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El fact-checking contra las patrañas pseudocientíficas: por qué el periodismo no es dar voz a los dos lados sino contar los datos y las evidencias y destapar las mentiras

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Claves:

  • Ante las mentiras que atacan la salud pública, periodismo no es entrevistar "a los dos lados".
  • Los conspiranoicos y negacionistas del coronavirus avanzan y hay que parar sus mentiras.
  • La cura contra la desinformación es el pensamiento crítico y la educación; mientras llegan, el periodismo es la mejor vacuna.
  • Existen evidencias de que el fact-checking funciona: estudios demuestran que los ciudadanos prestan atención a las verificaciones con datos.
  • En Maldita.es hemos desmentido más de 700 bulos y hemos publicado más de 1.100 artículos explicativos sobre la COVID-19.

La batalla contra las patrañas pseudocientíficas y la desinformación sobre la salud está siendo en los últimos meses más importante que nunca. En Maldita.es creemos que el pensamiento crítico y la educación son la mejor cura contra estas patrañas, pero mientras tanto el periodismo con la ayuda de la comunidad es la vacuna para ganar y conseguir, entre todos, que no nos la cuelen con mentiras. 

Ante las mentiras que atacan la salud pública, periodismo no es entrevistar “a los dos lados” 

El periodismo tiene una responsabilidad en cómo realiza la verificación: no puede darse el mismo peso al que difunde el bulo que al que lo desmiente con datos, hechos y conocimiento basado en la evidencia científica. 

Entrevistar a un difusor de patrañas y luego a un científicos especializados en ese área del conocimiento significa poner a los dos al mismo nivel en la argumentación, dando al primero un peso que no merece y, ahí sí, dando más visibilidad a sus teorías sin fundamento.

El periodismo tiene que ser responsable y no dar voz a los que difunden esos bulos. El viernes 31 de julio, el Telediario de TVE recogió las declaraciones de Natalia Prego, conocida por difundir información falsa sobre la pandemia, para luego desmentirlas con declaraciones de Juan Antonio López Guerrero, biólogo y divulgador. 

El 31 de agosto Espejo Público entrevistó a PIlar Baselga, conocida conspiranoica y negacionista de la epidemia. El programa usó nuestros desmentidos, pero después de años dedicándonos a esto, podemos decir que a la mentira no se le debe dar un altavoz. Ese mismo día Baselga también apareció en el programa Todo es Mentira.

El 8 de septiembre, el Telediario de TVE mencionaba la alerta del Servicio de Información Toxicológica sobre el consumo de MMS, un compuesto tóxico que no cura la COVID-19 (ni nada), pero incluía en su pieza declaraciones de Josep Pamiés, conocido por promover su uso en contra de todas las evidencias científicas. Pamiés ha sido sancionado por la Generalitat por promover el uso de pseudoterapias para curar enfermedades.

Los conspiranoicos y negacionistas del coronavirus avanzan y hay que parar sus mentiras

Muchos de estos difusores de bulos ponen en duda las medidas de distanciamiento social, el origen del virus, la utilidad y seguridad de las mascarillas, un objeto clave en la lucha contra la pandemia. Estas dudas nos ponen en peligro a todos. Desde que comenzó el confinamiento las mascarillas en concreto han sido protagonistas de infinidad bulos distribuidos millones de veces en diferentes plataformas. 

Por ejemplo, los que esparcía Judy Mikovits. Mikovits era la protagonista de tres vídeos virales llenos de falsedades sobre el coronavirus, las mascarillas, las vacunas (aquí desmentimos uno, aquí otro y aquí el tercero). Quizá a ti no te suene a nada su nombre y pienses que desmontando las falsedades que dice les estamos dando más visibilidad, que sería mejor ignorarla completamente. Pero buscando su nombre en Youtube nos encontramos con que esos dos vídeos, y otros más en los que repite las mismas teorías conspiratorias falsas, tienen en conjunto cientos de miles de visualizaciones.  

Ocurre lo mismo con la asociación negacionista Médicos por la verdad: tanto sus vídeos, como aquellos en los que aparece solo una de sus portavoces, Natalia Prego, suman cientos de miles de visualizaciones en Youtube y de compartidos en Facebook. 

Las evidencias de que el fact-checking funciona existen

Que algunas personas no se los encuentren en sus redes no quiere decir que lleguen solo a grupos muy reducidos, sino que en las redes cada uno vivimos dentro de nuestra burbuja y quizá no nos los estemos topando. 

Precisamente el objetivo del fact-checking es servir de freno ante su expansión. Sabemos que hay gente a la que los hechos, los datos y las explicaciones nunca podrán convencer. La realidad es que estos están influyendo en personas que no están posicionadas, pero que si solo reciben los bulos y no los datos y los hechos pueden acabar creyendo las mentiras.

Existen varios estudios y experimentos científicos que demuestran que corregir estos errores funciona. En 2017 dos investigadoras de las universidades de Georgetown y de la George Mason llevaron a cabo un experimento alrededor de la desinformación sobre el virus del Zika en Brasil y el efecto que los desmentidos sobre el mismo tenían sobre los usuarios en Facebook. ¿La conclusión? Que son eficaces “para limitar las percepciones erróneas, y la corrección se produce tanto para los individuos con creencias de conspiración alta como baja.” 

El argumento habitual es que el fact-checking genera que se active el sesgo de confirmación en los usuarios. Ya hablemos de política o de pseudociencias, existe la creencia de que cuando le dices a alguien que se ha creído una patraña que es mentira, en realidad estás ayudando a confirmar sus creencias y que por lo tanto la verificación no sirve. De nuevo, hay evidencia académica disponible que apunta a lo contrario.

En un experimento llevado a cabo en 2016 alrededor de esta idea del sesgo de confirmación se sometió a 8.100 sujetos a fact-checks hechos a políticos sobre 36 temas diferentes. Sólo una de esas 36 verificaciones provocó que se desencadenara un efecto contraproducente. La conclusión de los investigadores fue que "en general, los ciudadanos prestan atención a la información fáctica, incluso cuando dicha información desafía sus compromisos partidistas e ideológicos". Y no es el único. Más ejemplos aquí, aquí y aquí. 

La verificación como vacuna

Si no les desmentimos, si no aparecemos en esa búsqueda de la verdad, los que desinforman acabarán convenciendo a más y más gente. O al menos creando dudas a causa del bombardeo conspiranoico. 

Nuestro objetivo es que junto a sus bulos haya información contrastada para vacunarnos contra ellos y cuanto antes mejor. Si te llega nuestro desmentido antes que el bulo habremos ganado terreno.

La vacuna más eficaz contra las mentiras no somos nosotros: es el pensamiento crítico y la educación de la ciudadanía en el manejo de información sólida y fiable. Pero ese es un proceso que llevará más tiempo. Mientras tanto, el periodismo de fact-checking junto con la comunidad son la clave para poner freno a los bulos.

Ante los bulos: verificación durante la pandemia

En Maldita.es hemos trabajado duro durante la pandemia y eso se traduce en más 700 bulos desmentidos sobre todos los aspectos relacionados con la enfermedad, el estado de alarma, el desconfinamiento, la perspectiva política, etc. Pero sumando todos los artículos explicativos que hemos publicado en estos meses la cifra supera los 1.100. Están todos recogidos en este especial.

Lo hemos hecho con la ayuda de la comunidad maldita, que nos ha hecho llegar el contenido dudoso que se ha encontrado en redes o que le ha llegado por WhatsApp. Gracias a eso y a la colaboración de expertos y sociedades médicas y científicas que tienen el conocimiento para explicar y transmitir la información más sólida y fiable con la que tomar mejores decisiones podemos luchar contra las mentiras.

Además hemos trabajado en distintos formatos para llegar a una audiencia lo mayor posible: el podcast semanal Maldita la Hora, colaboraciones en medios como Telemadrid o Radio Nacional, y una campaña a pie de calle con carteles diseñados por los artistas de Yo, Doctor colocados en las marquesinas de autobuses de 55 municipios españoles para concienciar sobre el uso correcto de las mascarillas contra el coronavirus. También hemos participado en talleres, charlas y seminarios virtuales a través de nuestra rama Maldita Educa, porque creemos que la educación es la verdadera cura contra la desinformación. Dentro de este esfuerzo educativo hemos lanzado también el juego de mesa ¿Verdad o Bulo? Coronavirus edition.

Por último, somos conscientes de que la desinformación no es un problema exclusivamente español, así que hemos unido fuerzas con otros fact- checkers. Como resultado de la colaboración con verificadores europeos hemos publicado un informe sobre cómo se ha movido la desinformación por Europa durante la pandemia que puedes consultar aquí. También formamos parte de Latam Chequea, una unión de 22 organizaciones en 15 países hispanohablantes para poner freno a la infodemia.

Por todo esto sabemos que la lucha contra la desinformación durante la pandemia está siendo una tarea importante pero delicada y que si no se hace bien puede tener el efecto contrario del que buscamos: dar más visibilidad a los desinformadores de la que ya tienen. El periodismo es la mejor vía para ganar esta batalla contra los bulos, pero siendo responsable y entendiendo que las mentiras no deben tener cabida en el espacio público.


Primera fecha de publicación de este artículo: 05/10/2020

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