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¿Qué sabemos de la relación entre los suplementos vitamínicos y la salud?

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A raíz de este artículo, en el que os contábamos que no hay evidencias de que los suplementos de colágeno tengan efectos en el organismo, nos habéis planteado la misma pregunta pero en relación a los suplementos vitamínicos. Aunque estos sí pueden repercutir en nuestra salud, ni suelen ser necesarios, ni siempre lo hacen de manera positiva. Os lo explicamos.

"Un estilo de vida saludable, carente de hábitos tóxicos como el alcohol o el tabaco, con una dieta equilibrada donde abunden los alimentos frescos de origen vegetal, es suficiente para cubrir los requerimientos vitamínicos que pueda tener el organismo y no tener que recurrir a estos complementos", explica a Maldita Ciencia la farmacéutica Adela Emilia Gómez Ayala.

En los anuncios publicitarios los suplementos vitamínicos se consideran el "remedio por excelencia", supuestamente capaces de combatir numerosas enfermedades y mejorar la salud general de la población. "La publicidad nos hace pensar que los necesitamos cuando, en la gran mayoría de los casos, no es cierto; o que nos aportan beneficios extraordinarios, cuando no es así", alega a Maldita Ciencia Miguel Ángel Lurueña, tecnólogo de los alimentos. Según Gómez Ayala, "parte de su éxito se debe a la infoxicación y a estudios en los que hay un claro conflicto de intereses".

Es cierto que, en casos puntuales de déficit vitamínico, estos pueden ser de ayuda, siempre y cuando hayan sido recomendados por un médico que haya valorado la situación.

Como sabemos, nuestro cuerpo requiere una cantidad determinada de algunos nutrientes esenciales, entre ellos, las vitaminas. "Si no llegamos al mínimo, no funcionará bien. Si nos pasamos, pueden ocurrir dos cosas (en función del tipo de vitamina): o que no pase nada o que suframos una intoxicación", explica Lurueña.

Por un lado, hay situaciones particulares en las que la suplementación es necesaria (B12 en personas veganas o vitamina D en algunos bebés recién nacidos), pero son casos concretos, no aplicables a la población general. "En esas ocasiones puntuales es un profesional sanitario el que debe estudiarlas y pautar (o no) el suplemento que estime oportuno, así como su posología (dosis y tiempo de administración)", indica Lurueña.

Es decir, en la mayor parte de los casos, una dieta saludable y equilibrada será suficiente para garantizar el aporte vitamínico necesario para el correcto funcionamiento de nuestro organismo: aunque este puede sintetizar algunas de ellas, por lo general solo las podemos obtener a partir de los alimentos.

Por otro lado, y en relación a los posibles efectos perjudiciales a los que pueden conducir un exceso de vitaminas, hay que distinguir entre dos tipos: las liposolubles (solubles en grasa) y las hidrosolubles (solubles en agua). "Si tomamos una cantidad de vitaminas hidrosolubles mayor de la que nuestro organismo necesita, las eliminará a través de la orina", explica Lurueña. "Pero si lo que sobran son vitaminas liposolubles, nuestro organismo las acumulará. Si se exceden ciertas cantidades puede producirse una intoxicación por exceso de vitaminas", advierte.

Lurueña añade que, si estamos dentro del rango requerido de vitaminas, tomar más no hará que nuestro organismo funcione mejor. "Lo cuenta el dietista-nutricionista Juan Revenga (que también ha escrito sobre el tema aquí) con una metáfora: un escritor necesita una máquina de escribir para desempeñar su trabajo, pero tener más máquinas de escribir no va a hacer que trabaje ni mejor ni más rápido", destaca Lurueña.  

Por otro lado y según mostró en su día esta revisión de estudios, publicada en 2013 en la revista Annals of Internal Medicine, no hay evidencias de que los suplementos de vitaminas, en general, tengan un efecto en la prevención de enfermedades cardiovasculares, cáncer o mortalidad en población sana. Es decir, los suplementos de vitaminas y minerales no dan 'superpoderes', como explica en este artículo el dietista-nutricionista Julio Basulto.

Gómez Ayala recalca lo siguiente: "En la población general, los diferentes estudios no justifican el uso de suplementos vitamínicos, ya que no mejoran la salud, no previenen ninguna patología y pueden incrementar la mortalidad por diversas causas".

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