triángulo invertido no solo apuesta por una alimentación saludable, sino también sostenible. Por ello, entre sus recomendaciones, recoge el planificar las comidas y compras de forma inteligente (para no llevarnos a casa más de lo que necesitamos o podemos consumir); prestar atención al almacenamiento de los productos y las sobras, para aumentar su tiempo comestibles y no desaprovechar alimento, ya a la estimación de cantidades y porciones al cocinar.
Este contenido es apoyado por la iniciativa “Alimentando el cambio” de DANONE EDP en el que Maldita.es colabora elaborando contenidos independientes según su metodología.
Primera fecha de publicación de este artículo: 08/07/2021