¿Qué nos dice la ciencia sobre el efecto en la salud de las siestas? ¿Es beneficiosa o perjudicial? Lo cierto es que no está claro: hay algunos estudios científicos pero muestran resultados contradictorios.
Por un lado, una investigación publicada en 2015 observó que las personas con hipertensión arterial que se echaban una siesta tenían una menor tensión arterial y más baja cuanto más tiempo duraba la siesta.
Otro estudio de 2010 incide en que las siestas mejoran el rendimiento cognitivo. Los beneficios de las siestas breves (de 5 a 15 minutos) son casi inmediatos después de la siesta y duran un período limitado (de 1 a 3 horas), mientras que las siestas más largas (más de 30 minutos) producen una mejora del rendimiento cognitivo durante un período más largo (hasta muchas horas). Este estudio también concluye que los que duermen la siesta regularmente parecen mostrar mayores beneficios que los que rara vez se echan la siesta.
La siesta también es buena para la memoria. Por todo ello, la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos recomienda siestas cortas de 20 a 30 minutos para mejorar el humor, el estado de alerta y el rendimiento .
No obstante, la siesta también tiene sus riesgos. Si te echas una siesta demasiado tarde, podría afectar a tus patrones de sueño nocturno y dificultar dormir en la noche. Además, las siestas pueden dejar a las personas con inercia de sueño, especialmente cuando duran más de 10 o 20 minutos, advierte en el mismo documento la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos. La inercia del sueño es la sensación de aturdimiento y desorientación tras despertar.
Si bien este estado de menor capacidad cognitiva suele durar sólo de unos pocos minutos a media hora, puede ser perjudicial para quienes deben hacer actividades inmediatamente después de despertarse de un período de siesta. El deterioro y la desorientación posteriores a la siesta son más graves, y pueden durar más tiempo, en las personas que se ven privadas de sueño o que duermen la siesta durante períodos más largos, según la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos.
En China un estudio encontró una relación entre un mayor riesgo de diabetes mellitus o de tipo 2 entre las personas mayores de 50 años que se echan siestas. Un trabajo asoció un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares con siestas de menos de 30 minutos pero mayor probabilidad si duran más de 45 minutos.
Varios de los estudios que hemos citado encuentran relación entre la siesta y otros parámetros pero eso no significa que uno provoque el otro. Es decir, correlación no implica causalidad. Si quieres saber más al respecto, en este artículo explicamos qué significa que correlación no significa causalidad.
Primera fecha de publicación de este artículo: 18/10/2020