Circula una pregunta por varias redes sociales, en especial por Tiktok: ¿es cierto que si los hielos de tu copa no flotan, es que el alcohol está adulterado? Negativo: que el hielo se mantenga en la parte superior o inferior de la mezcla dependerá de la densidad del propio hielo y de los líquidos que el vaso contenga, no de la calidad o la composición del alcohol.
Al introducir un cuerpo sólido en uno líquido (los hielos en la mezcla del vaso, en el caso que nos ocupa) este último se comporta según el principio de Arquímedes: ejerce sobre el sólido una fuerza hacia arriba igual al peso del líquido que desplaza. Se la conoce como fuerza “de empuje”.
Como explica a Maldita Ciencia Adrián Fernández Cid, físico y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, el volumen de líquido desplazado (“lo que sube” la mezcla) es el mismo que el del sólido sumergido. “De modo que lo que cuenta para saber si el sólido se hundirá o no es la densidad”, aclara Fernández.
Es decir, si el hielo es más denso que el líquido del vaso, su peso será mayor que la fuerza de empuje y se hundirá. En caso contrario, se sumergirá solo una parte de su volumen, que será la que corresponda a un peso de líquido igual al de todo el sólido, llegando así al equilibrio de fuerzas por ser el peso (hacia abajo) igual al empuje (hacia arriba).
De hecho, ¿qué pasa entre el hielo y el agua líquida? El hielo flota, porque el agua es más densa en estado líquido que en estado sólido. “Es una de las razones por las que flotan los icebergs”, recuerda Fernández.
En el caso del alcohol, su densidad es menor que la del hielo. Por eso, en general y según apunta Fernández, un cubito de hielo se hundirá en él. La cosa cambia cuando añadimos “la mezcla”, incluso si se trata de agua. Esta aumentará la densidad del líquido, lo que conseguirá que el hielo flote. "Poca gente bebe licor puro con hielo: se añaden mezclantes. Además, el propio hielo se derrite y aporta agua… Así que no creo que nunca llegue a no flotar", opina en Maldita Ciencia Daniel Duque Campayo, profesor de física experto en dinámica de fluidos y maldito que nos ha prestado sus superpoderes.
Por lo tanto, el hecho de que el hielo flote o no en una copa no depende de si el alcohol ha sido o no adulterado. "La única garantía que podemos tener de que no ha sido así es la adquisición del mismo en establecimientos autorizados, así como no encontrar ningún tipo de partícula en la botella que contiene el mismo”, recuerda a Maldita Ciencia Lorenzo Mingallón, tecnólogo de los alimentos y maldito que nos ha prestado sus superpoderes. Añade que, además, la botella deberá estar precintada y sin signos de haber sido manipulada. “Del mismo modo, cuando pedimos una copa en un establecimiento podemos exigir que se abra la botella en nuestra presencia”, incide el experto.
Además, el alcohol adulterado no tiene una composición determinada, sino que puede ser tanto alcohol diluido en agua como procesado con productos químicos o cambios de temperatura. En el caso del agua, la mezcla aumentaría la densidad del líquido. Con el agua suficiente, los cubitos de hielo flotarían en lugar de hundirse, lo que, según Fernández, permitiría identificar el adulteramiento. “En los otros casos, depende de cómo el proceso afecte la densidad de la mezcla final”, añade.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos físicos Adrián Fernández Cid y Daniel Duque y el tecnólogo de los alimentos Lorenzo Mingallón.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 13/05/2021