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¿La ciencia confirma que estamos ante una emergencia climática? Sí, el consenso científico es que sí

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Desde hace unos meses cada vez oímos hablar más de “emergencia climática”. Varios países, entre ellos España, Francia, Canadá y Reino Unido han apoyado oficialmente la declaración de emergencia climática. Miles de universidades y más de 70 sociedades médicas también se han sumado. ¿Está justificado científicamente hablar de emergencia?

El consenso científico es que sí. Andreu Escrivà, ambientólogo y autor del libro Aún no es tarde, lo explica a Maldita Ciencia con estas palabras: "El clima está cambiando, por acción humana, y es una emergencia para nosotros y, además, para gran parte de la biodiversidad del planeta. Este cambio es tan abrupto, tan rápido, tan bestia y lleva asociado una dimensión humana de desigualdad económica, social, migraciones, problemas de salud…, que hace que sea una emergencia abordarlo".

Alicia Pérez-Porro, científica que conecta océano, cambio climático e igualdad de género, e investigadora asociada al Museo de Historia Natural del Smithsonian y presidenta de ECUSA (Españoles Científicos en USA), lo justifica así a Maldita Ciencia: "Muchos de los negacionistas se agarran a que el cambio climático ha ocurrido a lo largo de toda la historia. Y sí, el clima no es una cosa estable, pasa por periodos de cambio. Pero cuando hablamos de cambio climático hoy en día nos referimos a un cambio que estamos provocando los humanos". Además, Alicia añade: "Hemos acelerado tanto este cambio que no estamos dando tiempo a ninguna especie a adaptarse. Aquí es donde está el peligro. Estamos provocando una sexta extinción masiva en la que nosotros también nos podemos ir por delante. De aquí viene el término emergencia climática".

Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU, la temperatura global ya ha subido un grado por efecto de la actividad humana, y se llegaría al umbral de un grado y medio en 2030 si las emisiones de efecto invernadero siguen al ritmo actual. Este grado y medio de aumento es el umbral que no debemos de superar si no queremos exponernos a los peores efectos del cambio climático. Según declaró el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres: "Las conclusiones científicas son que un aumento de temperatura mayor llevaría a cambios drásticos e irreversibles para el ecosistema. Sin embargo, si seguimos como hasta ahora, a finales de siglo habremos subido tres grados".

El cambio climático también impacta en la salud

En un estudio de la Sociedad Real de Medicina Tropical se explican los desafíos en salud global para los próximos 25 años. Migraciones masivas, enfermedades nuevas y emergentes y el impacto sobre la salud y la nutrición de las fuentes de alimento arrasadas por el clima. La emergencia climática también empeorará problemas existentes. Las temperaturas más altas en mares y océanos llevarán a "una mayor incidencia de enfermedades relacionadas con agua y toxinas". Los expertos de esta sociedad afirman que los gobiernos y las autoridades sanitarias no están preparándose adecuadamente para las consecuencias médicas del calentamiento global. 

Médicos Sin Fronteras también ha declarado la emergencia climática. En un informe sobre el impacto del cambio climático en la salud, la organización destacaba que las consecuencias de esta crisis son devastadoras. "Estamos viendo de primera mano como los factores medioambientales empeoran las crisis humanitarias", señalan.

¿Cambia algo que hablemos de emergencia climática en lugar de cambio climático?

El consenso entre los expertos es que sí. Andreu Escrivà explica que "se puede hablar de cambio climático y no hacer nada, pero la emergencia climática te interpela directamente, te está diciendo "esto va de vosotros"". El ambientólogo añade: "Se puede hablar de cambio climático de forma más o menos aséptica, pero no se puede hablar de emergencia climática, sobre todo desde una posición de poder, institucional o empresarial, y seguir sin hacer nada".

De hecho, ya en 2002, en un informe elaborado para el entonces presidente de Estados Unidos, ya se tenían en cuenta estos factores. En el informe se recomendaba usar "cambio climático" en lugar de "calentamiento global" precisamente porque afectaba mucho menos. Tras estudiar la influencia de distintas expresiones en las reacciones de los ciudadanos, se había constatado que "cambio climático" no suscitaba emociones y no asustaba al no tener connotaciones catastróficas.

Alicia Pérez-Porro afirma que usar un lenguaje adecuado es clave para que la población entienda que hay que actuar. Este cambio en el lenguaje es una llamada a la acción. "Si queremos atajar esta crisis todos los actores cuentan. Todo el mundo tiene que entender que el lenguaje importa. Muchos estudios demuestran que cuando apelas a las emociones es cuando la gente realmente entiende que esto va con ellos, que lo que pasa es real". La investigadora explica que no es el único término que se está intentando cambiar: "Me gusta mucho el término ecocidio. Hace referencia a la pérdida masiva de diversidad que acompaña a la crisis climática, pero tiene un mayor componente emocional".

Por todo esto, hace unos meses el periódico británico The Guardian anunció que cambiaría la forma de expresarse en las noticias sobre la crisis climática. En lugar de "cambio climático" ahora usan sobre todo "emergencia climática" y "crisis climática".  Como nos comenta Andreu Escrivà, también está justificado científicamente hablar de "crisis", ya que estamos ante un cambio rápido y muy abrupto de condiciones ambientales. Sin embargo, según el ambientólogo a veces el término emergencia climática se usa mal: "Para mi la emergencia tiene que estar ligada a la vertiente humana, se tiene que referir a todo lo que implica luchar o adaptarse al cambio climático. No se usa bien si se usa solo como un sinónimo de cambio climático".

Hablar de emergencia climática está más que justificado por la ciencia. Además, según los expertos, es la mejor forma de provocar el cambio necesario para detenerla. En palabras del secretario general de la ONU: "La emergencia climática es una carrera que estamos perdiendo, pero es una carrera que podemos ganar".


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