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Qué son los neuroderechos y cómo me afectan

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“Tecnologías capaces de decodificar la información que tenemos en nuestro cerebro”: ¿Os suena a peli de ciencia ficción? Pues volvamos a la vida real, porque ese tipo de tecnología ya se está estudiando y hay lugares del mundo en los que se intenta meter en las páginas de leyes. Concretamente, en Chile.

¿Qué se busca proteger?

Principalmente, la “privacidad mental” de las personas y su “derecho a la identidad”. La Pontificia Universidad Católica de Chile pone como ejemplo los datos médicos del cerebro de las personas, como si hablásemos de la confidencialidad que se trata con los trasplantes de órganos. Pero en este concepto también entra la protección de nuestros pensamientos y nuestra identidad, a cuenta de que cada vez haya más experimentos que tratan de interpretar datos de nuestro cerebro. Vamos por pasos.

En Chile se está planteando integrar los “neuroderechos” en su Constitución a iniciativa del grupo de trabajo que dirige el neurocientífico español Rafael Yuste, que es director del NeuroTechnology Center de la Universidad de Columbia. Es la persona que ha puesto sobre la mesa el debate a nivel mundial, ya que considera que la neurotecnología literalmente “abre la tapa del cerebro”  y, por ello, hay que adelantarse a sus posibles riesgos.

Por poner ejemplos concretos: ya hay empresas e investigaciones académicas que investigan cómo conectar el cerebro a dispositivos externos, como a una prótesis de un miembro amputado, por ejemplo. También existen tecnologías en las que trabajan empresas de la talla de Facebook, que nos venden como capaces de “traducir” palabras del cerebro a un ordenador sin que las digamos en alto.

La monitorización de la actividad cerebral en el punto de mira

El monitoreo de la actividad cerebral es algo necesario para todos esos experimentos y en algún momento la información que se obtenga de ellos también podría someterse a los sesgos que ya se observan en la inteligencia artificial, según Yuste.

 “Quizás ese monitoreo objetivamente no signifique nada; pero basta que alguien decida que determinado patrón es malo, para que ese monitoreo pueda significar ser discriminada”, nos explica Michelle Bordachar, de la organización chilena Derechos Digitales.

Además, esos procesos requieren de alguna que otra intervención en un cuerpo humano, por lo que las mediciones y los resultados que se sacarían de ella pasarían a estar protegidos por esta nueva categoría de neuroderechos (o eso, al menos, es en lo que se trabaja). Yuste propone que este tipo de protección esté al nivel de los derechos humanos, de ahí que en Chile se esté trabajando en una reforma constitucional

Un casco de realidad virtul que el laboratorio de neurotecnología de Facebook presenta como un prototipo que pudiese "leer" algunas palabras de nuestra mente.

Es muy complicado instaurar esto a nivel mundial, ya que mezcla componentes científicos con otros debates en lo que todavía se está trabajando. Entre ellos, el de la privacidad y la protección de datos. En Chile, por ejemplo, todavía no cuentan con una ley de protección de datos actualizada, ya que la actual es del año 1999, según Bordachar. 

Bordachar asegura que el estado actual de las técnicas que se estudian en el campo de la neurotecnología todavía es muy “incipiente”, por lo que sería más importante que tanto en Chile como en el resto de países se contara antes con una regulación fuerte en materia de protección de datos y una autoridad que se encargue de hacerla cumplir

“El desarrollo de la neurotecnología sí representa una amenaza para las personas, pero es una amenaza que podría ser mitigada gracias al derecho a la privacidad y el derecho a la protección de los datos personales”, explica.

¿Se debate esto en España?

A nivel europeo, todavía no se plantea que esta categoría de nuevos derechos pudieran equipararse a los derechos humanos. La secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, comentó en octubre en la presentación en el parlamento chileno del Proyecto de Ley de Neuroprotección que la labor de su secretaría en España, por ejemplo, es la de “promover la adopción exitosa de tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial” en el país.

Ahora esta en vías de aprobación una Carta de Derechos Digitales, en la que se han incluido derechos ligados a la neurotecnología y cuyas premisas van en línea con los que se están tratando en Chile. Sin embargo, el documento no tiene carácter legal.*

Primera fecha de publicación de este artículo: 26/10/2020.

* Hemos actualizado este artículo para incluir que la Carta de Derechos Digitales de España hace referencia a derechos de neurotecnología.


Primera fecha de publicación de este artículo: 26/10/2020

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